Durante el pasado mes de agosto, se presentó el nuevo sello editorial Papeles del Boulevard. La iniciativa, gestada dentro de un grupo de poetas rosarinos de larga trayectoria conocido como "Los poetas del Boulevard", se concretó con el lanzamiento de cinco títulos de poesía de autores locales: Manual del agua, de Nora Hall; Desde el hastío, de Victoria Lovell; Estación de animales buenos, de Alejandro Pidello; Memorar, de Armando Raúl Santillán, y Otra vez labranza, de Mercedes Yafar. El poeta Alejandro Pidello, integrante del Comité Editor, habló con Rosario/12 acerca del modo en que este proyecto se vincula con la historia del grupo, cómo nació la idea de conformar un nuevo sello editorial y cuáles son las expectativas en cuanto a su alcance.

-¿En qué año se conformó el grupo de poetas del Boulevard?

-A partir de 1998, cada sábado, un grupo de poetas que vivimos cerca del viejo bar Victoria, Boulevard Oroño y Jujuy, donde dicen que cantó Gardel, empezamos a juntarnos para hablar de escritos, películas, en fin, de todo lo que hablan los amantes de la literatura. Dentro de ese grupo fundador, desde el comienzo coexistían muy diferentes estéticas, e historias personales respecto a la literatura, también diferentes. En mi opinión personal, esa diversidad siguió existiendo, y desde esa diversidad se realizaron distintas acciones, como invitar a leer a poetas y narradores, publicar una plaqueta, o realizar un ciclo que convocó a treinta poetas rosarinos de tres generaciones que tuvo bastante éxito. Después, algunos de los que participábamos en esas reuniones nos planteamos constituir un grupo de estudio. También a título personal, creo que allí se fueron discutiendo cosas que empezaron a instalar la idea de constituir un sello editorial. Es decir, desde la lectura y la discusión, pausadas, pero continuas, se fue constituyendo una especie de identidad. Pluralista y fraternal, probablemente.

-¿En qué momento se terminó de definir la idea y qué características imaginaron para sus publicaciones?

-Si apareció un objetivo claro, creo que fue el deseo de poder editar libros de formato pequeño, cuidados -idea que se inspiró en unas ediciones muy prolijas que vi en Novara, Italia, el año pasado, y que nos gustaron a todos- y a un precio accesible. Otra cosa que nos preocupaba era la de garantizar la difusión y distribución, problema crónico de las ediciones de este tipo que, en general, surgen del voluntarismo; y por lo tanto, sus posibilidades no son homologables con las derivadas de las diversas herramientas de comercialización que utilizan los grandes aparatos editoriales.

-Generalmente, y por lo mismo que vos señalás, este tipo de iniciativas encuentran muchos obstáculos, ¿qué cosas dirías que tuvieron a favor?

-Los integrantes del Comité Editor (Nora Hall, Victoria Lovell, Mercedes Yafar, Armando Santillán y yo) pertenecemos a distintas generaciones, pero tenemos como característica común el haber transitado desde hace años en este tipo de actividades, es decir tenemos experiencias, también diversas, en la difusión-publicación de la obra escrita. Y desde allí decidimos lanzarnos en este proyecto. Una cosa que nos planteamos desde el comienzo fue la necesidad de contar con la colaboración de gente que manejara aspectos como la producción (Gabriela Giacomini), la gráfica (Gaspar Bartolomé) y obviamente la impresión (Reynaldo Uribe). Creo que esta situación favoreció la decisión e hizo que en esta etapa inicial no aparecieran dificultades mayores.

-En la presentación de la editorial, se marca el hecho de que los autores generalmente deben autofinanciarse para publicar su obra y se abre una convocatoria amplia, que pone el acento en el deseo de aportar a los bienes culturales de la ciudad. ¿Se proponen editar sólo poesía? ¿Qué criterios pesan para el sello a la hora de aceptar una obra para su publicación?

-No, pensamos que el proyecto puede extenderse a ensayos cortos, y también narrativa, aunque, como dije, en estos casos aparece el problema del volumen de la obra. La idea es que los costos se mantengan lo más bajo posible tanto para el autor como para el que compre el libro. Creemos que el formato pequeño favorece. Otra cosa importante que puede favorecer es asegurar que la obra se conozca, o sea que aparezca en catálogos. En este sentido, ya firmamos un contrato para la distribución del material con Esteban Mestre, de Corpus. En relación con el criterio de Papeles de Boulevard a la hora de aceptar una obra: el Comité Editor lo decidirá por votación de sus integrantes.

Los primeros cinco títulos contaron con el apoyo de artistas plásticos locales que ofrecieron sus trabajos para las portadas. En este sentido, Pidello aclara que, aunque en estos casos "cada autor se contactó con el plástico, con el cual, en estos casos, existía una relación de amistad previa", creen que es "interesante asociar la producción poética local con la plástica local", y esperan que esto se convierta en una modalidad distintiva de sus ediciones. "Si un plástico está interesado en sumarse a este proyecto -agrega-, puede comunicarlo a Papeles de Boulevard. Estamos construyendo una página web, para favorecer estos contactos".

-¿Creen que hay condiciones para que se sigan lanzando propuestas como las de Papeles del Boulevard?

-Creo que este tipo de ediciones siempre se enfrentan con problemas, aquí y en cualquier lugar del mundo. Yo soy optimista. Reitero, personalmente creo que el problema de la distribución es clave. Y además, los que se lancen en estos proyectos deben ubicarse en el escenario de la autogestión, con el desafío que esto representa a todos los niveles.