Este jueves a las 19, en el Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río), se inaugura un proyecto largamente soñado. Producto de una colaboración entre Rosario y Barcelona y acompañada por textos del artista que dan cuenta de su ideario anarquista, la exposición Cochet utópico, con curaduría de María Eugenia Prece, da a conocer al público argentino la obra pictórica y gráfica del período barcelonés del pintor y grabador Gustavo Cochet (1894-1979) y sitúa a un artista pionero del arte de Rosario en el centro del patrimonio cultural de la República Española y de la humanidad.

Por la orilla rosarina, el trabajo conjunto, en investigación, divulgación y conservación, de Prece y de la hija del artista, Silvia Cochet, como también el de la doctora en Historia del Arte Sabina Florio (UNR) y de la Asociación Amigos del Taller Gustavo Cochet (Funes) da así un nuevo fruto. La grabadora y docente Laura Rippa (UNR) aporta su mirada sobre la obra gráfica. María Eugenia Prece es licenciada en Bellas Artes por la UNR y master en Gestión Cultural y Rehabilitación de Patrimonio por la Universidad de Barcelona. Allí, la idea de la muestra surgió como trabajo de proyecto fin de master de un grupo de alumnos del Master (Maestría) en Museología de la Universidad de Barcelona (España).

En el año 2004, mientras cursaba su maestría, Prece le comentó al profesor Antoni Laporte Roselló (profesor titular del Master de Museología de la Universidad de Barcelona) sobre el legado de Cochet, a cuyo cuidado ella estaba por iniciativa de Silvia. El profesor Laporte convocó a sus alumnos y, bajo su tutoría, el equipo integrado por Cristina Agápito, David Alemany, Maria Ballús, Anna Costa, Fanny Estela, Aitor Goienetxea, Estíbaliz Pérez y Anna Rodríguez produjo un documento titulado "Elaboración de un anteproyecto expositivo sobre Gustavo Cochet, cultura y anarquismo". Las fuentes consultadas fueron los documentos y manuscritos enviados desde el Museo Cochet y los relevamientos realizados en Barcelona en la Casa de l'Ardiaca, la Biblioteca de Catalunya, el Museu Nacional d'Art de Catalunya, el Ateneu Enciclopédic Popular y el Arxiu Históric de la Ciutat. La investigación fue realizada de enero a octubre de 2006 y el documento se puede consultar en el Museo Cochet.

"Ellos investigaron todo lo que Cochet dejó en Barcelona y crearon un proyecto de exposición", contó Prece a Rosario/12. "La idea es que sea itinerante, Barcelona a Rosario, y que se junte con lo que hay de Cochet en Rosario". Laporte contactó a Alfons Martinell, director de Cooperación Cultural y Científica del Ministerio de Asuntos Exteriores al que pertenece la AECID, quien ofreció que el Ministerio del Exterior pagara los seguros y los traslados. La muestra es parte de una serie de exposiciones realizadas en años recientes en Rosario y en Funes. Según escribe la curadora en el catálogo, el legado Cochet ha generado "en torno a su memoria un espacio cultural de autogestión ciudadana, imbuido de su espíritu libertario que por utópico no de deja de ser posible, como lo demuestra la existencia del Museo Cochet y su red de relaciones en crecimiento constante, de la cual esta muestra es un ejemplo".

Luego de ser uno de los fundadores del campo del arte local, en 1921 Cochet se trasladó a París, donde se vinculó con Joaquín Torres García. En 1928 regresó a Rosario. En 1934, fue a Barcelona y se integró a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), perteneciente a la Federación Anarquista Ibérica (FAI). Realizó ilustraciones y escribió artículos para los periódicos Tiempos Nuevos y Tierra y Libertad. Participó del salvataje de obras de arte realizado por la Federación de Artistas Independientes de la CNT con la convicción de que "las obras salvadas en la revolución que antes adornaban las casas de los banqueros y comerciantes, deberán en el futuro adornar las casas y locales de los sindicatos o los ateneos donde se reúnan los trabajadores", como escribe en su Diario de un pintor.

Entre 1936 y 1938, Cochet realizó su serie de aguafuertes sobre los horrores de la guerra civil española, a la que tituló Caprichos, retomando la tradición inaugurada por Callot y cultivada por Goya. Sobre un elemento alegórico simbolista recurrente en estos aguafuertes testimoniales escribe Laura Rippa: "La imagen de una mujer con el torso semidesnudo caracteriza algunos de sus Caprichos: ella es la España libertaria, alusión a la figura femenina de la pintura La libertad guiando al pueblo de Delacroix". En 1939, una vez derrotada la República, Cochet debió emigrar. Entre 1941 y 1946, residió en la ciudad de Santa Fe, donde escribió dos libros y dictó clases en la Escuela Provincial de Artes Plásticas. En 1947 regresó a Rosario y fijó su residencia en Funes. Allí construyó su casa taller, que hoy es el Museo Gustavo Cochet gracias a la labor de su hija y de sus vecinos.

"Podemos pensar en la existencia de una tradición en el arte de Rosario conformada por artistas que cultivaron un tipo de arte figurativo realista de fuerte impronta personal vinculado a su mundo más próximo", escribe Sabina Florio en un pasaje inédito de un extenso trabajo producido especialmente para esta muestra, que fue salvajemente editado en el catálogo. "Ni conservadores ni rupturistas... Equidistantes de la vanguardia y de la tradición estos autores sostuvieron valores como el amor por el oficio, la honestidad, la ética, la sencillez y la sinceridad, muy próximos a las ideas libertarias, de las que gran parte de ellos [Cochet incluido] eran simpatizantes".