CULTURA / ESPECTáCULOS › LITERATURA. BALANCE DE LAS PRIMERAS JORNADAS ACADéMICAS EN ROSARIO
Los organizadores Nicolás Manzi, Marcelo Britos y Federico Ferroggiaro, y el periodista Bernardo Masson brindaron sus impresiones sobre un encuentro que fomentó el debate y colaboró con el trazado de un escenario literario a nivel local.
› Por Beatriz Vignoli
La semana pasada se realizaron las Primeras Jornadas Académicas "La Literatura de Rosario". Proyecciones, representaciones y tensiones, organizadas por la Escuela de Letras de la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR, convocaron a académicos, escritores reconocidos y desconocidos, estudiantes, lectores y público en general en torno a un sano debate. Tres de sus organizadores --Nicolás Manzi, Marcelo Britos, Federico Ferroggiaro--, además del periodista Bernardo Masson, quien asistió a todas las mesas, brindaron a Rosario/12 un balance positivo. El encuentro logró el debate y empezar a trazar un escenario o una escena local, valorizando y proyectando a escritores que escriben desde Rosario, no solamente para Rosario o sobre la ciudad.
Federico Ferrogiaro (coordinador de la mesa de publicaciones), expresó: "Lo más importante a rescatar fue la intensidad con que se vivió todo, la cantidad de gente que participó, y darse cuenta de que existía la problemática, que había interés, que había docentes que participaron en determinado momento y después hacían aportes en las otras mesas. En la mesa de publicaciones del viernes participaron Jorge Isaías de La Cachimba, Lucas Mendoza de la revista electrónica Cultura Etérea, Sergio Gioacchini por Ciudad Gótica y Silvina Ross por Identidad. Se habló de las génesis de las revistas y sirvió para poner en diálogo lo que era la revista tradicional con las publicaciones a partir de las nuevas tecnologías, 'surgidas del ocio'".
- F.F.: Después las lecturas tuvieron gran convocatoria. Además de los narradores y poetas que formaban parte del programa, poetas y narradores que nunca habíamos visto llegaban ahí, se presentaban y se animaban a leer. El micrófono abierto fue también un gran éxito.
¿A qué conclusión se llegó respecto de la relación entre los académicos rosarinos y los escritores rosarinos?
- Nicolás Manzi: Eso se vio en el debate que se abrió en la primera mesa, en la que Roberto Retamoso dijo que la academia nunca tuvo lugar para los escritores de Rosario. Y eso abrió un debate, porque después otras personas que participaron de las jornadas, como Graciela Aletta de Silva o Martín Prieto, reivindicaron el trabajo que ellos tienen sobre escritores de Rosario dentro de la academia, y los trabajos que otros colegas tienen, escribiendo sobre escritores rosarinos, vivos y no vivos, en ediciones que han salido por la Editorial Municipal, prologados por académicos de la Escuela de Letras de la Facultad. De alguna manera hay una mirada de los académicos o de los intelectuales de la Facultad hacia los escritores rosarinos. Pero al mismo tiempo, a la afirmación de Roberto se le termina dando la razón. Todos los docentes de la academia se tocan con los escritores en algún momento. Pero lo que decía Roberto es que dentro de las aulas no siempre se trabajan los escritores de acá. Y en la mesa de la Escuela Crítica de Rosario, ensayistas que son tan escritores de literatura como los poetas y los narradores, se vio que estos investigadores de la Facultad trabajan a partir de su lectura de autores que viven en Buenos Aires y no son de Rosario. Creo que tiene que ver con elecciones personales. Uno prefiere lo que le gusta o lo que le conviene. Cuando los intelectuales de la casa eligen leer de esa manera, es una elección irreprochable. Tal vez a los autores rosarinos les faltará algo que a otros no les falta. La conclusión fuerte es que las Jornadas pusieron en cuestión este tema o al menos lo formularon, lo cuestionaron, lo explicitaron como cuestión.
- B.M.: Eso quedó flotando cuando la propia Angélica Gorodischer, después de exponer basándose en lo anecdótico, preguntándose si se definía a la literatura rosarina por la inscripción del ambiente local en los textos o por haber nacido el autor o la autora en Rosario, dijo: "Me voy con la pregunta de si existe una literatura rosarina".
- N.M.: En "El escritor argentino y la tradición", Borges lo dice claramente: no existen los localismos en cuestiones literarias, nos pertenece la cultura universal. Pero de todas maneras necesitamos reafirmar de qué manera se establece un canon y de qué manera se mueve un mercado editorial más allá de los condicionamientos territoriales o regionales.
Quizás esto tenga que ver con lo que planteó Martín Prieto (en la mesa de poetas del miércoles) sobre la imposibilidad de un canon local por períodos, cuando incluye a los escritores objetivistas rosarinos en el objetivismo latinoamericano, o a los neobarrocos rosarinos en el neobarroco latinoamericano. También la misma Universidad tiene una tendencia a la universalización de los períodos o los estilos, ¿no?
- Marcelo Britos: Como trabajo de la Escuela de Letras creo que no está mal. Acá me parece que hay dos temas que son diferenciados: uno es la distancia que hay entre la Escuela de Letras y la literatura que se produce extramuros, esa distancia es la que genera los prejuicios; los encuentros no son espontáneos. Como decía Jorge Riestra: "Hace sesenta y pico de años que yo escribo y nunca me habían invitado a la Escuela de Letras". Parece que eso parte de una responsabilidad de la Escuela, y también de lo que se produce extramuros; creo que los prejuicios empiezan así. A partir de este encuentro creo que es el momento para empezar a saldar. Otra cosa es la existencia o no de una literatura rosarina, y también en esto cito a Riestra. No debería existir "literatura rosarina". Existen escritores rosarinos, que escriben para el país, para el mundo, como lo hizo él durante tantos años. Lo que hace este encuentro es, primero, acercar las dos cosas, lo extramuros y lo académico. Y en segundo lugar, rescatar escritores rosarinos que han escrito universalmente, como en el caso de Jorge Riestra.
- B.M.: A lo mejor no se va a poder hablar de literatura local hasta que no se genere acá una usina de mercado de lectores que esté a la par de la literatura porteña. Creo que hay que hablar de literatura rosarina en esos términos.
- N.M.: Es un condicionamiento muy grande. La profesionalización de un escritor para mí tiene que ver con el mercado. A nosotros nos gustaría que por lo menos un par de escritores de acá puedan profesionalizarse en el oficio y ser reconocidos de alguna manera. Porque hacen tan buena literatura como cualquiera.
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