Ambientada en la Semana Trágica de 1919 (así nombrada a partir de la violenta represión lanzada contra obreros, sindicalistas y anarquistas que reclamaban por nuevos derechos laborales, y que también despertó a los sectores más reaccionarios de la clase alta nacional), Ala de criados retoma un tema que ya había sido abordado por Mauricio Kartún en 1970. En aquel entonces trunco, el proyecto debió aguardar casi 40 años hasta cobrar forma y, bajo la dirección del propio Kartún, convertirse en una de las obras más elogiadas de la temporada 2009. Esta noche, a las 21, el Centro Cultural Parque de España iniciará su temporada teatral con la presentación de una obra que cuenta con las actuaciones de Laura López Moyano, Alberto Ajaka, Esteban Bigliardi y Rodrigo Gonzáles Garillo.

En diálogo con Rosario/12 Kartún se remontó hasta 1970 para hacer referencia a aquel primer abordaje al tema: "Aquello fue un intento frustrado de mis primeras pruebas juveniles con el teatro. Pero del cual me quedó, por un lado, el deseo de trabajar sobre esta temática, algunas imágenes que fueron creciendo con el tiempo y una buena bibliografía, que en el caso de este tipo de materiales es siempre inspiradora".

-¿De aquella primer experiencia queda simplemente una idea o le interesó retomar algo de aquella mirada que tenía siendo joven?

-Bueno, me parece que le ha quedado la furia. Y, casi cuarenta años después, no es poco. Por otra parte está lo vivido que, en todo caso, en estos cuarenta años tuvo un reflejo en mi dramaturgia. Diría que la dramaturgia fue casi el refugio de las peores épocas y el lugar de satisfacción de las buenas.

En Ala de criados, la historia se narra a partir de la visión de tres primos que, en la terraza del Pigeon Club de Mar del Plata, se recluyen de los hechos violentos que acontecen en Buenos Aires. Allí está también un empleado con ansias de progresar. El cruce de clases, entonces, se hace también eje en una obra cargada de tensiones, y que permite aproximarse nuevamente al Kartún director, ése que desde hace algún tiempo se lanzó a la puesta en escena de sus textos: "La madonnita, El niño argentino y, ahora, Ala de criados, son como parte de una nueva etapa en la que escribo y dirijo. Creo que lo hago por dos razones fundamentales. La primera por una cuestión lúdica. Toda la vida yo he jugado al teatro. Soy un convencido de que solamente entendiendo ese costado de juego, ese costado más apasionado que tiene el trabajo teatral, es como uno puede comprender realmente la pasión que se pone en las producciones independientes. En estas ganas de jugar al teatro me faltaba cancha. Me parece que dirigir me permite divertirme en el potrero".

"Por el otro lado --agregó--, venía con cierta sensación de crisis en relación a la necesidad de escribir de algunas formas que no encontraban resolución fácil en los procedimientos habituales de otros directores. Empecé a sentir que, a lo mejor, había que agarrar al toro por los cuernos y empezar a buscar yo mismo esas formas de resolución. Creo que fue una buena decisión. En todo caso, creo que me hizo un autor más audaz, a la hora de escribir me animo a alguna zona más disparatada, soñando con que, después, viene el Kartún editor y arregla el estofado".

-Al menos no tiene con quién disgustarse...

-Bueno, no te creas, suelo tener duros encontronazos, a la noche, entre el director y el autor, que a veces me desvelan a las cuatro de la mañana.

En su paso por Buenos Aires y Montevideo, la obra tuvo una gran recepción de parte de la crítica, que resaltó además la solidez del elenco. Es que el trabajo del cuarteto dejó también su marca en el texto. "Al momento de escribir trato de desprenderme de cualquier imagen que condicione al personaje. Siempre me parece que el personaje tiene que tener una libertad que cualquier modelo de actuación limita. Sí trabajo mucho luego en el armado del elenco. En este caso, fueron un aporte extraordinario. La obra se reescribió en función de los aportes riquísimos que el talento, pero también el propio cuerpo y las ideas de estos actores le dieron a la puesta", confirmó Kartún, autor además de Sacco y Vanzetti, obra que hace apenas unas semanas se reestrenó en la ciudad bajo la dirección de David Edery.

Consultado sobre la vigencia de algunas temáticas históricas, Kartún amplió la mirada, y concluyó: "Siempre que he abordado la historia desde el teatro, me ha interesado especialmente cierta entidad mítica que tienen algunos acontecimientos. Sería ocioso explicar cuál es esa entidad mítica en el caso de Sacco y Vanzetti y en el caso de la Semana Trágica, pero ambos casos son acontecimientos que reúnen, por sobre encima de la circunstancia histórica documental, una serie de coincidencias, connotaciones en lo político, en lo histórico, que las hacen situaciones de una extraordinaria resonancia".