Escrita por Mauricio Kartún, Sacco y Vanzetti tuvo su estreno nacional en 1991, bajo la dirección de Jaime Kogan, y se convirtió en un suceso de crítica y público. En ella, el prestigioso dramaturgo recupera la historia de los anarquistas italianos Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, quienes fueron víctimas del sistema judicial norteamericano que, en un contexto de crisis económica y atemorizado por la revolución rusa de 1917, inició una persecución feroz a inmigrantes, militantes sociales y políticos. Entre ellos, la dupla de anarquistas que, acusados sin fundamento por crímenes que no cometieron, murieron en la silla eléctrica.

A casi veinte años del estreno de la obra, y cerca de un siglo después de los acontecimientos históricos, David Edery se propuso montar su propia versión del texto, dándole forma a un proyecto que obtuvo el premio de coproducciones municipal y que este sábado, a las 21.30, se estrenará en el Teatro La Comedia de Mitre y cortada Ricardone. En diálogo con Rosario/12, el director resaltó que, en este caso, el paso del tiempo no ha afectado al tema central de la obra: "El texto no pierde vigencia. Esa fue la motivación por la que elegimos hacerlo. Creo que la obra muestra ciertos aspectos de la justicia, de la xenofobia, ciertos aspectos de la supresión de la libertad, de la corrupción. Eso sigue teniendo una vigencia fundamental, una vigencia permanente hasta hoy. Eso fue lo que nos motivó para hacer el montaje".

Basándose en actas sumarias, crónicas, cartas y demás elementos históricos, Kartún le dio forma a un texto que permite distintos abordajes. "La obra tiene momentos muy emotivos, porque Kartún ha recopilado las cartas de Vanzetti al padre, a la hermana, los dichos de Sacco a su mujer y su hijo respecto a las injusticias que están padeciendo. Entonces no es solamente un juicio lo que va a presenciar el público, sino que hay también momentos muy emotivos", apuntó Edery, que además remarcó: "La puesta está bastante despojada de elementos escenográficos. Está el juicio, el tribunal, hay algunas sugerencias de otros lugares, pero en general la idea de la puesta, la estética, es bastante despojada. Hemos trabajado mucho con la luz, con la música, hemos tratado de marcar momentos sin tener que recurrir a elementos `teatrales`. Es un poco ése el desafío, una estética diferente. Además no es una obra aristotélica, con planteo nudo desenlace, sino que los tiempos, los momentos y lugares van y vienen. La pieza no tiene un desarrollo lineal".

En esta versión de fuerte corte local, Pablo Coppa y Miguel Franchi son los responsables de interpretar a la dupla de anarquistas italianos, dentro de un elenco que se completa además con Liliana Belinsky, Patricia Pareja, Roberto Chanampa, Carlos Soto Paiva, Eduardo Vercelli, Sergio Garfinkel, Raúl Santángelo, Gloria Bussano, Raúl Luna Tubbio y Miguel Chiaudano. "Es un elenco con distintas características y generaciones, numeroso, de doce actores con una capacidad importante. Yo trabajo a partir de la propuesta del actor, y pongo un andarivel, o sea que pueden ir dentro de esos límites, pero pueden deambular de acuerdo a sus necesidades de tipo emocionales y de acciones. En ese sentido mis puestas pretenden que los actores sean actores y no títeres", resaltó Edery, quien suma desde el área técnica a Rubén Deninno (asistencia de dirección), Jorge Nieto (escenografía), Ramiro Sorrequieta (vestuario), Roberto Ceballos (música original) y Alfredo Anémola (voz en off).