CULTURA / ESPECTáCULOS › CINE. MI FAMILIA, DE LISA CHOLODENKO, CUENTA LA HISTORIA DE UNA FAMILIA MONOPARENTAL
La película muestra sus límites a la hora de abordar el amor entre dos mujeres y termina reforzando ciertas convenciones. El conflicto se desata cuando, al cumplir 18 años, la hija de la pareja quiere conocer al donante del esperma que le dio vida.
› Por Emilio A. Bellon
Tras haber merecido elogiosos comentarios en los festivales de Sundance y Berlín, y haber abierto un espacio de discusiones en las comunidades lésbicos gays, se ha estrenado un esperado film que coloca en el centro de la escena a una familia monoparental, dentro de la cadena de producciones comerciales, cuya distribución está a cargo de una firma industrial. Por lo general, aquellos films que se apartaban de la moral instituida siempre han sido objeto de atención de los circuitos independientes.
Mi familia cuyo título original es The kids are all right, expresión que remite a una consagrada canción de The Who, es un film que goza de una particular mirada en lo que hace al modo en que la misma estructura familiar está presentada sin sobresaltos, sin que por un instante la caricatura, aunque sí el tierno humor, roce el relato. En este sentido el film de Lisa Cholodenko, profesional que dirigió en los últimos tiempos episodios de Six Feet Under, en otras series televisivas, y algunos films de temática lésbica, se acerca a un lugar que, en la mayoría de los casos, ha estado reservado a la pareja integrada por hombre y mujer.
En los últimos años el cine de las diversidades ha comenzado a tener una presencia impensable antes de la década del 90. Más aún a nosotros, espectadores argentinos, se nos fue vedada la visión de algunos contados film en los años de la dictadura. Voces de protesta se alzaron en los primeros tiempos de la democracia, por parte de grupos fundamentalistas, ante temáticas similares. En estos días, y esto hay que destacar, se puede ver simultáneamente la comedia dramática Una pareja despareja, desafortunado título para un ocurrente film de Glenn Ficarra y John Recua que tiene por título original I love you Phillip Morris.
Tras la visión de Mi familia uno puede llegar a pensar que la propuesta del film reafirma ciertos valores de la familia tradicional, volcadas ahora a esta familia integrada por dos mujeres. Dos mujeres de mediana edad, una médica, la otra paisajista, que conviven desde hace años y que tienen dos hijos, ambos por inseminación artificial. Dos mujeres que conviven de manera estable, con roles marcadamente tradicionales, afirmación que se evidencia en sus aspectos físicos y sus comportamientos. Son ellas, Nic, y Jules, ambas comparten con sus hijos adolescentes, Joni y Laser, esos momentos que hasta ahora sólo han sido patrimonios de la pareja heterosexual.
Es por eso que Mi familia se atreve allí donde antes estaban él y ella, aunque en ciertos momentos del film, se subraya demasiado la división y diferenciación de roles, aún entre las dos mujeres. Cuando la hija, Joni (nombre que fue elegido por admiración a la sensible cantante jazzística, Joni Mitchell), cumple dieciocho años su deseo es saber quien fue el verdadero padre, el donante; inquietud compartida por su propio hermano, Laser.
El cuarteto que integra esta familia, interpretado notablemente por la reafirmación de un conciente trabajo actoral colectivo, comenzará a experimentar ciertos desniveles internos por la llegada de este quinto personaje, Paul, un hombre que vive fuera de Los Angeles, que lleva adelante sus propios cultivos y su restaurant biológico, que despliega su vitalidad con sus aires juveniles conduciendo una moto.
Si bien el afiche del film, que reproduce el original, nos muestra una mesa familiar y los cinco comensales, el transcurrir de esta historia va mostrando ciertos lugares en los que repercute una desestabilización. Y es que Paul comenzará a desear a Jules y a su vez ella no hará nada para evitar momentos de intimidad. Y aquí es donde radica otra de las críticas del film: para algunos críticos, su directora ofrece los momentos más audaces cuando retrata la sexualidad y el juego erótico entre hombre y mujer, logrando escenas de ardiente tensión que dejan al descubierto la potencia de ese encuentro; en cambio, (y esto sí es más que verificable) la intimidad entre las dos mujeres sólo se limita a la acción de besar y a un juego que se registra bajo las sábanas, pese a que ambas están siendo motivadas, en ese momento, por la visión de un film porno gay.
No obstante, pese a estas objeciones, es un film que merece permanecer en cartelera. En el orden de los aciertos, Mi familia es un film que se atreve tibiamente, en el espacio de los grandes intereses del cine de hoy; es una muestra de ese cambio de perspectiva que un gran grupo de espectadores esperábamos; pero es al mismo tiempo la posibilidad de comprobar cómo en función de una respuesta masiva hay situaciones, que si bien en el cine gay ya han encontrado un lugar, todavía no han sido presentadas de manera menos culposa en lo que hace al amor entre dos mujeres.
Mi familia. 7 (siete) puntos.
(The kids are all right)
EEUU., 2010
Dirección: Lisa Cholodenko
Guión: Lisa Cholodenko y Stuart Blumberg
Fotografía: Igor Jadue Lillo
Música: Carter Burwell, Nathan Larson y Craig Wedren
Intérpretes: Annette Bening, Julianne Moore, Mark Ruffalo, Mia Wasikowska, Josh Hutcherson.
Duración: 105 minutos.
Salas de estreno: Monumental, Showcase, Sunstar y Village.
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