No será el Dr. House el que, mañana, haga su aparición en Metropolitano. Aunque las convenciones del marketing así lo indiquen, el cínico, ácido y talentoso médico de la serie homónima sólo estará representado en la imagen del responsable de haberle puesto el cuerpo: Hugh Laurie, el actor británico que decidió abandonar una de las series más taquilleras del mundo para dedicarle tiempo verdadero a su pasión por el blues, sobre el que (tal como puede leerse en la última edición del suplemento Radar, y haciendo referencia a su faceta musical) apunta: "El elemento central de todo este proyecto es mi genuino amor por esta música y mi deseo de comunicar este amor y esta música a otra gente. Obviamente me preocupó que alguna gente pensara que yo estaba involucrado en algún tipo de pastiche -especialmente temía que lo pensaran los músicos-, pero creo que rápidamente se dieron cuenta de que no era el caso. Esto no es turismo". Mañana, a las 21, Laurie podrá demostrar en escena que lo suyo (tanto al piano, como en su rol de cantante) no es mero capricho.