Dom 01.08.2010
rosario

CULTURA / ESPECTáCULOS › EL PROGRAMA "HASTA QUE SE AVIVEN!" PONE MAGIA A ESPACIOS NOCTURNOS.

Pinturas, esculturas y goma espuma

A partir de mañana, la segunda temporada de Hasta que se aviven! promete deambular por las pantallas televisivas y los pasillos nocturnos y llenos de títeres del Museo Juan Castagnino. Cuando todo está en calma, aparece la magia.

› Por Leandro Arteaga

"La mística del programa es la de alterar un espacio común y cotidiano, darle un toque de magia que le permita ser visto de otra forma. ¿Qué pasa en una institución pública cuando se cierran las puertas, cuando no hay nadie? Todo esto a partir de que es de noche, y con un sereno como protagonista. De pronto: ¡Pam! Aparecen estos personajes. Esa es la idea clave de Hasta que se Aviven!". Así comenta Antonio Dayub a Rosario/12 las características y espíritu de la segunda temporada del ciclo televisivo que dirige, con producción del Centro Audiovisual Rosario (Secretaría de Cultura y Educación) y la participación de los títeres de Che Miguitos. Hasta que se Aviven! premiado en Bolivia y distinguido como mejor programa infantil en los Premios Fund Tv podrá verse por canal 3 a partir de mañana, de lunes a viernes y en dos emisiones diarias: a las 10:50 (antes de El Zorro) y a las 16:50.

"Más que un programa infantil, Hasta que se Aviven! es para todo el público. La idea es que a través de los muñecos y los personajes aparezcan las instituciones. En la primera temporada trabajamos en la Biblioteca Argentina (Dr. Juan Alvarez), donde el sereno Pipistrilo (Marcelo Palma) se encontraba con estos personajes que le recomendaban libros, autores, le contaban historias. Ahora la idea se traslada al Museo (Juan B.) Castagnino. Los nuevos personajes se tendrán que ocupar, junto con Pipistrilo, de difundir pintores, tendencias, y distintas cosas relacionadas con el arte", agrega Dayub.

En esta nueva temporada, el primer capítulo estará protagonizado por el mismísimo retrato de Juan Castagnino, quien se ocupará de introducir al sereno y a los espectadores en la nueva experiencia laberíntica del museo que él tan bien conoce. En sus pasillos aguardan, mientras tanto, personajes estrafalariamente entrañables, dispuestos a despuntar el vicio de hablar, gritonear y reír entre esculturas y cuadros. A través de la curiosidad de Pipistrilo, de su ánimo bufón y cordialidad, Hasta que se aviven! dibuja un submundo de goma espuma y ojitos plásticos, pleno de una vitalidad titiritera que es obra y responsabilidad de Susana Kreig, Marcelo Palma y Daniel Basilio. "La idea es, a través de esta propuesta, poder mirar de otra manera a las instituciones públicas, metiéndonos en espacios que no se conocen", prosigue el realizador.

Marcelo Palma (Pipistrilo) realmente se destaca...

Sí, es que trabajó muchos años con títeres, así que tiene una relación muy especial. El es clown, payaso. Lo que permite que cuando se junta con estos personajes haga cosas muy lindas. Durante la primera temporada, mucha gente en la calle lo reconocía como Pipistrilo, y le comentaban que se juntaban con sus hijos para ver el programa. Hay quienes lo han encontrado pagando los impuestos y le preguntaban, "¿vos sos Pipistrilo, el sereno?" Eso estuvo bueno, se nota que en la calle hemos tenido una reacción.

Lo que no deja de ser un hallazgo, en función de los parámetros que suponen la escasa producción local, el esfuerzo que cuesta realizar un proyecto, lograr el estreno televisivo y sostenerlo...

Y el poquito tiempo que te dan. El año pasado estuvimos al aire la cantidad de días que duró el programa, es decir, quince emisiones. Y cuando termina ya está, ya pasó. Te quedás con las ganas de continuar. La emisión de Hasta que se aviven! es posible gracias a la gestión del CAR, que nos da la posibilidad de producirlo. También integramos el proyecto "Soy Bandi", que es mi productora, y "Che Miguitos", que interviene con los muñecos y la puesta en escena. También la Cooperativa de Animadores de Rosario, a través de Diego Rolle y Alfredo Piermatei. Es decir, hay títeres, actuación, animación e instituciones culturales.

¿Cómo asumen el trabajo previo, la preproducción?

Como trabajamos con instituciones, la idea es trabajar con lo que nos encontramos ahí. Si bien tocamos temas que tienen que ver con lo que es el arte en general, lo hacemos a partir de lo que nos ofrece la institución. Si hay una muestra determinada, trabajamos con esa misma muestra. Está, por ejemplo, la muestra de (Fernando) Fader, un pintor que trabajaba con el impresionismo, y que también realizó una serie de obras en las que aborda como temática el tiempo. Perfecto, dijimos. Y tuvimos que comenzar a pensar el trabajo a partir de allí, desde las mismas obras de Fader. En cuanto a los personajes, los fuimos pensando y construyendo. Uno de ellos es pintor, entonces le muestra a Pipistrilo tendencias; otro es restaurador, entonces habla acerca de cómo hay que tratar las pinturas; otro solamente aprecia, es un muñeco chiquito que mira pinturas y que va contando acerca de cómo hay que admirarlas. A todos nos pasa que llegamos a un museo y empezamos a mirar un montón de cosas y no entendemos muy bien por qué, la idea de este personaje es que te enseñe a mirar, a prestar atención, a comprender en cierta forma lo que es una pintura o una obra de arte.

Imagino que cada personaje debe tener una historia de vida, una sinopsis que lo explique y le permita ser asumido como tal.

Sí, todos la tienen. Entre ellos aparece "Salí", que es una especie de pantomima de lo que podría ser Dalí, pero con un toque entre francés y argentino. Salí es medio bardero y muy enquilombado, lo que permite un poco más de euforia a sus capítulos. También está "Allegro", el violinista, que trabaja con autores internacionales por haber viajado a museos de todo el mundo tocando el violín, mientras espera a su compañero pianista que nunca llega pero que es suplantado por Pipistrilo. "Noé" es el restaurador, es alguien que está metido un poco más adentro del museo, en la sala de restauración, en los depósitos. Está el niñito, Baltaaazar, que es el chiquito que llega al museo y se pregunta cómo mirar una obra de arte. "Violeta" es la recepcionista bilingüe del Castagnino, y tiene un pariente muy cercano, "Moradito", que estaba en la Biblioteca Argentina, lo que nos permite un ambiente familiar que recuerda a otros amigos y personajes. Es decir, se va conformando todo un mundo que todavía no conocemos del todo, y que abre perspectivas hacia una tercera temporada- concluye Dayub.

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