CULTURA / ESPECTáCULOS › TEATRO. EL GRUPO PASILLO TEATRO ESTRENA EL VIERNES PRóXIMO LA OBRA FRATERNIDAD
El texto de Mariano Moro, con la dirección de Carla Saccani y las actuaciones de Cristian Mengoni y Carlos Chiappero podrá verse en el Cultural de Abajo. La realizadora apostó a que los espectadores disfruten "de una buena historia".
› Por Julio Cejas
La obra Fraternidad, de Mariano Moro, se estrenará en la versión del grupo Pasillo Teatro, con la dirección de Carla Saccani, el próximo viernes, a partir de las 20.30, en el Cultural de Abajo (San Lorenzo y Entre Ríos). Esta propuesta fue una de las ganadoras del Concurso de Coproducciones de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Rosario el año pasado y cuenta con las actuaciones de Cristian Mengoni y Carlos Chiappero.
La actriz Carla Saccani (De nuevo la furia, Martha Stutz) que debuta como directora con este trabajo, dialogó con Rosario/12 para referirse a su concepción estética y las formas de abordaje de esta nueva producción local. "Desde que empecé a hacer teatro, tuve siempre el deseo de poder unir la literatura y el teatro, que puedan juntarse para potenciarse, no para molestarse entre sí. De esta forma el público además de disfrutar de las actuaciones, disfruta de una buena historia, donde lo más importante sea la ficción, la obra en sí, tan simple como cuando uno ve una película", dijo la joven directora.
Fraternidad aborda -según sus responsables- de la historia de Marta y Lucía, dos hermanas de 50 años que nacieron en cuna de oro, en una familia de doble apellido de la más rancia aristocracia porteña, en los 70' fueron militantes montoneras y hoy están acabadas, aferradas hasta la desesperación de sus últimos atisbos de belleza. "La idea de hacer Fraternidad, más que una idea fue un deseo que se materializó cuando este grupo se encontró con el texto de Moro. Ellos querían hacer de mujeres y yo quería dirigir. "El texto vino a conducir el deseo del grupo, a darle forma de palabra", afirmó Saccani.
Pasillo Teatro es el nombre de este colectivo teatral de reciente formación que tiene como principio fundante el trabajo sobre el texto teatral, la decisión de investigar en distintas estéticas y poéticas teatrales y el objetivo de habilitar el desarrollo profesional de cada uno de sus integrantes tanto dentro como fuera del grupo.
-¿Cuál es el fundamento estético para componer a estas hermanas a partir de la actuación masculina?
-Me pude dar el gusto de trabajar a fondo sobre el texto de la obra porque cuento con dos actores que tienen un manejo del cuerpo en escena muy seguro y muy rico; Carlos y Cristian, además de tener una formación muy completa en la actuación, tienen cuerpos que van incluso más allá de la composición actoral. Todo esto se potencia cuando lo que estás trabajando tiene que ver con el transformismo, un hombre vestido de mujer despliega una multiplicidad de signos teatrales que fue muy rico aprovechar para hacer estallar los sentidos del texto de Moro.
Estos signos surgen espontáneamente -expresó Saccani-, y se dan en el encuentro del cuerpo masculino con el rol femenino, en el fuera de lugar, en la dislocación de las formas cotidianas, en la puesta en jaque del discurso realista de una manera rápida y a menudo muy efectiva en lo que a teatralidad respecta.
"Aprovechamos para jugar y profundizar en el transformismo, llenarlo de capas y sacarlas todas de un golpe, sin develar demasiado lo que va a ocurrir en la obra, hay momentos en que trabajamos mucho con la masculinidad del hombre vestido de mujer, que paradojalmente también se ve resaltada", abundó Saccani.
Para la directora de Fraternidad, la obra está atravesada por una partitura de movimientos precisa que es como una danza, desde los momentos de máximo despliegue energético hasta cuando se ponen a charlar sentados en el piso.
-¿Cuáles son las técnicas empleadas para arribar al resultado final?
-En los primeros días de trabajo, cuando estábamos en la etapa de búsqueda de investigación e improvisación para encontrar todos los cuerpos y voces de mujeres que ellos empezaban a componer, sugerí echar mano a todo: memoria emotiva, Grotowsky, clown, danza contemporánea, contact, yoga, stand up, lo que sea que nos sirviera. Eso ayudó mucho a desdibujar un poco los prejuicios que uno tiene para lanzarse.
La directora se refirió a la obra de Moro como "políticamente muy incorrecta", porque si bien sus personajes son muy inteligentes y brillantes, son también racistas y su ética trastabilla en cada parlamento.
"Lo que queremos es justamente ridiculizar el cinismo de los que piensan como Marta a través de una exhibición recargada, aquí es donde cobra un sentido abrumador la elección del transformismo que empezó como puro deseo y después se transformó en una necesidad de la obra en sí. En lugar de poner en escena un discurso homogéneo -que no entraña ningún riesgo preferimos eludir los moralismos y traer un discurso con el que nosotros, ideológicamente, no coincidimos pero que encontramos rico porque toca los puntos más sensibles de la historia reciente de nuestro país, con el objetivo claro de poner en crisis aquello que se da por sabido y obtura la discusión".
Con este trabajo; el grupo Pasillo Teatro se propone construir nuevas preguntas y despejar los prejuicios a la hora de pensar nuevamente la historia argentina de los últimos años, reclamando otra actitud en el arte: "La desacralización de los grandes nombres, de los grandes principios".
Fraternidad contó en la parte técnica con el aporte de Cristian Grinolio en escenografía y objetos, Renata Minoldo en el diseño y confección de vestuario, Ramiro Sorrequieta en diseño de maquillaje y entrenamiento, Esteban Sesso en composición, instrumentación y producción musical, Vanesa Baccelliere en entrenamiento en voces cantadas y la asistencia de dirección estuvo a cargo de María Belén Ocampo.
Saccani -que destaca en su formación a la directora local Romina Mazzadi Arro- es egresada de la Escuela Provincial de Teatro y Títeres, se formó en Buenos Aires con los maestros Guillermo Angelleli y Alejandro Catalán y tiene una clara concepción estética e ideológica del teatro que urge en estos tiempos.
"A la hora de dirigir y producir teatro quiero contar historias propias o ajenas siempre que pueda enamorarme de ellas. El teatro es un arte plural, todos sus elementos deben gravitar entre sí de forma sinérgica, sin subordinarse unos a otros, sino se subordina también al espectador y se lo expulsa de las salas. No es teatro si no están los actores, pero tampoco es teatro lo que hacemos, si no está el público", apuntó la realizadora, quien agregó: "Creo que hoy es necesario hacer un teatro un poco más ambicioso, que cuente historias, con más despliegue de escenografía y de vestuario y no creo que para hacer un teatro así tengamos que tener el capital de una productora internacional, sino optimizar nuestras estrategias de producción y trabajar mucho para estar muy convencidos de lo que estamos haciendo".
Fraternidad se presenta, según sus responsables, como "una feroz ironía de una de las máximas piezas de la literatura nacional como La vuelta del Martín Fierro, de José Hernández. Estas hermanas no sólo se han dejado devorar por los de afuera sino que precisamente durante el transcurso de la obra van a hacer un intento desesperado, quizás el último, por devorarse entre ellas".
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