CULTURA / ESPECTáCULOS › "TODAS LAS ESTRELLAS", óPERA PRIMA DE JAVIER BOIAGO, SE ESTRENA EN EL PARQUE ESPAñA
El film tiene su origen en un cuento creado por Boiago sobre un joven que sobrevive a una caída. Así, se fue armando una ficción tratando de contar algo con fragmentos.
¿Es posible completar el vacío arrojándose hacia él? Preso de la disconformidad inherente al ser humano, exacerbada además por su espíritu adolescente, después de sobrevivir a una caída Leandro cree que su destino es el de lanzarse desde las alturas. Una llegada al campo le alcanza al muchacho para encontrar claridad (o creerlo, al menos) y redescubrir la amistad, regresando a la ciudad con nuevos objetivos, pero idéntica furia. En menos de una hora, Todas las estrellas hace su pintura de ese joven que sobrelleva su vida sin parámetros precisos, en esta ópera prima de Javier Boiago, director que esta noche, a las 21.30, presentará su mediometraje en el Centro Cultural Parque de España de Sarmiento y el río.
El film tiene su origen en un cuento creado por Boiago en su adolescencia. Más tarde, y a partir de la llegada del realizador a la Escuela Provincial de Cine y Televisión, ese texto se convertiría en un guión que, tras la supervisión de Víctor Zenobi, se traduciría en imágenes. "Con Federico García, el productor, decidimos hacer la película con lo que teníamos --recordó Boiago--. Por suerte enganchamos con gente que estaba interesada en hacer una ficción, algo que no se hace mucho en Rosario, porque se trabaja más el documental. Nosotros íbamos a grabar con lo que tuviéramos, pero Diego Fidalgo (Ndr: director de fotografía del proyecto) aportó su cámara y se fue haciendo una cosa cada vez más grande. Después tomamos grabaciones de internet, y se fue armando una ficción tratando de contar algo con fragmentos".
Como resultado, la película tiene una estética "sucia", según explicó el director: "A partir de las cosas que a mí me gustan del cine trash, decidí tomar algunos elementos. Sabiendo los límites que teníamos busqué aprovechar lo que se podía hacer, lo mismo con la dirección actoral. Como no soy director de actores pensé que era correcto tomar como modelo a los actores de Robert Bresson. Uno intenta hacer lo que puede, y así salió Todas las estrellas".
Impregnado de una furiosa disconformidad adolescente, con el correr del tiempo el texto original tuvo sus relecturas de parte del propio director, que reconoció: "La mirada cambió cuando estaba haciendo la película y cuando la terminé. Sabía que hablaba de generaciones de relleno que están ocupando un lugar y no saben qué hacer, que los fines de semana gastan lo que gana el padre, o lo que ganan ellos, perdiendo el sentido porque realmente no saben qué quieren. Si se ponen a pensar qué quieren hacer no lo saben, o no tienen la posibilidad, entonces están de relleno, ocupando un lugar. Después de hacer la película me di cuenta que hay una contaminación cultural, una alienación respecto a dónde estamos viviendo. Porque el personaje se cree estar en un lugar que no está. El es una estrella de rock, y eso acá no existe.
Así, Leandro es como un Kurt Cobain, aunque sin guitarra ni un Seattle en el cual proyectarse. Su virtud es la de arrojarse desde las alturas y sobrevivir a las caídas. Creador de esa disciplina extrema bautizada como "trabha", descubrirá que allí tampoco puede satisfacerse. La pintura, entonces, será un vicio esporádico con el cual ganarse otro espacio de atención en un periodismo necesitado de novedades.
De esa manera, Boiago filtra su crítica a un medio que conoce a partir de su labor profesional. "Trabajando pude ver cómo la gente, cuando hay alguien a quien pueden matar y eso da dinero, se aprovecha. Los medios de comunicación son bastante salvajes, y eso no es de ahora".
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