Instalado el 2010, por estos días ya es posible hablar de "mediados de la primera década del Siglo XXI". Es que fue por allí, en 2005, cuando la banda rosarina Vinotinto editó Susurros, disco con el que se sumaba a la movida de orquestas rockeras --Rosario Smowing, Asaltimbanqui, etc-- que en la escena local proponían composiciones influenciadas por varios estilos musicales. Sin embargo, aquel debut no tuvo sucesor, y parte de la explicación puede encontrarse ahora en El Introvertido Dr. Lynch, el trío que conforman Leonardo Doin (guitarras y voz), Emiliano Salina (bajo y contrabajo) y Andrés Tarrab (batería), ex miembros, precisamente, de Vinotinto.

Y aunque pareciera que sí, en el nombre del nuevo grupo no hay ligazón alguna con el cine (ni con las viejas películas de ciencia ficción, de profesores-genios-locos ni con la estética de David Lynch). "El apellido Lynch sale por simpatía, y después cuando empezó a ser un proyecto le fuimos agregando cosas hasta que, después de una mutación, quedó el nombre del grupo", explica sencillamente Doin, compositor del terceto que esta noche, a las 21, se presentará en el refrigerado salón de McNamara (Tucumán 1016).

Sencilla es, también, la razón por la que Vinotinto no continuó profundizando un camino que, a mediados de la primera década del Siglo XXI, parecía alentador. "Una banda tiene un proyecto musical que se comparte entre los integrantes --apunta el cantante--. Pero llega un punto en el que se cambia el proyecto entonces la banda también cambia. En mí, y en algunos otros chicos de Vinotinto, los intereses musicales empezaron a ir por otro lado, y se armó otro proyecto".

La nueva búsqueda lejos estuvo de anclarse en algunos de los distintos estilos que se esbozaban en Susurros, ese primer y único disco de Vinotinto. Por el contrario, es desde el (des)género de la canción donde El introvertido Dr. Lynch instala sus nuevas obras: "La diferencia más marcada, además de que ahora somos un trío y antes éramos casi una orquesta, viene por el lado de buscar la canción en sí, en esencia. Sin tantos arreglos, ni explorar tanto en lo musical, sino más en la esencia de lo que es una canción".

El trío se suma así a una línea de autores y grupos que prefieren el despojo y la búsqueda de melodías a las estructuras de un género en particular. "Eso pasa también por una cuestión de que uno va madurando musicalmente, y por otro lado empiezan a gustarte otras cosas. En un punto también el pilar principal para un proyecto es que disfrutés de lo que hacés y básicamente tengas ganas. Cuando éso no se da se vuelve muy cuesta arriba, pero cuando está firme todo es muy sencillo", analiza Doin, además responsable de las líricas, sobre las que anuncia: "Las letras terminan pasando por el mismo lugar que pasaban en Vinotinto. Pero es difícil decir de dónde sale una letra. Creo que ni yo mismo sé de dónde. Salen de una necesidad de decir, de descargar. Salen del mismo lugar que siempre, lo que pasa es que ahora trabajo un poco más sobre las ideas que van surgiendo, no es más que éso".

Con menos de dos años de trabajo, el trío se prepara ahora para lograr su ingreso a estudios, según adelanta finalmente el compositor: "Este año sentimos que arrancamos con la banda. Nos costó un poco encontrar la esencia, el camino donde los tres nos sintiéramos cómodos. Ahora estamos más seguros de a dónde queremos ir, a qué le apuntamos y qué es Dr. Lynch. Por éso estamos empezando a grabar lo que sería un primer material discográfico".