Como viene ocurriendo en los últimos años, la escena local se nutre de un auténtico semillero de actrices y actores que estudian y se perfeccionan en diferentes espacios que van más allá de la enseñanza oficial. Y estos espacios intentan -como en el caso de algunos talleres- superar las marcas de las habituales muestras de fin de año, apostando a producciones que se sostengan en cartelera. Es el caso de "La Puesta" (Espacio de Pedagogía y Producción Teatral) coordinado por las actrices, directoras y docentes teatrales Cristina Carozza y Claudia Piccinini, que siguen mostrando sus producciones a partir de este domingo a las 21 en el Cultural de Abajo (Entre Ríos y San Lorenzo).

Las dos creadoras coinciden a la hora de destacar la importancia de un trabajo que iniciaron juntas hace algunos años y donde se produce el cruce entre lo pedagógico, la creación de nuevos grupos y las producciones propias.

"Este año nuestro equipo de trabajo se amplió, sumándose las docentes Mariana Valci y Alesandra Roczniack, en la coordinación de los cursos del nivel principiante, en el que intentamos apropiarnos del lenguaje escénico, generando vínculos y propiciando un espacio de expresión. Más allá de que nuestro objetivo es alcanzar a partir de este año de trabajo, el abordaje a una puesta", comentó a Rosario/12, Claudia Piccinini.

"Las primeras producciones que ya se vieron a comienzo de este mes, estaban basadas en textos de Moliere: `¿Te puedo engañar?` con dirección de Alesandra Roczniak y `Borracho y necio', dirigido por Mariana Valci", dice Cristina Carozza mientras vuelve a subrayar la presencia de Piccinini en todas las propuestas, ya que la idea pasa por "tener una diversidad de miradas sobre el hecho teatral".

Dos trabajos producidos anteriormente, en el marco de estos talleres demostraron la originalidad de sus planteos y el reconocimiento de los espectadores: "Tenemos que hablar", basado en "Casa de Muñecas" de Ibsen y "Demasiada familia", que tomó a Chéjov como disparador de un trabajo estrenado el año pasado, que después de varios meses en cartel, fue invitado a participar en diversos festivales del interior del país.

-Chéjov, Ibsen y ahora Tennessee Williams, tres pesos pesados de la dramaturgia universal.

-Me pareció atractivo pensar en algún tipo de tríada que he venido construyendo en estos últimos tiempos con los distintos alumnos que cursaron este taller, a partir de Chéjov llegamos a "Demasiada Familia", luego con Ibsen a "Tenemos que hablar" y ahora, para cerrar esta especie de trilogía, desde Tennessee Williams a "Algo se quema", siempre los procedimientos utilizados han sido tomar estos autores para investigar sus mundos, sus temáticas, sus personajes, y desde ahí, iniciar un camino propio con la dramaturgia del actor y llegar a una nueva propuesta escénica﷓ afirma Carozza.

La directora seleccionó 7 piezas breves del recordado autor de "Un tranvía llamado Deseo", de las cuales destacó: "27 vagones de algodón", "Baby Doll", "Háblame como la lluvia" y "La noche de la iguana", materiales que trabajó con sus alumnos avanzados del taller de actuación y puesta en escena.

-¿Qué aspectos de la rica dramaturgia de Williams, desarrollaste en esta búsqueda?

-Me interesó mucho trabajar el tiempo, el estar, ese estar en el que parece que nada sucede y de repente pasa todo, rescatar el calor, el agobio, el humo y unos seres casi líquidos, que consumen agua, vino y coca﷓cola, mientras son atravesados por sus propias contradicciones, sus intensos conflictos, represiones y pasiones, trato de marcar una diferencia entre lo íntimo y lo social, entre los espacios abiertos (el mundo de los sueños, las ilusiones, las posibilidades) y los espacios cerrados donde cada uno se encuentra con su propia soledad y realidad y se sienten resguardados﷓ explicó Carozza.

Por su parte Piccinini, eligió al prolífico dramaturgo francés Jean Luc Lagarce, alguien que en los últimos años fue el autor favorito de muchos realizadores argentinos y en base a sus textos creó "Retornable".

"Lo que me interesó de los personajes lagarcianos es que están constantemente retornando, después de inútiles odiseas regresan al hogar, a una casa que es incapaz de acoger al hijo pródigo, la acción se desarrolla de manera morosa y lenta, pero la urgencia es siempre palpable en las réplicas de los personajes: los hechos tienen lugar en la lengua. El suspense, el conflicto o el deseo tienen su escenario en la palabra, en lo que se dice y en lo que se calla", dijo la directora.

Otros de los ejes que Piccinini, rescata de este autor, son la incomprensión, la soledad, la muerte, y sobre todo el tema de la identidad, temas que la impulsaron a investigar con sus actores, para encontrar su puesta propia.

Por su parte Carozza admite que en el título elegido para esta investigación sobre el particular mundo del genial Tennessee Williams, hay algo que le hace pensar sobre ciertas cuestiones que le suceden a todas las personas. "En lo personal creo siempre que hay algo que se quema, adentro todos nos quemamos por algo, nos consumimos y nos seguimos preguntando por qué suceden las cosas en esta vida, y la verdad, parafraseando a Antonin Artaud, diría que 'vivir no es más que arder en preguntas'"﷓ sentencia filosóficamente la directora de "Algo se quema".

Carozza destaca la colaboración en la asistencia de dirección de Mariana Valci, quien estuvo todo el año acompañando este trabajo, en el vestuario y la escenografía a Celina Rovetto y el maquillaje de Ayelén Cano, mientras que Piccinini agradece el aporte de Angy Beltrame en la asistencia de dirección de "Retornable".