Lun 05.03.2012
rosario

CULTURA / ESPECTáCULOS › TOMARé TU ALMA, EN DVD, REMITE A LO MENOS SORPRENDENTE DEL TERROR

Wes Craven volvió a hacer una película olvidable

› Por Leandro Arteaga

Lo de Wes Craven es... raro. No hay manera. Por un lado, claro que sí, etiquetarlo como parte cierta de la renovación que desde el terror y suspense provocaran durante los '60 y '70 realizadores como George Romero (La noche de los muertos vivos), Tobe Hooper (El loco de la motosierra), John Carpenter (Halloween), entre otros. Nómina a la que Craven se suma con dos películas ya clásicas: Pánico a medianoche (1972) y La pandilla abominable (1977), quizá más conocidas por sus títulos originales: The Last House on the Left y The Hills Have Eyes.

A partir de allí, por lo menos una contribución fundamental para los '80: la efigie cada vez mayor que de su personaje principal ﷓-Freddy Krueger-﷓ instaura Pesadilla (1984). Más algunas películas muy buenas (La serpiente y el arco iris), muy malas (Un vampiro suelto en Brooklyn), y la habilidad de cifrar todo esto en la serie ﷓-¿de culto?-﷓ Scream. Quizá sea este devenir errático el que le augurara una buena participación en el film coral Paris, je t'aime (2006). En fin.

Siempre hay algo más de Craven dando vueltas. Su última película hasta la fecha, estrenada comercialmente, fue Scream 4. Pero había otra, apenas anterior, y que desde hace pocos días está entre los estrenos directos a dvd. Se trata de Tomaré tu alma, cuyo título original My Soul to Take, Craven (también guionista) extrae de la oración religiosa que reza: "If I should die before I wake, I pray the Lord my soul to take", que se traducirá como "Si muero antes de despertar, que el Señor se lleve mi alma". Carlos Hugo Christensen logró una de sus películas emblemáticas -﷓y del cine policial argentino-﷓ con misma premisa, a partir de un texto de William Irish: Si muero antes de despertar (1952).

Ahora bien, Craven vuelve aquí a hacer lo que peor sabe: una película olvidable, quizá tanto como lo que supuso La marca de la bestia (2005) y sus dentelladas de lobo aburrido. La maldición de Tomaré tu alma recae sobre siete sietemesinos, nacidos el mismo día de muerte del Destripador de Riverton. La conjura sobre el hecho es emulada año tras año, y a la medianoche, por los siete en cuestión. Hasta que, como se espera, el Destripador (re)aparece.

Y nada más que valga la pena. A excepción de ciertos guiños que, así las cosas, entretienen un poco: como el que refiere a la piscina de sombras reminiscentes a La mujer pantera (1942), los llamados telefónicos à la Scream, o el nexo forzado entre un cóndor, el cuervo de Poe, y los pájaros de Hitchcock.

Por curiosidad completista -﷓de ésas que hacen seguir todo lo que un director hace-﷓ Tomaré tu alma habrá de verse, aún cuando la acompañe una esperanza trunca de buenos sustos. Si de rescatar algo se trata, reparar entonces en los credits finales, con imágenes del storyboard como complemento: una buena exposición de una de las herramientas fundamentales para el cine, con la indicación de los movimientos de cámara y los reencuadres.

Eso sí, para este ejercicio de cinefilia, primero hay que ver la película completa.

Tomaré tu alma. 5 (cinco) puntos.

(My Soul to Take)

EE.UU., 2010

Dirección y guión: Wes Craven.

Fotografía: Petra Korner.

Música: Marco Beltrami.

Montaje: Peter McNulty, Todd E. Miller.

Intérpretes: Max Thieriot, John Magaro, Denzel Whitaker, Zena Grey, Nick Lashaway, Paulina Olszynski.

Duración: 107 minutos.

Sólo disponible en DVD.

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