En la noche del cierre del Festival Internacional de Teatro "Rosario 2007", una explosiva publicación teatral comenzó a circular por los pasillos y las plateas del el Teatro El Círculo. El Kortito, una especie de pequeño periódico daba la bienvenida, desde su número 0, a los elencos y al público del Festival, al mismo tiempo que alertaba acerca de algunas irregularidades que el discurso de Miguel Palma, funcionario del INT, no reflejaba en su auspicioso balance final.

Mientras el público aguardaba con impaciencia la presentación del grupo de México con una obra cuyo titulo anunciaba premonitoriamente algunos de los temas que trataba el irreverente libelo: "De Monstruos y Prodigios",

con la coherencia y el rigor que siempre lo caracterizaron a lo largo de su trayectoria teatral, el actor y director Miguel Franchi, se animaba a firmar una hoja voladora que desnudaba ciertos desmanejos en la administración de los fondos públicos entre otros tópicos.

Bajo el título de "Topetazo", la publicación se plantea la ausencia de funciones "en espacios fuera del circuito entre boulevares, otras funciones a las que pudieran asistir espectadores que, además, también financian estos eventos a través de los fondos públicos".

En "Pikete de ojo", los cronistas de El Kortito arremeten directamente contra los organizadores del Festival en uno de los tantos episodios donde el público fue tomado como rehén de la desorganización. "Molestias y falta de respeto para actores y públicos de ambas funciones (denuncia la publicación refiriéndose a la superposición de una obra del Festival, "120 Kilos de jazz", y otra proveniente de El Cruce, la local "Cigarrillo 43"). "Se encontraban presentes Miguel Palma y Carlos Abdo, a quienes responsabilizamos de estas desprolijidades".