Mañana por la noche, la Sala Lavardén alojará a la primera presentación en Rosario de Orquesta Victoria, proyecto que, aunque formado en 2010, ya pisa fuerte en el circuito tanguero porteño. Aun, incluso, sobreponiéndose a las posibles dificultades que implica movilizar a un conjunto de sus características: son trece los músicos que integran a la Orquesta Victoria, que suma como miembro permanente a su iluminador, responsable de darle a cada presentación el tinte visual que acompaña a la interpretación (con aires cinematográficos) de clásicos y temas propios.

Y si bien los jóvenes miembros del proyecto desembarcaron en la Victoria con un pasado tanguero a cuestas, aquí se unieron para darle forma a "una formación ambiciosa, casi utópica", según la descripción realizada por uno de sus principales impulsores, el bandoneonista Ezequiel "Cheche" Ordoñez, que además apuntó: "La Orquesta arrancó oficialmente en el 2010, después de ponernos de acuerdo en cuestiones tanto estéticas y musicales, como en el hecho de tener un lugar donde poder tocar seguido".

Ese espacio fue el Café Vinilo porteño que, además, mediante su sello discográfico impulsó la publicación de Orquesta Victoria, placa donde el grupo reunió obras propias junto a otras como "El andariego" de Alfredo Gobbi, "Arrabal amargo" de Gardel-Le Pera, "Flores negras" de Francisco de Caro o "Fuimos" de José Dames. Sobre una fuerte base instrumental (piano, contrabajo, violines, viola, chelo, bandoneones y clarón), la orquesta incorpora además las voces de Agustín Fuertes y Ariel Varnerin, a quienes mañana se sumará como invitada especial la también cantante Noelia Moncada.

En tanto, la supervivencia del nutrido grupo en tiempos de reducción escénica, es posible, según el bandoneonista, gracias al establecimiento de ciertos preceptos. "Internamente, tenemos parámetros muy claros en los que estamos todos de acuerdo --apuntó Ordoñez--. El primero es que, al ser un grupo grande y difícil de sostener desde lo económico, nadie está con el fin de llenarse de plata. Entonces la decisión es hacer los temas que nos gustan, de la forma que nos gustan, sin estereotipos. Ahí hay muchas cosas que quedan afuera. En la Orquesta ponemos el deseo en primer lugar, lo que nos habilita y deja tranquilos en muchas cosas, que tienen que ver con despojarnos de cierta cosa tanguera que tiene que ver con otra época. Hoy el tango no es más el farolito, las medias de red y el tanguero abandonado".

Los lineamientos, lógicamente, se extienden también a lo estrictamente musical, según concluyó uno de los directores del proyecto que mañana hará su debut en Rosario: "Hay una fuerte búsqueda en relación a la estética musical, que tiene mucho que ver con seguir la línea de orquestas como las de Salgán, Francini--Pontier. Por suerte hay varios grupos de tango joven que están surgiendo, pero la gran mayoría sigue la línea post Pugliese o post Piazzolla. Que es maravilloso, pero tanto a mí como a Alejandro Drago (NdR: pianista y fundador del grupo) siempre nos unió mucho el gusto por Salgán, por la orquesta de Pontier. Es un tango más alegre, con orquestaciones con muchas cuerdas, medio impresionistas, cinematográficas. Hoy en día no sólo es poco común encontrar gente que haga éso, sino que, en caso de hacerlo, lo hacen como una copia. Con Alejandro tenemos otra idea: así como hay grupos que siguen investigando y componiendo a raíz de lo que armó Piazzolla, decidimos agarrar la línea de Salgán y seguir desde ahí".