Mar 31.05.2011
rosario

CULTURA / ESPECTáCULOS › PLASTICA. FUERA DE LA LíNEA Y EL STREET ART DE LATINOAMéRICA

Sueño muralista del arte para todos

Los curadores Soledad y Lucas Zambrano reunieron a grafiteros de Buenos Aires, San Pablo y Rosario en una muestra colectiva que permite vislumbrar el mundo fascinante de un arte personalísimo y global que no se detiene ante los muros.

› Por Beatriz Vignoli

Se consideran una comunidad. Su ambición es dibujar todo el tiempo. Cambiaron el taller por la calle, donde su línea fluye en una soledad anónima, acompañada por la multitud. Esos son sus espectadores y ocasionales interlocutores: los transeúntes. Con un pie en las prácticas urbanas contemporáneas y otro en la tradición de la pintura de todos los tiempos, los grafiteros revolucionan la circulación y la recepción de las imágenes artísticas mediante sus técnicas de alto impacto. Evocan las primeras huellas que el hombre dejaba en las cavernas y encarnan el sueño muralista moderno de un arte para todos.

Hasta el 28 de junio, el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (Oroño y el río) se ve invadido por la obra multicolor de decenas de representantes latinoamericanos del street art. No sólo las salas interiores, sino los entrepisos y las escaleras florecen con una cornucopia de stickers, aerosoles, pinturas a pincel, esténciles y hasta esculturas. Los curadores Soledad Zambrano y Lucas Zambrano, de Buenos Aires, reunieron a grafiteros de Buenos Aires, San Pablo (Brasil) y Rosario en una muestra colectiva, Fuera de la línea, que permite vislumbrar ese mundo fascinante: el de un arte que no se detiene ante los muros, un arte a la vez personalísimo y global.

Algunos usan seudónimos, otros sus nombres, otros ambos, y todos hacen gala de un profesionalismo sin red, como el que pudo verse el día antes de la inauguración de la muestra, y del que quedan registros en los documentales. Ellos son: Nerf, Pum Pum, Jaz, Ever, Georgina Ciotti, Poeta, Roma, Andrés Bonavera (Larva), Lucas Lasnier (Parbo), Pedro Perelman (PMP), Fede Minuchín (Run don't walk), y los paulistas Nazza Stencil, Gen Duarte, Zezau, Fefe Talavera y Highraff. Participan además los colectivos Kid Gaucho & Friends, la Federación Stick Boxing, Doma y Fase. La exposición está pensada para ser leída desde el séptimo piso, donde obras más convencionales en lienzo rodean la impactante intervención escultórica del grupo Kid Gaucho & Friends en la pared del fondo. Esta primera aproximación presenta los mundos de los artistas, y las figuras fabulosas o intimistas que los pueblan.

En el sexto piso, Doma y Fase colaboraron en una ambientación a toda sala donde la urbe de día y noche, la ciudad, es el tema y no soporte. Hay una figura humana gigante hecha de casas, echada, cuya estructura se dibuja en líneas verdes fluorescentes en el espacio al accionar una luz.

Contaba Soledad Zambrano, en la víspera de la inauguración, que deliberadamente desde la curaduría se convocó a artistas que no se conocieran, uno de San Pablo y otro de Buenos Aires, para colaborar en las paredes asignadas. La ética con que trabajan, cuidando de no "pisarse" entre sí y que las imágenes dispares se potencien en diálogo, se ve también en los documentales, que los grafiteros presentes en la noche de la inauguración contemplaban con la unción de quien se ve al fin retratado. Allí, se abre un mundo donde convergen prófugos del diseño comercial y de las academias de arte. Al mirar los documentales sobre grafiteros de la excelente serie Paredes que hablan, que está puesta en loop en la sala del piso 4, es imposible no pensar en esa perla del género que es Beautiful Losers.

Paredes que hablan es una producción original de Injaus para I.Sat que muestra la actividad del street art en Buenos Aires, San Pablo y México DF. Producida durante 2008 y 2009, la serie se divide en 16 cortos y un especial de una hora. En el video "A Rural Art Road Movie" se ve a TEC pintando en medio de la pampa, dialogando con la arquitectura de las taperas que la modernización abandonó. En "Please Stand by", Kid Gaucho & Friends imitan artificialmente con su arte lo que se genera espontáneamente en un muro, y exponen un ciempiés monumental.

Pum Pum, una joven mujer rubia que no muestra rostro ni edad, pinta a pincel y cuenta que nunca abandonó su mundo de la infancia, habitado por seres como Hello Kitty o My Rainbow, pero que lo cruza con la filosofía áspera del punk rock. "Nunca es ahora", se lee pintado en una cinta negra en el piso 3 del Macro donde ella comparte sala con Zezao, Highraff y Nerf, el coreano que vino a la Argentina a conocer a Maradona y se quedó a pintar bloques 3D en aerosol. En la misma sala puede verse la obra de Ever, cuya base es una figura recurrente que es casi un autorretrato, de donde también parte su obra digital.

En otra sala se ve cómo unos osos pintados por Jaz, un acuarelista que usa diluyentes para evocar el efecto de la acuarela al esmalte sintético, luchan sobre los lomos de los monstruos tipográficos de Fefe Talavera; vuelan plumas de un ave mítica de belleza prerrafaelista por Georgina Ciotti. Los mundos se cruzan entre sí; no sólo los de cada artista sino los de las diversas esferas por donde su arte circula, en toda una variedad de técnicas. Entre los créditos locales cuyo arte prolifera en los entrepisos figuran (sólo algunos nombres, copiados a mano de las paredes) Hi Mori, Mati 8, Fitzgerald Salmonella, Tati, Niña de Fuego, María Lange.

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