Dom 14.05.2006
rosario

CULTURA / ESPECTáCULOS › HERMETO PASCOAL LLEGA A ROSARIO CON ALINE MORENA

Camino de un chico apasionado

El inclasificable músico brasileño está enamorado y no lo oculta. Aline es ahora su vida y también parte de su música que es -como él dice- "por naturaleza polémica desde siempre".

› Por Fernanda González Cortiñas

"Um dos mais festejados instrumentistas brasileiros está amando", dice Tom Cardoso en una nota colgada en el portal cultural NoMinimo. "Como todo bom apaxionado, Hermeto enloqueceu", dispara el cronista cultural carioca, para pasar a fundamentar semejante prólogo con un solo ejemplo: el músico brasilero canceló una gira de veinte días en Europa, dispensó a todos sus músicos y abandonó su casa en los cálidos suburbios de Rio, para mudarse a Curitiba, donde sólo los brazos de la joven música Aline Morena, y unos cimarrones bien calientes, logran paliar las bajas temperaturas.

Sin embargo, pese al enojo de sus músicos --entre los que se incluía su hijo Fabio--, e incluso el de sus seguidores, lo que hay que destacar es que Pascoal volvió a grabar después de seis años, un largo período de ostracismo, si se tiene en cuenta que estamos ante un compositor que en 1996 se propuso la monumental tarea de escribir una pieza por cada día de ese año bisiesto, o sea, 366 temas. Y además está enamorado.

Su nuevo disco, Chimarrâo e rapadura (conceptos que, traducidos de la jerga, serían algo así como "sureño y norteña") es, obviamente, un homenaje a este amor otoñal y gaúcho.

Chimarrâo e rapadura, es entonces, un trabajo apasionado, divertido, y, como todo lo que hace Hermeto, polifacético: una mixtura de sonidos, ritmos y estilos en el cuál el veterano e inclasificable compositor alagoano aúna sus casi sesenta años de oficio, a las dotes naturales --y también a las adquiridas, precisamente por causa suya-- de Aline (nombre artístico de Paula Nilson), una joven egresada de la Universidad de Passo Fundo, cuyo fanatismo la inició, en 2002, en la música de Hermeto, aunque en principio sólo con su instrumento natural, la voz. Así, pisando casi los 70, Hermeto le da un nuevo vuelco a su carrera y soprende con su primer placa cantada de punta a punta.

"Es un disco muy bonito --dice el músico del otro lado de la línea, anticipando su presentación en Rosario, el próximo martes, a las 21, en el El Círculo--. Aline me convenció de hacer un CD y un DCV..., un DVD. Es la primera vez que lo hago..."

--Las cosas que hace el amor ¿no?... ¿cómo empieza la historia detrás de este disco?

--La historia empieza hace tres años. Conocí a Aline en un taller en Londrina (Paraná). Pregunté si alguien del público quería subir al escenario a tocar conmigo. Tocamos juntos Montreux, una música mía que me gusta mucho. Ella había estudiado canto, no tocaba ningún instrumento. Así que apenas la escuché, me di cuenta que tenía mucho talento para los instrumentos, así que la puse al piano y le di algunas partituras mías. Para sorpresa mía, Aline aprendió rapídisimo; hacía unas músicas mías que son muy difíciles, y además tocaba bien todo lo que le daba: guitarra, percusión... Además, ella canta y también baila muy bien. En el show, ella baila con unas cortinas; es una cosa muy bonita, muy creativa. Ésta con Aline, es la quinta formación de mi carrera, y diría que es la más creativa de todas. Creo que lo que ocurre es que hubo una química especial desde el principio. Yo creé un estilo, que se llama idioma universal, con letras y armonías no convencionales, a las que Aline se adapta perfectamente. Y esta química se puede sentir claramente en Chimarrâo com rapadura, un disco que mixtura estilos, tendencias, que amalgama las influencias, de Argentina, de Uruguay, del Río de la Plata. Hay chamamés, rancheras, toda música muy alegre, muy bonita.

--¿Cómo es el show?

--Ah, O son nosso de cada um es algo muy lindo, muy creativo. Yo me divierto mucho, toco la gaita, la garrafa, seis instrumentos en total. Y todo lo que vaya apareciendo. En el show siempre tratamos de que las cosas vayan ocurriendo, de acuerdo a la energía, a la versatilidad del público, y por supuesto también hay mucho librado al azar. La gente no adivina qué música seguirá, escucha algo al principio y luego todo es sorpresa tras sorpresa. Aline toca la guitarra, canta y baila.

--Aline parece estar presente en todo lo que hace, en lo que dice, en lo que piensa. Alguien en su país lo calificó de "loco de amor", ¿que opina de eso, le preocupa?

--No, no creo que me haya apasionado de más. Cuando la gente se apasiona de más, se desborda, y nosotros no estamos desbordados; estamos en una fase maravillosa. El próximo 22 de junio tendré 70 años y Aline, también en junio, cumple 27. Pero la diferencia de edad es solo aparente, porque en lo espiritual somos iguales. Y es que la capacidad musical de Aline es impresionante. Nuestro amor ocurrió a través de la música. Claro que también se podríamos hacer buena música juntos sin estar enamorados, porque ella es una excelente profesional, pero estando así es mucho mejor, es mucho más fuerte, es maravilloso.

--O sea que no le preocupan las críticas...

--No, no me preocupan. Si hasta a Dios lo critican. Además yo estoy acostumbrado a la crítica, porque mi música es por naturaleza polémica. Si además imaginamos una pareja como la nuestra, yo de 70, ella de 27; es una cosa que sólo las personas con cierta percepción, un público sensible y maravilloso como el nuestro, puede ver más allá de las apariencias. Ella es profesora, tiene un don natural para enseñar y un enorme carisma con los chicos...

--Trasladando, podríamos decir que ella lo hace sentirse un chico...

--Sí..., creo que sí.

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