CULTURA / ESPECTáCULOS › PLASTICA. ESTá ABIERTA HASTA MAñANA UNA IMPERDIBLE EXPOSICIóN
En el Centro de Expresiones Contemporáneas (Sargento Cabral y el río), gracias a la Retrospectiva Espacio WIP: 180 metros de arte rosarino, exposición de pintura y multimedia experimental procedente de la sala de arte del Café de la Flor.
› Por Beatriz Vignoli
Un gusto a neo expresionismo de fines del siglo veinte y al arte contemporáneo del presente cunde hasta mañana inclusive en el Centro de Expresiones Contemporáneas (Sargento Cabral y el río) gracias a la Retrospectiva Espacio WIP: 180 metros de arte rosarino, la exposición de pintura y multimedia experimental que el inmenso galpón portuario reciclado parecía estar esperando. Un aire a Greenwich Village neoyorquino, a street art, a muro de Berlín grafiteado parece venir desde el río a refrescar el espacio municipal del CEC. Las postales que ofician de catálogo gratuito refuerzan el efecto de escena underground cosmopolita, aunque se trate de Rosario. Pero no es del río sino del Espacio WIP, la sala de arte del Café de la Flor que desde hace dos años coordinan Victoria Ciaffone, Julio César Quinteros y José Pablo Buzzo en el tradicional bar de Mendoza 862, que procede esta antología de 30 artistas que podrían formar todos parte de una misma corriente o escuela, a pesar de sus poéticas disímiles.
"Coherencia en la heterogeneidad", resumió el domingo en una breve charla telefónica Ciaffone, quien además de a Quinteros y a Buzzo (que participan como artistas) se enorgullece de presentar a Federico Leites, Luis Rodríguez, Flor Balestra, Carlos Aguirre, Gabriela DiFranco, Noelle Lieber, Lisandro Arévalo, Hernán Camoletto, Roberto Ruiz, Ariel Barbé, Dina, Sebastián Garabelli, Feli Punch, María Luque, Adriana Gaff, Matías Ocampo, Gastón Herrera, Priscila Bovolini, Gustavo Ronca, Juliana Casali, Cristian Grignolio, Mónica Fessel, Gustavo Rojas, Oscar Vega, Mauro Guzmán y Fernando Rossia. La noche de la inauguración (una fiesta musicalizada por Charlie Egg el miércoles 7) hubo una performance por la artista Virginia Negri, que dejó un rastro fluorescente donde se funden lo íntimo y lo monumental con su intensidad característica.
Tanto Negri como los mencionados dejaron la impronta de su obra en los dos paneles de 5 metros de ancho por 1,10 m de alto que ahora pueden verse todos juntos. Como páginas de un libro para niños gigantes, los tablones penden del techo doble faz y se imponen con la contundencia de la creatividad cuando fluye en un ámbito propicio: "al borde de la noche, entre las mesas bajitas y los triples 'sandinista' y las cervezas negras y la charla", según escribe Julio César Quinteros en el evocador texto que acompaña la muestra.
Los paneles paralelos enfrentados fueron aprovechados en muchos casos para producir montajes dialécticos entre uno y otro, y conserva la eficacia de estos efectos narrativos el montaje de la muestra, que reproduce la disposición espacial original. En cuanto al proceso, como se desprende de los epígrafes ploteados en el piso y de la memoria de los asistentes a la saga de muestras WIP, prevaleció el trabajo en colaboración, a dos manos o más. Camoletto recuerda "una intervención colectiva (con más de veinte artistas participantes) coincidente con la inauguración del Festival de Cine Under, que tomó por asalto el espacio interior que se volvió casi un espacio público, urbano, en el que se intervinieron desde los paneles hasta el techo y los vidrios".
Invitado por el CEC, también expone cuatro magníficos dibujos de 5 x 1,10 Javier Carricajo, quien retoma el desnudo masculino de sus últimas producciones e indaga las secuencias de composiciones con objetos y figura humana de su pintura, con más síntesis y oficio todavía. El personal a cargo de la seguridad del CEC no logra ponerse de acuerdo sobre si se puede o no sentarse adentro de la videoinstalación de Mauro Guzmán, "una toldería aérea trash cool de una poética enrarecidamente oscura" (Camoletto dixit) o un espacio nómade callejero de frazadas rotas y almohadones caseros que parecen personas sin hogar durmiendo a la intemperie, microcine para una serie de videos donde su estética lowfi se condensa en una comedia de situaciones de gestos mínimos, abstractos, enigmáticos. Lo iniciado en Microcine Guzmán (2009) hoy se ahonda y prescinde de lo superfluo.
WIP son las siglas de Work in Progress (frase que significa, en inglés, obra en curso) y también el nombre del espacio para las artes visuales que desde diciembre de 2009 viene tramando cierto sentido de comunidad que se palpa en su muestra del CEC. El abordaje predominantemente "impro" por parte de los artistas tuvo su culminación extrema en la pintada de la residencia organizada el verano pasado por Curatoría Forense y Cultura Pasajera. Por una decisión curatorial que levantó polémica en Internet, los dos paneles, donde lo pintado por los artistas residentes se fue tapando entre sí hasta quedar casi en blanco, no fueron incluidos en esta muestra.
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