Dom 05.06.2011
rosario

CULTURA / ESPECTáCULOS › SE FIRMó UN CONVENIO INTERCULTURAL CON TELEVISIóN NACIONAL URUGUAY

Televisión, espectadores y ciudadanos

"Estamos trabajando una televisión desde la cultura, con otros valores", destacó Virginia Martínez, directora de Televisión Nacional Uruguay. El acuerdo significa la internacionalización de contenidos audiovisuales generados en esta ciudad.

› Por Leandro Arteaga

"Se trata de un día histórico" señalaba Horacio Ríos, Secretario de Cultura y Educación de la Municipalidad, el viernes pasado en las dependencias del Centro Audiovisual Rosario, al referir la importancia del convenio intercultural con Televisión Nacional Uruguay. Con presencia del Intendente de la ciudad, Miguel Lifschitz, se firmó el acuerdo de venta de los derechos del programa de dibujos animados Cabeza de Ratón, de la Cooperativa de Animadores de Rosario, así como el tratado de cesión de uso de los derechos sin cargo de Cables Cruzados, propuesta televisiva ideada por el músico Fabián Gallardo. El acuerdo significa de manera relevante en virtud de la internacionalización de contenidos audiovisuales generados en la ciudad, pero también como consecuencia del camino precedente y actual que significa la celebración, por parte del C.A.R., del Festival Latinoamericano de Video.

Virginia Martínez productora, realizadora y escritora, amén de ser la actual directora de Televisión Nacional Uruguay ha sido una de sus presencias recurrentes. "Los festivales siempre son lugares muy interesantes para los realizadores, tal como es el caso del Festival Latinoamericano, donde lo más rico es el intercambio y el conocimiento que promueve. A partir de mi amistad y las venidas frecuentes, Horacio Ríos me hizo conocer un par de programas, de series de televisión, con la posibilidad de interesarnos para las pantallas de la televisión pública uruguaya", recuerda Martínez a Rosario/12.

"Es así que me los llevé, los vimos, y decidimos incorporarlos a nuestra programación. Por un lado, vengo a cerrar desde la firma los convenios que van a hacer que estas dos series estén en Uruguay, pero por otro lado también espero que se produzca un punto de partida hacia un intercambio de parte de la producción de contenidos de calidad producidos en Uruguay para la televisión de Rosario" agrega Martínez

¿Qué características distinguirías de la televisión en Uruguay?

En primer lugar, te diría que en Uruguay tenemos una gran influencia de la televisión comercial argentina, estamos muy bien "colonizados" en ese sentido, desde "Bailando por un sueño" hasta "Intrusos". Por otro lado, la televisión pública es un lugar dedicado a mostrar otra televisión argentina, y es en ese contexto donde sitúo a estas dos series, como producciones que pretenden hacer conocer valores artísticos, culturales. Cuando hablo de estas cosas suelen preguntarme si a nosotros nos interesa el rating, ¡por supuesto que sí!, a todo el mundo le interesa, la televisión tiene vocación de un público masivo. Pero la televisión pública está para algo diferente. Nosotros sabemos que trabajamos para minorías, y sabemos que los públicos deben ser atendidos desde la igualdad, porque si vamos a considerar al público como una masa informe, a la que le gusta más de lo mismo, no nos apartaríamos del caño y el baile. Estamos tratando de abrirnos a otra televisión, a una televisión regional. Tenemos un ciclo de cine latinoamericano, un ciclo de cine nacional, ahora vamos a empezar con un ciclo de cine documental, y también series que vienen de Argentina, de Canal Encuentro, así como de la BBC, de la Televisión Española, y de la producción nacional. La idea nuestra es la de considerar al espectador como un ciudadano, no como un consumidor; de hecho, ahora hicimos algo bastante novedoso: tenemos tres informativos diarios que salen sin publicidad, no mezclamos más información con publicidad, y lo mismo hacemos con el cine, pasamos cine sin cortes. Es en ese sentido que estamos tratando de trabajar la televisión desde un canal que contenga cultura y entretenimiento, con un humor que esté por fuera de lo que predomina en la televisión comercial: la burla, la desgracia, la estigmatización.

Pareciera, desde un decir vulgar, que entretenimiento y contenidos culturales estuviesen reñidos.

Por poner un ejemplo, en el año 2008 en Uruguay se hizo un movimiento "pro Capusotto" para que la televisión pública pasara su programa. Se juntaron firmas y Capusotto llegó a la pantalla de la televisión nacional. Es eso, creo que la cultura y el humor pueden ir perfectamente de la mano, aún cuando haya una tendencia hacia lo más fácil. Por eso reivindico lo de los públicos, aunque sean minoritarios, porque de lo contrario estaríamos en camino a la era del pensamiento único, de la imagen única, de los sonidos únicos, de la gastronomía única; en ese sentido, trabajamos historias nuestras, porque también lo pequeño, lo cercano, vale, así como abiertos a su vez a contenidos "como Cabeza de Ratón y Cables cruzados que tienen un valor que me da orgullo, y que si no los mostramos nosotros no lo va a hacer nadie. La gente tiene también derecho a no comer todos los días del año "televisión chatarra".

Y el estado tiene la responsabilidad de ocuparse de ello.

Sí, tiene que ocuparse. La televisión pública tiene una razón de ser, y esa razón no es el lucro, sino una razón de bien público, de bien colectivo, de información, de cultura, de identidad, de apoyo, y me parece que son políticas que nosotros tenemos que dar, porque no solamente se combate a la pobreza con soluciones habitacionales, con trabajo, sino también con valores, y lo que vemos hoy es que los valores predominantes son de acuerdo con lo que tenés. Es una labor que no puede ser muy exitosa en términos de rating, pero que es necesario dar.

Igualmente, y tomando como ejemplo el canal Encuentro, se comprueba que hay una respuesta importante de parte del público hacia contenidos diferentes y mejores.

Nos pasó una cosa curiosa, cuando se debatía en el Parlamente, en Uruguay, la anulación de la Ley de Caducidad, que amnistía a los militares responsables de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, decidimos sobre la marcha hacer una transmisión de corrido. El debate duró quince horas y fue muy curioso porque tuvimos niveles altísimos de rating, que sólo logramos cuando transmitimos en directo el carnaval. Hay veces en que la gente nos dice otra cosa, como que no solamente le interesa el glamour, la sangre y el chimento.

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