Durante más de veinte años, Babasónicos fue paseándose por diversos estratos del rock nacional. Desde su irrupción en el under a principios de los 90 hasta la gestación de hits que rotaron incansablemente por las radios de moda, desde la furia sónica de su debut con Pasto a canciones de neto corte bailable, el grupo supo encontrar nuevos modos de composición sin perder éxito en el transcurso. De paso por Rosario para promocionar el show de presentación de A propósito (el flamante disco que mañana a las 22 recorrerán en Metropolitano), el cantante y letrista Adrián Dárgelos profundizó sobre su búsqueda creativa y sobre esta nueva obra del grupo.

En ese marco, el frontman apuntó: "Me gusta que los discos sean un período compositivo, entonces no uso cosas viejas. Así es contingente con nuestra respuesta a la realidad, a lo que pasa en el mundo de la música. Reacciono a éso, a lo que se escucha en el rock. Es uno de los motores que impulsa a generar una obra no conformista, que aporte un poco de caos, que no sea complaciente. Es la idea de todo, pero en A propósito éso está súper radicalizado. No sabemos lo que se pretende de nosotros, hacemos lo que nos gusta. Es medio triste no tocar lo que te gusta, o ser esclavo a determinada forma de show. Todo se reformula para subir el interés nuestro sobre el show. Y mucho en nuestra música tiene que ver con las sutilezas de los matices, cómo pasamos de temas muy fuertes a otros más suaves, cómo vamos de lo muy rápido a lo muy lento, cómo conservar cada atmósfera sin que sea un pastiche, con una macrovisión del show. El que vamos a hacer en Rosario, por ejemplo, es un show muy largo, con tres módulos y canciones que figuran como puentes, donde buscamos mantener la atención del espectador todo ese tiempo".

- Un concepto muy teatral.

- Sí, pero a mí el teatro no me gusta para nada, tampoco la comedia musical, no me gusta, no voy a verlo. Lo nuestro es muy performático, sí, pero también es muy circense. Es decir, no es muy teatral, sino que es muy dramático. El rock es uno de los pocos lugares que conserva el momento yamánico o tribal de trance de los antiguos, esa instancia extática catártica, el trance. Nosotros no somos inocentes, apelamos a éso. Con sutilezas. Pero es sólo la mitad, después es foco, concentración, atención, escribir un montón. Hoy estoy en un descarte del 70 por ciento, pero el objetivo es que la canción sea el envase de una emoción compleja que se transforma en apelaciones, recuerdos, que se va haciendo entre la melodía y la letra. Como si pudieses armar una especie de Mecano de una idea. Pero es muy abstracto, porque no podés preveer una respuesta sobre éso. Sí puedo preveer en qué punto me pone a mí incómodo, cómo integro al show, cómo tiene ruptura, cómo pueden verme de una forma que no me vieron antes. Que sea más o menos entendida, no lo sé. Hay que salir a completar la carencia, la ausencia de la otra parte de la idea, que cada uno la completa como le parece, la interpreta como quiere.

- En A propósito hay imágenes visualmente potentes, pero no bajan una línea puntual, lo que permite que justamente se completen en la visión del que escucha.

- Sí, hay un contraste entre esas imágenes muy visuales, pero en vez de ser como cuadros, despiertan una inquietud. En los 90 yo podía tener una obra más descriptiva, pero el personaje no podía dar el paso e involucrarse. También veo que me van saliendo cosas en las que descubro que puedo hacer una poesía de contraste y choque. Donde no hay relato, no hay articulación de verbos. Podría decir qué es cada una de esas cosas para mí, pero rompería el encanto. Siento que componer es encontrar motivos, no podés tener siempre el mismo motivo. Creo que a las canciones las subyacen las búsquedas de motivos. A la música que a mí me gusta, a la que yo aporto, es la que sale a la búsqueda de motivos. Cuando encuentro un motivo para el cual escribir, lo perfiguro con trazos más brutales. Porque creo que la forma poética de este disco aplasta con un contrasentido y una brutalidad de imagen sin metáfora.

- Eso acompañado por canciones relajadas, donde hay más matices que potencia.

- Nos salió así, un disco donde la dinámica instrumental, de la batería, en vez de ser un disco endemoniado, como en otros discos nuestros, en éste tiene una experimentación en la forma sonora. En cómo pasan las baterías de ser eléctricas a acústicas, cómo las canciones mutan. Pero no como en el cut & paste de la forma psicodélica, no como en Dopádromo, donde las cosas cambian, se corta y se pasa a otra cosa. Acá hay un crossfade, a partir de un golpe es otra batería mientras los instrumentos sobreflotan las dos cosas. Hay alguien que sigue contando una historia sobre las partes que abajo cambian. Hay otra investigación, como también una forma compositiva que es nueva para nosotros. En varios temas teníamos ideas de canciones superpuestas, como si bajases una y subieses otra. Pero no como un efecto de Dj, sino como ondas superpuestas. Es sutil, no va a cambiar la historia, pero buscamos formas entretenidas de ser discos Y somos nuestros propios productores.