Excepto los promocionados films de siempre, de las grandes majors, como ocurre habitualmente, la cartelera, en materia de estrenos es cada vez de manera más recurrente: semana tras semana no ofrece ninguno de aquellos títulos tan esperados por esa población de espectadores que, si bien no es una mayoría plena, merece ser contemplada. Y es que últimamente, en el arco de los meses que van de enero a junio, ni siquiera ya los nombres de Arthur Conan Doyle y de Edgard Allan Poe han merecido una transposición que merezca ser tenida en cuenta en el espacio, aunque más no sea, en el renglón del cine de aventuras.

Ni siquiera eso: hibridación y pastiche al servicio de fórmulas estereotipadas que ponen en acto un único modo de pensar al espectador.

Una cartelera que se expande hacia un agigantado concepto de merchandising, orillando ya las llamadas vacaciones de invierno. Y en las que el otro público, el adulto, el adulto mayor, los mayores mayores, ya son totalmente excluidos.

Tal es el nuevo criterio. Alguna vez leímos historias afines en los llamados libros proféticos sobre los tiempos por venir. Y entre ellos, el siempre presente Ray Bradbury en más de oportunidad señaló ciertos alertas.

Hay numerosos films que siguen esperando. ¿Alguna sala o el estante de un video club? ¿Cuál será la respuesta?. Como si de un relato de intriga se tratara, para los que aman el cine seguir el curso de un estreno desde su presentación en Buenos Aires, se transforma en un camino pleno de indicios, que bien despierta y activa todo un juego excitante; pero que al mismo tiempo desenmascara la prepotencia de un sistema de mandatos arbitrarios y prepotentes; sujetos, claro está, al mandato económico.

Cada semana que pasa incorpora nuevos títulos a la nómina de los postergados. Más aún: el lunes pasado, otro matutino de la ciudad dedicó toda una página al film Mi semana con Marilyn, de Simon Curtis, realización por la que la actriz Michelle Williams fue nominada al Oscar. Merecedora de varios premios, ganadora del Globo de Oro, esta producción nos lleva a aquellos momentos de 1956 cuando la actriz viaja a Inglaterra para actuar junto a Laurence Olivier, y bajo su dirección, en El Príncipe y la Corista, rol que aquí asume el notorio guionista, intérprete, coreógrafo y realizador Kenneth Branagh.

Pero llegó el día jueves. Y las salas de exhibición, así quedó confirmado, lejos de poner en cartel ese tan querible film, sólo dieron a conocer Madagascar y EL Cuervo.

Afortunadamente, existen salas alternativas. Otras propuestas, y esto es algo que no se debe olvidar desde el boca a boca. Salas como Madre Cabrini, El Cairo, hoy espacio público; Artéon, Centro Cultural Bernardino Rivadavia, El Rayo, Cine Club Rosario, Biblioteca Argentina, Parque España, lejos de atender a intereses económicos, piensan, sobre todo, en la difusión de los grandes nombres del Cine. ¡Toda una Celebración!

Y en esta semana que abre hoy, lunes 11 de junio, la sala Madre Cabrini, que como es habitual recupera ese clima de aquellos cines de barrio, se podrá ver, a las 20.45 el que quizás está considerado el más terrorífico film del maestro y del genio del Suspense, Alfred Hitchcock. Se trata de su film de 1963, Los pájaros, obra particularmente de corte fantástico, basada en un texto de Daphne Du Maurier, autora de dos de las novelas que el maestro ya había llevado al cine: La posada de Jamaica y su inmortal Rebeca, en 1939 y 1940 respectivamente.

En The birds, film en el que se tienen en cuentan las reglas de la tragedia clásica de tiempo, lugar y acción, ambientado en Bodega Bay, desde una situación que abre en tono de comedia se nos interna a un universo alegórico y pesadillesco con infinitas lecturas. Desde la cuestión familiar y lo edípico hasta lo dantesco y apocalíptico, este film clave de su universo creativo sigue mereciendo discusiones, debates, textos críticos.

La misma sala Madre Cabrini anuncia para mañana, a las 20.45, aquel film del siempre esperado Woody Allen, Disparos sobre Broadway. En esta comedia de 1994, en la que Allen mira una vez más con su genial lucidez al mundo del espectáculo, se cuenta una historia ambientada en los años del gangsterismo, los últimos años 20, a partir de una serie de engaños y equívocos que permiten desmontar todo un juego de simulaciones. Admirables composiciones a cargo de la diva Dianne Wiest, John Cusack, Chaz Palmintieri, Tacey Ullman y Rob Reiner, entre otros. Y como siempre, una banda sonora a la manera de Allen, aquí compuesta por temas de Duke Ellington, Red Nichols and His Five Pennies, Dick Hyman y Al Jolson.

En relación con Woody Allen, tanto en carácter de director, guionista y actor, ya se anuncia su último film para dentro de tres semanas, To Rome with love, film inspirado en el Decameron de Boccaccio, recreado en la mítica ciudad en la que se cruzan diferentes historias, interpretadas por Roberto Benigni, Penélope Cruz, Alec Baldwin, Judy Davis, Ornella Muti. Es de esperar que el estreno pueda disfrutarse pronto en Rosario.

En la sala Madre Cabrini, el miércoles, a las 20.45, se estrenará La Conspiración, realización de Robert Redford comentada en esta sección hace dos semanas, en la que desde su guión, escrito por James D. Salomón, se acerca un pasaje un tanto olvidado de la historia estadounidense; aquel en el que tanto la dueña de la hostería en la que durmió el asesino de Abraham Lincoln, como los huéspedes de la misma, fueron sometidos a calumnias y ultrajes, siendo víctimas de injusto dictamen. Forman parte de este muy recomendable film, Robin Wright, James Mc. Avoy, en el rol del abogado defensor; Kevin Kline, Tom Wilkinson, Danny Huston, Evan Rachel Wood.