CULTURA / ESPECTáCULOS › CLAUDIA, MUCHO MáS QUE UN DOCUMENTAL ACERCA DE UNA CONVICTA
› Por Leandro Arteaga
Una manera fácil, tonta y rápida, sería señalar que Claudia es un documental sobre la vida -actual, bien viva de Claudia Sobrero, a quien la mayoría sabrá ubicar como parte responsable del crimen del dibujante Lino Palacio. Pero Claudia, el film, es más. Mucho más que el amarillismo mediático que tilda los vaivenes emocionales de la opinión pública (mientras rubrica toda posible semántica fotográfica con epígrafes que compiten con las frases de tarjetitas de colectivo).
La cámara de Marcel Gonnet ingresa al mundo penitenciario del Instituto Correccional de Mujeres Unidad 3, de Ezeiza, y convive con sus paredes. El diálogo con Claudia Sobrero es extenso y, digamos, variopinto. Su decir se enmarca y discute con el de tantos más: desde el análisis sociológico de Alcira Daroqui (docente de la UBA y del Correccional) hasta las voces de sus padres o de su actual pareja. Claudia, también, es la película acerca de una mujer que se prepara a enfrentar el regreso social, luego de veintiséis años en prisión.
Puede señalarse que el film de Gonnet es tanto una mirada sobre el mundo y la vida de Claudia Sobrero, como así también acerca de todo lo que a partir de allí se desprende. Por un lado, la bobería mediática -comercial e ideológica aludida. Por el otro, la reflexión acerca del mundo carcelario y su lugar de rechazo social.
Desde este punto de vista, es casi increíble encontrar una similitud de planteo entre Claudia y -si de cinefilia se trata un film como Solo se vive una vez (1937, Fritz Lang), donde el realizador alemán ya tempranamente cuestionaba la ausencia de lugar para el ex-convicto. La situación -entre un film y otro es casi la misma, con un marco social que poco hace por reinsertar y todo lo hace por depositar sus miedos en ese otro mundo que la cárcel significa. Es así que la figura de Claudia Sobrero se vuelve espina social molesta, que clava de manera estimulante. Porque a partir de la tarea conjunta es posible, según Daroqui, encontrar caminos, pero -eso sí no soluciones. El sistema seguirá siendo lo que es: excluyente.
Y respecto del mundo mediático amarillento, el film recuerda la plasmación de caricatura obscena que la serie televisiva Mujeres asesinas hiciera -también literariamente del caso Sobrero. Observar a Claudia leer su descripción de "mirada existencialista" del librito best seller (risas de ella, también del cronista) es un poco el juego de atravesar el espejo y de retrucarse uno mismo. Sorprendente.
En carácter de estreno, Claudia podrá verse en el marco del Festival Latinoamericano de Video Rosario mañana, a las 19, en la sala Arteón (Sarmiento 778). Acompañará la proyección la presencia de Patricio Escobar, encargado de la producción general del film.
Claudia
Argentina, 2010
Dirección: Marcel Gonnet.
Producción: Claudia Sobrero, Lukas González, Carolina Fernández, Pedro Perucca, Laura Lagar.
Fotografía: Damián Finvarb.
Edición: Pablo Noé, Damián Finvarb.
Música: Transradio, Maximiliano D'Agostino.
Duración: 79 minutos.
Salas: Arteón (FLVR), martes a las 19.
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