"Empieza a cambiar mi destino", asume Julio Franchi desde la primer estrofa de Mi sentimiento, el disco con el que, claro, inicia su camino como solista. Luego de la disolución de Hermosos Perdedores (HP) después de una gira por el sur del país que le confirmó la necesidad de alterar el rumbo, y tras sortear una ruptura de pareja, el cantante y compositor encontró a los aliados artísticos necesarios y pudo darle aire a las canciones con las cuales exorcizar los tiempos difíciles. Sin embargo, a lo largo de las catorce canciones que alimentan a la placa -y que se encuadran en el rock-canción, siguiendo la línea de los buenos songwriters-, Franchi logra escapar a la oscuridad y el pesimismo, sacando a flote un humor que, según confiesa, tuvo cierta aparición espontánea. Esta noche, a las 21 y en la Sala Lavardén, Franchi estrenará esas obras compuestas (y producidas) en soledad.

Mientras tanto, Mi sentimiento significa también para el compositor la apertura a nuevos proyectos. Por caso, la creación de Opi3 el sello cuyo catálogo se inauguró con su debut solista, un disco que sostiene una saludable combinación entre calidad e independencia. Y que además le permitió a Franchi desarrollar su camino artístico con un horizonte definido. "Cuando terminé de tocar con HP empecé a revisar la manera que yo tenía de arreglar los instrumentos, y me dí cuenta que me gustaba la forma en que grababa los demos en mi casa, y que había algo de eso que nunca había podido llevar al vivo o a los intentos de grabación de HP. Entonces decidí grabar un demo con buen sonido, invité a distintos músicos y salió bien. Y me parece que lo que tiene de bueno el disco es que va para algún lado. Que es lo que a mí me mataba un poquito cuando trabajaba en grupo. Porque cuando va para un mismo lado, el grupo la rompe. Pero si no, no. Y puede parecer una boludez, pero hay un concepto en el hecho de ir para algún lado", apuntó el músico.

El concepto que Franchi comienza a evidenciar en su debut descubre una línea de contacto con la de los songwriters del rock. "Soy interesado en la música, aunque no soy de escuchar muchas horas de música por día. Sí sé quiénes son Tom Waits, Nick Cave, los songwriters que me pueden llegar a gustar. Pero ojo que hay algo que también funciona en el solista, y es que todo se asocia al solista. La gente ya te mira y escucha de otra manera. Todavía me cuesta llevarlo a las palabras, porque el sentimiento de la banda tiene que ver con la masa, con el público, tiene que ver con que te van a ver las barras de los barrios. El solista lleva otro público, sé que me va a ver gente que antes no nos iba a ver. Y mi labor como artista, en la banda, se veía marcada por los otros integrantes, mientras que acá voy yo para un lugar".

Si de marcas se trata, las líricas de Mi sentimiento están atravesadas por procesos de separación (grupales, personales), lo que no las exime de reflejar ese humor que apareció naturalmente. "Me parece que no fui tan consciente de eso --admitió--. Pude haber sido consciente en el hecho de elegir entre una canción y otra. Sí hubo un momento crucial en el que iba a poner todos temas nuevos. Es más, las canciones más logradas me parece que son las nuevas, pero en un momento pensé que este era mi primer disco, y que tenía que mostrar otras partes. Eso es lo que manipulé, pero después lo del humor fue una grata sorpresa. A mí me pasa que me miro y veo que cuando toco no tengo sentido del humor, de las cosas que hablo hasta me ponen mal, pero en el disco se trasluce algo, está despojado, me gustó. Hay un sentido del humor que está bueno, pero es difícil, porque si querés hacerte el cómico y no te sale quedás como un papafrita. Entonces no es algo que haya querido hacer".