CULTURA / ESPECTáCULOS › MUSICA. IBRAHIM FERRER JR TOCA ESTA NOCHE EN EL CITY CENTER
El hijo del mítico integrante de Buena Vista Social Club se considera embajador de la cultura de su país. En su espectáculo Una noche en la Habana recorre el repertorio popular de su país, pero también incluye alguna sorpresa argentina.
Hijo de una de las voces claves de ese movimiento que renació con el Grammy logrado en 1996 y fue un éxito fílmico con el documental que Wim Wenders registró bajo el título de Buena vista social club, Ibrahim Ferrer Jr. creció en un ambiente musical que lo acompañó durante toda su vida, aun en los años en que cursó la carrera de Ingeniería Naval en La Habana. Así lo reconoció el hijo del legendario Ibrahim Ferrer en diálogo con este medio, en un adelanto del concierto que, esta noche a las 23, ofrecerá en City Center Rosario junto a su banda.
"Mi gusto era ser músico, mi hobby era ser músico, y mi virtud podría haber sido ser músico --apuntó--. Siempre quise ser músico porque crecí mamando éso. Pero tuve la posibilidad de poder estudiar otras cosas más, entonces pude compartir la música con otras cosas. Quise estudiar una carrera profesional y mantener a la música para satisfacer mis deseos, y fue lo que hice mucho tiempo. Ahora estoy trabajando como profesional con la música, pero si mañana tengo que volver a trabajar como marino, como navegante, lo haré con gusto, porque siempre fueron mis dos gustos. Busco la forma de sentirme bien conmigo mismo, en las cosas que estoy haciendo, porque las dos cosas las hice con corazón, tenía motivos para hacerlas. Y ahora más todavía, por el respeto que le tengo a mi padre, que ha muerto, y al público que me ha aceptado como artista y como a un amigo".
Egresado como capitán de marina a mediados de los 70, Ferrer Jr. pudo volcarse de lleno a la música recién en el siglo XXI. Sin embargo, cuando transitar los mares no era todavía un objetivo, el pequeño Ibrahim crecía rodeado de esos músicos que, muchos años después, serían retratados en ese fenómeno que resultó Buena Vista Social Club. "Si hablamos sobre Buena Vista creo que marcó una pauta en lo que fue la música tradicional cubana --explicó--. Significó además el respeto, la consideración y el reconocimiento a aquellos grandes músicos que, en un determinado momento, se pudieron jubilar y que, estando vivos, tuvieron la oportunidad de volver a disfrutar de éso, de volver a cantar y llevar nuestra música cubana a tantas partes del mundo".
Claro que las raíces cubanas no fueron las únicas de las que se nutrió el cantante: "Está la música cubana que yo mamé de joven, que estuve oyendo desde que nací, y también parte de la música internacional que dejaban entrar en mi país cuando estaba la dictadura. Y después la apertura que tuvimos internacionalmente con la Revolución. Entonces creo que esa cruza me lleva a pensar que no hay nada mejor que respetar la música como tal. Después es el público el que nos tiene que censurar, nos tiene que aplaudir o nos tiene que abrazar".
Para Ferrer Jr., Argentina fue el país en el que, allá por 2002, pudo editar su primer disco como solista (Son para Ti), después de haber participado de distintas producciones colectivas, incluyendo al propio Buena Vista, a Omara Portuondo y a Ibrahim Ferrer. Por el momento, los planes del artista cubano incluyen prolongar su estadía en el país, aunque sin perder de vista la conexión con sus orígenes musicales, a la que le encuentra una particular metáfora: "Dicen que la música en Cuba es la matriz. Todos los que estamos en el exterior somos el feto y nos nutrimos del cordón umbilical. Aquí en Argentina tengo muchas amistades, me han asimilado en distintos lugares del país, entonces voy a buscar, con todo respeto hacia el público, seguir trabajando, a partir de la aceptación que tenga de ustedes. Y aunque esté a miles de kilómetros, uno siempre está cerca de Cuba. Lo tenemos pegado a nosotros. Somos el feto y tenemos el cordón umbilical, eso no se desprende nunca".
Pero no parece una distancia marcada por el exilio la de Ferrer Jr., que hizo su análisis sobre la actualidad que atraviesa su país y sobre la función que él mismo cumple en el exterior: "Es muy poco el tiempo que paso en Cuba, pero nuestro país hasta ahora se ha mantenido normal. Tenemos nuestros acuerdos y desacuerdos, virtudes y desvirtudes. No puedo decir que estamos como Argentina porque no soy quién para opinar sobre Argentina, sobre sus condiciones o formas de vida, pero en Cuba estamos como en cualquier país que tiene sus problemas económicos, sociales, sus problemas ideológicos. Mi política es la cultura, yo soy un embajador de la música cubana, en cualquier lugar del mundo en el que esté".
Por lo pronto, en esta visita a la ciudad el cantante presentará el repertorio de Una noche en La Habana, show en el que se incluyen guarachas, boleros, cha cha chas, canciones de la Vieja y la Nueva Trova Cubana, y también alguna sorpresa del repertorio argentino, a partir del gusto que el músico reconoce por Chico Novarro ("Lo considero un musicazo"), Carlos Gardel ("Otro grande de los grandes") o tangos como "Uno" y "Nostalgias", entre otros. "Tengo tantas canciones argentinas que me gustan, que escucho de niño... Pero siempre va lo cubano, lo canto a mi manera, porque quiero llevar algo de Cuba hacia la gente. Y que la gente se sienta partícipe, interactuar con ellos, ponerlos a cantar, a bailar. A guarachar, para que si pueden guarachar, guaracheen conmigo".
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