Luego de haberse presentado como obra invitada en el ciclo Arte Fénix realizado en la Sala Lavardén, este domingo Pajaritos (sociedad melodramática) volverá al Cultural de Abajo de San Lorenzo y Entre Ríos. Realizada por el grupo Theórematos, la obra se instala en la fosa en la que el general Tito Andrónico busca plasmar su plan de poblar al mundo de idiotas. Una tarea poco sencilla para Andrónico, que comenzará a rodearse de personajes muy peculiares.

Dirigido por Cristian Cutró, el trabajo fue ganador del Concurso de Coproducciones municipal, y es el segundo realizado por Theórematos, que comenzó a trabajar en 2008, según relató el conductor y dramaturgo: "El grupo surge conmigo, Nadia Grisetti y Jonathan Sismas, que veníamos como actores itinerantes por varios talleres de la ciudad y otros lugares de Argentina. Decidimos juntarnos para armar algo más vinculado con la investigación, no estábamos tan interesados en producir una obra para el público sino en cerrarnos a investigar a partir de todo lo que veníamos haciendo. Poner en duda lo que nos interesaba trabajar como poéticas, como estéticas, acercamientos a la actuación".

De esa manera, y luego de un intenso período de ensayos, nació De Edipo somos, "una suerte de partitura más bien pictórica, donde se trabajaban mucho las formas desde lo visual, también de lo sonoro, cosas que estaban en un primer plano dentro del procedimiento", según definió Cutró. Más tarde llegaría una convocatoria abierta a artistas de diversas disciplinas, lo que terminó por consolidar a un grupo que luego de aquel debut definió cuál era el camino a seguir.

"Comenzamos a trabajar con un grupo más grande, de nueve personas, en el cual los intereses de investigación ya eran otros, como producir una obra para el público. Nos interesaba trabajar el espacio escénico pensando en la apertura al público, nos interesaba generar una ficción, algo que no veíamos del todo construido en la ciudad. Como si nos hubiéramos quedado con el teatro fragmentado, de los 90, y apuntábamos a tener algo narrativo, un espacio escénico fuerte, a que la actuación construya verosímiles mucho más cercanos al público, que el público pueda acompañar esa obra. Invitamos también a realizadores audiovisuales para que se sumen y actualmente el grupo funciona con la colaboración de cuatro realizadores", consideró el director.

Dostoievski, Arlt y Shakespeare fueron algunos de los puntos de partida para la construcción de lo que, finalmente, daría forma a Pajaritos, trabajo con el que el grupo buscó cumplir con algunas pretensiones detalladas por Cutró: "Lograr un espacio escénico fuerte, una dramaturgia que sea monumental en cuanto a la cantidad de historias que se cuentan. Queremos un lenguaje bizarro, una obra híbrida que abra muchas ventanas, queremos que haya un arco narrativo, que lo que esté en video sirva para continuar contando eso que no se puede contar ahí".

En ese marco, el director no dudó en afirmar: "Recién ahora dimos el puntapié para hacer algo que realmente nos interese. El primer trabajo sentó algunas bases para ver lo que sí queríamos y otras para generar antagonismos, desprendernos de determinadas cosas, desprendernos del teatro en el que todavía se ven símbolos. En De Edipo somos todavía funcionaban los símbolos, un teatro más fragmentario, y cuando vimos el acontecimiento con el público nos pareció que era un teatro muerto, críptico".

Y, ya en relación al trabajo que los domingos de octubre continuarán presentando a las 20.30, concluyó: "Con lo que nos encontramos es que es un teatro mucho más híbrido. El público ahora está atosigado de múltiples informaciones en simultáneo, y nos parecía que necesitábamos una estética que bombardee de historias, ritmos, imágenes, de ficción, que todo esto esté en un marco asible para la mirada del público y que se pueda quedar con mínimas experiencias, un sonido, una imagen, una palabra o un personaje. Pero todo el proceso sirvió para decidirnos a matar lo viejo".