CULTURA / ESPECTáCULOS › RAúL BARBOZA Y CHANGO SPASIUK JUNTOS, POR PRIMERA VEZ, EN SALA LAVARDéN
El instrumento, el lenguaje, la historia, la tradición, son algunos de los puntos que acercan a ambos acordeonistas, que se transforman así en dos ejemplos de la tradición oral de una música. Esta noche, ese encuentro se traduce en música.
› Por Edgardo Pérez Castillo
Heredada por sus padres, la música se transformó en una razón de vida para Raúl Barboza y Chango Spasiuk. Absorbido por el entorno social y geográfico, el chamamé se convirtió en el sello distintivo de sus respectivas obras, donde el recuerdo de Tránsito Cocomarola, Ernesto Montiel, Isaco Abitbol y Tarragó Ros convive con sus búsquedas personales. Referentes indiscutidos del acordeón contemporáneo, Barboza y Spasiuk se reunieron en una gira en la que, además de recorrer sus trabajos individuales, sostienen un espacio compartido donde abordan con libertad a aquellos autores que marcaron el camino, según podrá presenciarse en el concierto que esta noche, a las 22, se desarrollará en la Sala Lavardén.
"En el concierto ese espacio de libertad lo compartimos con estos compositores que admiramos, con Cocomarola, Tarragó, Isaco. En esas obras nos encontramos, y son obras que parecen simples pero tienen un espacio interminable de improvisación y desarrollo de las melodías", adelantó Spasiuk a Rosario/12. En relación a su vínculo con Barboza destaca: "Hay muchas cosas en común. El instrumento, el lenguaje, la historia, la tradición. De alguna manera es como si fuésemos dos ejemplos de la tradición oral de una música. En el caso de Raúl y el mío se da en situaciones, circunstancias y momentos diferentes de la vida, pero ha sido adquirido de la misma manera".
En esas coincidencias aparecen también los nombres que se filtraron como influencia. "Y en mi lista hay un nombre más --apunta Spasiuk, que comenzó a pulsar su acordeón escuchando los discos de vinilo de su actual colega de gira--. En mi generación todos queríamos tocar como Raúl, su manera de tocar era un estímulo para aprender a tocar el acordeón. Indudablemente es una gran influencia. Por sobre todas las cosas en su manera de tocar, en la necesidad de querer tocar bien el acordeón".
De aquéllos, Spasiuk reconoce haber tomado elementos, aunque distingue: "No es algo tan literal que se pueda contestar, porque es un universo sonoro muy amplio, y estos hombres son personalidades muy grandes dentro de este universo sonoro. Creo que es algo que se siente, es una manera de percibir cómo cada uno de ellos desarrollaba ese lenguaje. Entonces mi manera de apreciarlo es muy particular, y el contexto en el cual yo conocí la música de Cocomarola o Montiel es muy diferente al contexto en el que los conoció Raúl, que charló con ellos, compartió situaciones, pudo interactuar con ellos como hoy en día yo lo estoy haciendo con Raúl".
Sentado a su lado, el propio Barboza explica que "uno no puede desligarse de los conocimientos que adquirió de sus padres". "Mi madre me decía: `Cuando había chamamé en casa, en mi vientre estabas de una manera muy diferente a cuando había otras músicas`", rememora. Y amplía: "Las formas de interpretación también dependen del instrumento que uno tiene en las manos. En el caso de Chango, acordeonista con teclado a piano, para hacer intervalos de tercera o sexta tiene que abrir las manos con una mayor amplitud que la que tengo que utilizar para hacer un intervalo de terceras o sextas. Con esa abertura que él hace, yo hago un intervalo de décima, entonces el instrumento, a la vez que nos posibilita cosas, también nos condiciona. Así el instrumento también ayuda a que el instrumentista busque, hurgue, meta la mano y haga un agujero".
-Siempre y cuando haya una intención de búsqueda...
-RB: Uno no puede no buscar. Eso es inherente al hombre.
-CS: Porque la música está relacionada con la vida, entonces es una circunstancia. Algunos se preguntan más y otros se preguntan menos, pero de alguna manera hay una necesidad de transitar la vida tratando de encontrarle un sentido a las cosas.
-RB: En mi caso, la música es mi mejor manera de expresión. Entonces cuando hago un tema busco el por qué voy a hacer un tema, cuál es el carácter que le voy a dar. La palabra y la música nunca pueden estar separadas. De acuerdo a los conocimientos uno va cambiando la tonalidad, busca la facilidad de cambiar el tono, pero eso se adquiere con la experiencia. Y también puede ser una experiencia adquirida de un maestro, que le acorta los caminos, pero a lo mejor le falta sabor.
-CS: Una cosa es conocer el camino y otra cosa es recorrerlo. Además uno va viviendo, caminando y tratando de ser honesto en el aquí y ahora. Tampoco es tan fácil acomodar la vida. Uno puede reflexionar sobre las cosas, dónde estoy ahora, o añorar, pero si la situación es pensar y esperar creo que uno sufriría demasiado en el camino, porque la mayoría de las veces las cosas no son como uno las piensa.
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