A diferencia de lo que suele ocurrir con el grueso de las propuestas musicales que retornan a la ciudad, en La Bomba de Tiempo la certeza de que repetirán lo realizado en su última visita es lo que garantiza el carácter único e irrepetible de su espectáculo. Es que, bajo la dirección y método de conducción por señas de Santiago Vázquez, el ensamble de percusión lleva su performance a territorios previamente inexplorados. "Lo que vamos a hacer es lo mismo de siempre y, al mismo tiempo, distinto que siempre. Seguimos improvisando de principio a fin. Es como un partido de fútbol, que tiene siempre las mismas reglas, pero el juego siempre es distinto. No podemos anticipar lo que va a pasar, salvo que vamos a estar tocando para bailar, para divertirnos, sintiendo el momento", apuntó Vázquez.

De sostenerse el paralelismo con lo futbolero, es posible comprender que el paso del tiempo tiene incidencia en la evolución de esa experiencia: "El grupo ha rodado más. Por un lado a nosotros como músicos el tiempo nos va permitiendo conocernos más como grupo. En ese sentido lo que evoluciona es el juego de equipo".

Para esta presentación (que tendrá lugar mañana a las 21.30 en Pugliese, Corrientes 1530), el ensamble sumará como invitado especial a Franco Fontanarrosa, bajista polifuncional con una búsqueda musical claramente atravesada por los conceptos de improvisación y experimentación. "Vamos a improvisar con él, y él va a improvisar con nosotros. Ya tocamos juntos en Buenos Aires y nos encantó, así que nos daban ganas de tenerlo de nuevo como invitado --expresó Vázquez--. Y aunque sea el mismo invitado, siempre es distinto, porque lo que el invitado hace es jugar con nosotros de manera más libre, y La Bomba se va adaptando a lo que va sugiriendo. Es cuestión de esperar el momento, estar despiertos y reaccionar bien. Además sé que en algún momento lo dejamos solo a Franco y suena como toda La Bomba (risas). Es un lindo contrapunto".

Creador del Centro de estudios de ritmo y percusión con señas (Cerps) que está en la Universidad Nacional de San Martín, Vázquez apuesta a la propagación de una nueva forma de comprender la interpretación de música en directo. "La idea es divulgar el lenguaje de percusión con señas, desarrollarlo, formar directores, ayudar a la formación de percusionistas, de directores de este lenguaje. También generar y apoyar un poco la formación rítmica de músicos de otros instrumentos que necesitan profundizar en ese aspecto", detalló Vázquez, que reconoció que algunos de los asistentes al Cerps ya se han desempeñado como reemplazantes ocasionales de los miembros estables de La Bomba. "También, al ser un espacio de investigación, de desarrollo de las ideas, creo que ahí se generan nuevas formas de utilizar las señas y cosas que después podemos llevar a La Bomba de tiempo", agregó.

Inquieto, por estos días Vázquez está además abocado a la edición del primer disco de su nueva orquesta, La Grande. Un material que, sin embargo, no se conocerá tal y como fue registrado: "Hicimos unas sesiones de estudio y éso, en vez de sacarlo como está, lo vamos a repartir entre varios productores, remixadores que admiro, muy distintos unos de otros en cuanto al estilo, y que cada uno haga su propia versión de la banda. Lo que pasa es que en el caso de La Grande también improvisamos. Hay un repertorio de 14 o 15 temas, que vamos recombinando en vivo mediante señas. Por ahí le pido al bajista que toque la base de un tema y a los vientos que hagan la melodía de otro tema, en otro tiempo. Reproducir éso en el disco es difícil, en cambio en los conciertos los temas están dando vueltas con formas nuevas. Están renovados o remezclados cada vez. En el disco la forma que me parecía interesante era justamente trabajar con remixes, de forma que no existe una versión original".