La pregunta sería - se estima- ¿cómo lograr que la geología santafesina interese al potencial espectador televisivo? Algo tan inesperado para el lector de esta nota así como también para la televisión misma o, más aún, para quienes han aceptado el desafío. Allí, entonces, se inscriben los protagonistas de Memoria del suelo, programa de Señal Santa Fe, de la Secretaría de Producciones e Industrias Culturales del Ministerio de Innovación y Cultura, que inicia hoy su primera temporada por Canal 5, en el horario de las 10. Dirigido por Sebastián Carazay, y con la coordinación general de Cecilia Vallina, el ciclo contó con la participación de un equipo que nuclea a más de quince personas.

Desafío que resulta en juego de espejos, porque trasluce entre los responsables del envío, cuyas caras visibles desde la pequeña pantalla son Florencia Coll y Carlos Rossi, devenidos periodistas de un programa que deberá afrontar e idear maneras de televisar la geología de su provincia. Y se espeja porque, entre los intérpretes y los personajes que encarnan, las profesiones coinciden en vida real. Y no sólo eso. Ahora lo mejor.

Porque la misma estructura narrativa de Memoria del suelo está dada por una suerte de cámara(s) oculta(s) que observa el detrás de escena con el que lidian Florencia y Carlos, periodista y camarógrafo. El atrás del telón utilizado como un artificio capaz de develar y espiar las vicisitudes acerca de la tarea asignada - discusiones, incertidumbres, sorpresas- mientras que, al mismo tiempo, es el registro de estas cámaras el que define al programa propiamente dicho.

En otras palabras, como si se tratase de una serie de mamushkas, unas dentro de otras, contenedoras de un juego sostenido entre documental y ficción, en el que hasta los propios entrevistados harán de sí mismos, mientras relatan y explican temáticas tales como el hombre precolombino, los bosques nativos, el agua, las batallas históricas o los recursos minerales naturales.

Desde esta particular puesta en escena, el programa que comienza a emitir Canal 5 - el primero de una serie de ocho capítulos de media hora- es capaz de dar cuenta de una planificación inteligente, de un corte de montaje previsto así como también sujeto a las vicisitudes de cada episodio. En otras palabras, un criterio periodístico que devuelve a la televisión sus mejores ganas en cuanto a producción de contenidos (con contenido).

De lo que se desprende que ya son varias las propuestas similares que la televisión rosarina conoce, generadas desde la fuerza de trabajo local (que es mucha, y que debe encontrar y tener lugares donde ubicarse y poder hacer lo que sabe); más una respuesta de público que alienta más y que hace de Señal Santa Fe un lugar cada vez mejor, más concurrido y, sobre todo, más público.