Liliana Vitale está de vuelta. Después de casi un lustro, la cantante regresa a la ciudad para presentar Al amparo del cielo, su último disco. "Es un trabajo bastante meditado, en el sentido que ha tenido un buen tiempo de añejamiento", dice del otro lado de la línea. "Son canciones que fueron quedando, mientras editaba otras cosas que no tenían que ver con el formato canción, que a quien rinde tributo este disco. Lo estaba esperando nacer. Y pasaron justo nueve meses desde que arranqué con el proyecto, que fue madurando de a poquito, se fue `gestando'. Lo que hice fue dejar que las canciones fluyeran, que fueran saliendo y vinieran a mí sin ansiedad, y sobre todo, que me hicieran convocar a los amigos".

Con una banda mínima, casi esencial se diría -Luciano Vitale en contrabajo, Sergio Abalos en guitarra y Matías Furió en percusión-, la Vitale llega esta noche a las 22 a la sala Lavardén (Sarmiento y Mendoza) para presentar un show íntimo y femenino, en el que recorre coplas, tangos, zambas, bossa--nova, rock, aires del Río de la Plata, de Perú.

--¿Diría que es un disco "nostalgioso"?

--No sé. Creo que no. Para mí este es un material de apertura. De ahí el título, que a su vez surgió a partir de la artística, de la foto. Creo que este disco tiene como un motivo, como una intención que más que nada tiene que ver con 'la vuelta'. Es más, en un momento el disco se quiso llamar Radiografía de la vuelta, porque yo andaba leyendo apasionadamente Radiografía de la Pampa de Ezequiel Martínez Estrada, y él habla mucho de la vuelta, más que como regreso, como recuperación de las cosas que se han dejado atrás. Me gusto mucho ese concepto. Así que ahora que lo pienso, sí, puede ser que tenga entonces cierto tono nostalgioso, un poco "melanco". Creo que este disco, a diferencia de otros, la mayoría, no tiene una condición catártica. Quiero decir, no habla de un momento de la vida y en este sentido en el otro extremo ubicaría a Mujer y argentina, que es como una instantánea, algo muy autorreferencial. Este disco no es así. Es más bien una excusa para hablar de la tierra, de una mirada para afuera, al entorno, de los paisajes, que no son míos, son de todos. Creo que analizándolo más finamente hay algo que remite a la crisis del 2001, y en ese punto no había lugar para el 'yo'; todo era un gran nosotros.

--Una suerte de reafirmación de lo identitario...

--Sí, algo que tiene que ver con eso, con la reafirmación de lo que somos, de reconocimiento del ser, no nacional, sudamericano. Quizá por aquello de que el cielo, como la cultura, no tiene fronteras. Por eso en este disco hay un poco de casi todo: aires peruanos, bossa, folklore, tango y hasta rock.

--Quizá el título también tenga que ver con esto ¿no? Como un gran paraguas, Bajo el amparo del cielo cobija muchos sonidos... ¿cómo fue la elección de los temas que lo integran?

--Más bien diría que ellos me eligieron a mí. Son todas canciones con ecos, que me atacan de repente...

--Le pongo algunos ejemplos puntuales: Fandermole

--Ja..., creo que Fander es casi una tentación para cualquier cantante argentino. Sus canciones tienen una poesía..., unas letras llenas de pliegues, de veladuras. Elegí Corazón de luz y sombra, como podría haber elegido cualquiera. Son todas maravillosas, pero a ésta en particular, cada vez que la canto, le encuentro alguna cosita nueva.

--¿Y Bersuit Vergarabat?

--En principio el tema de Bersuit no iba a estar en el disco. Lo que ocurre es que estaba compartiendo con mi sobrino Luciano (a cargo del contrabajo) probando algunos temas de La argentinidad al palo, probando, como de entrecasa; y "El viento trae una copla" nos salió como redondito. Así que lo hicimos un par de veces al final del show que yo hacía sola, y la gente quedó encantada. Además, cuando terminé de grabar me parecía que le hacía falta como un cierre al disco, y "El viento..." vino como anillo al dedo. Creo que Bersuit hace el comentario político más directo, en contraste con el resto, de un tono mucho más poético.

--¿Y Alfredo Muñoz?

--Milonga del Volverito es una canción realmente muy bella, con un dejo de hermosa tristeza que me apasiona. Además, con ese tema he tenido un largo affaire, porque quedó fuera de mis primeros trabajos.

Pero también hay temas de Daniel Amiano ("Gato encerrado", "El deseo y la señorita directora", "Margaritas a los chanchos"), de Javier Fatta ("La vuelta"), de Horacio Fontova ("Animal tierno y fácil").