2 Racing: Campagnuolo; Mercado, Yacob, Cabral, Sosa; Romagnoli, Bastía, Pellerano, José Salcedo; Avalos y Sava. DT: Gustavo Costas.

0 Ñuls: Villar, Ré, Spolli, Lucero; Bernardello, Scaglia, Seri, Donnet; Steinert y Da Silva. DT: Pablo Marini.

Goles: ST: 21' Sava, de penal (R); 44' Claudio López (R).

Cambios: ST: 13' Vangioni por Scaglia (N); 24' Salcedo por Lucero (N); 26'Pablo Pérez por Donnet (N); 30' Matías Sánchez por Pellerano (R); 40' Claudio López por Salcedo (R); 45'Cáceres por Avalos (R).

Arbitro: Carlos Maglio

Cancha: Racing

La ilusión de Ñuls por llegar a la cima del campeonato se esfumó en Avellaneda. El equipo de Marini pagó en moneda extranjera su falta de audacia y dejó colgado en el placard de los sueños el traje de candidato precoz.

Racing mereció mejor suerte en la primera parte del encuentro. Los instantes iniciales fueron de dominio casi absoluto del equipo de Gustavo Costas, aunque no generó tanto peligro frente al arco defendido por el paraguayo Justo Villar, en virtud de su mayor control de la pelota.

Con el chiquitito Morales congelándose en el frío de Moscú, el local generó un poco de fútbol desde el sector derecho con las trepadas de Martín Romagnoli. En dos escaladas por su sector habilitó a Sava, quien no pudo conectar correctamente de cabeza, y a Pellerano, después, en una jugada que terminó con el remate del ex Chicago en la manos del uno rojinegro.

Ñuls no hacía pie en el medio hasta que el juvenil Scaglia dejó parte de sus tapones en la pierna de un adversario. A partir de allí el equipo tomó un respiro ante el asedio local y consiguió empardar la lucha en el medio, aunque el juego comenzó a deslucirse y la pelota se convirtió en la principal traidora de la película: un segundo estaba en poder de Racing y otro tanto en los pies de un jugador de Ñuls.

La Academia hizo el mayor gasto durnate todo el primer tiempo, Nuls se aferró a lo que más cómodo le sienta, pero nunca logró imponer un contrataque letal. Es más, ni siquiera estuvo cerca de proponerlo. Porque Donnet no conseguía que la pelota se amigara con su botín, y se dependió exclusivamente de alguna corrida de Steinert o una jugada individual del paraguayo Da Silva, demasiado aislado y lejos de sus compañeros.

Racing fue con empuje, con ideas recortadas por su propio apuro y la lepra, que se acostumbró a la fricción que en el círculo central ofrecían desde bando el contrario, creyó que era negocio irse a vestuarios con el arco en cero y esperar la tan ansiada deseperación que atrapa a su rival en su propio redcuto y ante su gente.

El juego en el complemento fue más ordinario y deslucido. Racing ya no fue el equipo que irradiaba enjundia y Ñuls tuvo una mejor disposición en el campo de juego, con Bernardello encendiendo los pocos avances de los dirigidos por Marini, pero a kilómetros del arco de Campagnuolo.

Los dos jugaban esperando el error del rival. Pero nunca imaginaron, ni Racing ni Ñuls, que el yerro lo provocaría el árbitro Carlos Maglio: tras un centro de compromiso, Avalos fue a buscar con Spolli, cayó ante menor roce y el juez marcó penal. Y Sava lo cambió por gol rematando a la izquierda de Villar, que eligió el otro parante.

Marini mandó a la cancha a Salcedo y Pablo Pérez buscando revertir un planteo mezquino e impropio de un equipo que soñaba cerrar el viernes a la noche compartiendo la punta del Apertura.

Un tiro libre del paraguayo hizo que Campagnuolo debiera revolcarse por primera vez, y minutos más tarde Steinert probó sin suerte a metros del uno racinguista. Hasta que el piojo López aprovechó un regalo y dejó sin nada a Ñuls.