Jura que no, que jamás en su vida se imaginó -desde su sillón de Secretario de Redacción de La Nación- encabezando la lista de best sellers con Isabel Allende y Angeles Mastretta. Pero igual se siente cómodo en el ranking. Antes de llegar a la ciudad para asistir a los festejos de los 70 años de Ross -algo que ocurrirá hoy a las 19.30-, Jorge Fernández Díaz conversó con Rosario/12 sobre su último libro-éxito, Corazones desatados. Historias de amor de gente común.

-¿Cómo es esto de escribir de amor, para alguien que ejerce desde hace tanto tiempo el "periodismo serio"?

-En realidad me parece que no hay nada más serio que el amor. Creo el amor es un tema tan o más serio que la economía o la geopolítica, porque implica la base del deseo humano. La verdad es que tuve mucho miedo de hacerlo. Yo vengo de la rama "dura" del periodismo, por decirlo así. Fui director de Noticias y secretario de Política de La Nación, entre otras cosas. Pensaba sí, desarrollar una carrera como escritor de peripecias y aventuras, hasta que me di cuenta que la mayor de las peripecias que tenía para contar era la historia de mi madre, y escribí Mamá. Lo hice casi sin pensarlo y se convirtió en best seller. Eso me marcó, fue como un quiebre en mi vida. La cuestión es que cuando estaba a punto de publicar Fernández, la prosecretaria general del diario me dijo que le gustaría que este personaje, que es un testigo de época, un cuarentón escéptico que ha vivido mil y una batallas como periodista, se pusiera a narrar historias de amor. "¿De amor?", dije yo, pensando que me iba a ir al kistch, a la literatura rosa, a Corin Tellado...

-Bueno, es que -valga la figura- el amor tiene mala prensa en el mundo de las letras...

-Sí, muy mala prensa, y no sólo en el periodismo sino también en cierta literatura argentina que ha sido clausurada de alguna manera por Borges, que trasladó su pudor personal al pudor de la literatura. Igual, afortunadamente, ha habido grandes escritores que se han levantado contra esa consigna, entre ellos Manuel Puig. De modo que pensé: desde Proust a Scott Fitzgerald la literatura ha sabido tratar con nobleza este tema; ¿puedo hacerlo yo? Ahí empecé a trabajar, a crear personajes, siempre tratando de que fuera gente común, que vivieran historias de acá a la vuelta y sobre todo, de hoy. Quería hablar de cómo se ama hoy en la Argentina.

-¿De dónde se nutrieron esas falsas crónicas amorosas?

-Hubo de todo un poco. Por un lado cosas que me habían pasado en la adolescencia, reenvasadas en personajes inventados. Otras cosas, fiel al oficio, salí a buscarlas a la calle. Ese proceso duró dos años. El libro contiene entonces las diez columnas que salieron en el diario, más nueve relatos inéditos, más una nouvelle, "El amor es muy puto", que funciona un poco como eje del libro, porque su trama gira en torno a ese carácter maldito, caprichoso, inasible, irracional, incomprensible que tiene el amor.

-Si hace unos años, sentado en su sillón de Secretario de Redacción le hubieran dicho que iba a encabezar las listas de los libros de amor más vendidos ¿qué hubiera dicho?

-Que estaban totalmente locos.