CULTURA / ESPECTáCULOS › MUSICA. EL COMPOSITOR ROSARINO ESTRENA HOY SU DISCO 12
Con una docena de canciones simples y luminosas, Gonzalo Aloras se muestra como un creador maduro, sensible. "Vengo con una especie de euforia ligada a la certeza de estar haciendo algo que solamente yo puedo hacer", asegura.
› Por Edgardo Pérez Castillo
Lejos de resultar contradictorio, el hecho de que Gonzalo Aloras cite a Rimbaud y su "Yo es otro" para acompañar a 12, su flamante y personalísimo disco, es toda una declaración de principios. Para el músico rosarino, esta obra va más allá del ego y de su propio nombre, aún cuando en ella se sintetizan las influencias artísticas y la extensa trayectoria del compositor, cantante y multiinstrumentista que hoy a las 22 realizará la presentación oficial de 12 en el Club Imperial de San Martín y el río.
Responsable además de la producción junto a Rafa Arcaute, Aloras dialogó con Rosario/12 y destacó las cualidades de un material al que intuye relevante: "Creo que son cosas que uno siente, me doy una idea que va a ser un disco muy importante. Más allá de lo que podría significar importante (como hacer un Luna Park, vender mucho, esas cosas), será importante para la música, para la sensibilidad, para las generaciones".
Bautizado a partir del poema de Oliverio Girondo que Aloras musicalizó y con el que cierra el disco, 12 fue registrado íntegramente por el rosarino, que luego decidió sumar a invitados "intentando desafiarlos para que se metieran en el material, teniendo que dar algo distinto de sí mismos". A partir de esa decisión, quedaron plasmadas las participaciones de Litto Nebbia, Spinetta, Fito Páez, Javier Malosetti, Fernando Samalea, Francisco Fattoruso, Alvaro Ruiz, Mu Sánchez, Mariano Sanci, Joni Monti, Nico Cota, Julián Gándara, Natalia Welbey, Rodrigo Aloras y el propio Arcaute.
Esa masiva presencia (diversas en estilos, renombres y generaciones) no corre a 12 de su absoluta esencia Aloras. "Cada uno de los que me conoce va viendo que, ya desde el arte, está simbolizado todo el universo de cosas que me interesan, guiños, cosas desde lo artístico, poético, político, filosófico. Sacar un disco que pueda contener todo lo que vos soñaste, deseaste o por lo que venís trabajando durante tanto tiempo, es un acontecimiento muy especial", admitió el compositor, que con esta nueva creación siente haber alcanzado un punto alto de su trayectoria: "Son muchos años de estar atrás de una misma línea, una misma idea estética, musical, filosófica. Eso queda plasmado solamente cuando se concreta un disco. En el medio es un proceso solitario donde estás inmerso en la búsqueda. Sucede que inconscientemente tomás una decisión artística o estética, uno elige, intuitivamente, determinados gestos. Pero la decisión de ese determinado gesto puede incluir un mundo muy grande. Creo que de éso se trata la obra artista: uno como esponja tratando de rescatar lo que más le interesa, y después la reinvención que hacés a través de tu estilo. En el mejor de los casos. Todo lo que uno expresa tiene que ver con uno, aunque a veces uno se da cuenta a través de los demás".
Entre las respuestas disparadas por sus nuevas canciones, hay una que Aloras destaca: "El hijo de Javier Malosetti, de unos 20 años, me dijo que por fin había encontrado algo que le daba la sensación de estar ante una novedad. Por supuesto que todo es relativo a las percepciones y sensibilidades, pero ahí estaba: creo que con la obra de uno, se van creando los espectadores".
El arte de 12 transmite algo que se percibe también en su música, y tiene que ver con la simpleza. Aún con sus arreglos, instrumentistas, invitados, las de 12 son canciones simples.
Sí, es éso. A eso me refiero cuando siento que arribé a un puerto. Es muy característico que cuando un músico, a nivel instrumentista, empieza a aprender, lo primero que lo tienta es el virtuosismo.
- Luego lo que tienta son los silencios...
- Bueno, en el mejor de los casos. Hay gente que hace toda una vida plagada de redundancias. Pero en definitiva me parece que cualquier proceso de crecimiento estilístico se parece a ese recorrido, que es, en algún momento dado, comenzar a producir desde una sobriedad. Esto no tiene que ser mal leído. A la sobriedad se arriba después de una larga experimentación, con todos los peligros que eso también incluye. Para mí la sobriedad es un gran término, contrariamente a lo que se podría pensar desde la trillada concepción rockera. Me parece que es el lugar al que hay que apuntar. El cosmos es sobrio, con toda su belleza y cosa caótica, es una partitura perfecta, está muy bien diseñado. En el proceso que uno hace, modestamente, hay estadíos de crecimiento que, con suerte, tienden a esa sobriedad. Tiene que ver con el estilo, algo complejo e interesante, esa instancia en la que uno puede trabajar con la simpleza. Que es lo más difícil, porque hay que decirle que no a muchas cosas, en función de pulir y dejar lo mínimo indispensable. Y que no se contradice con que en el disco haya muchos arreglos, sutilezas, guitarras, coros, pero sigue estando en función de esa simpleza. Fue la búsqueda del disco para que se diferencie de otras cosas que hice y para que marque también un territorio distinto en la música argentina. Me parece que está bueno pararse y producir desde un lugar. Hay un desafío y una responsabilidad en proponer algo que no se haya escuchado cuarenta mil veces. En ese sentido vengo con una especie de euforia ligada a la certeza de estar haciendo algo que solamente yo puedo hacer. Se dio por cuestiones de tiempo, generacionales, históricas, pero en este momento dado quedé solo. Lo digo en el buen sentido y el malo: siempre uno prefiere ser parte de un movimiento. Yo no soy parte de movimiento alguno.
- Retomando aquello que le comentaba el hijo de Malosetti respecto a su obra, quizás hoy sea más factible encontrar novedades en las canciones y no así en el rock. De hecho, viene del rock y hoy se presenta como un creador de canciones.
- Sí, totalmente. Creo que coincide con el movimiento que hice naturalmente, siempre en esa búsqueda doble: por un lado madurar en la cuestión de lo que uno va a dar a conocer, y por el otro esta cosa de encontrar un lugar propio. Puede ser que haya una saturación de un género, un modo o una manera que no se está renovando, y por el otro esto que está más ligado a la canción clásica. Pero que no deja para mí de estar relacionado con el rock. Lo que sí sé es que por lo menos, con respecto a las cosas que uno se pregunta sobre si uno cumple una función, en el esfuerzo y la voluntad de que algo nuevo se produzca, sin duda soy un nexo, un canal que ha hecho todo para que éso pase.
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