CULTURA / ESPECTáCULOS › TEATRO. JUAN GIL NAVARRO Y SU VISIóN SOBRE COCK, QUE LLEGA A ROSARIO
Escrita por el inglés Mike Bartlett, la obra se convirtió en un éxito acompañada del título de polémica. Para el protagonista, el valor de la puesta tiene que ver con generar en el espectador reflexiones que lo alejen del prejuicio.
› Por Edgardo Pérez Castillo
Aun cuando las sociedades avanzan en materia de igualdad de derechos, la palabra polémica sigue apareciendo cada vez que el arte se vincula con determinadas temáticas. Cock, la obra escrita por el joven dramaturgo inglés Mike Bartlett, es un ejemplo de ello: su éxito internacional nunca estuvo exento de promociones o críticas que realzaron su tono "polémico", producto de una trama en la que la sexualidad (homo y hétero) es sólo una de sus partes. Adaptada y dirigida en Argentina por Daniel Veronese, la obra llegará a Rosario para brindar dos funciones en La Comedia, donde se presentará mañana y el sábado, a las 21, con las actuaciones de Eleonora Wexler, Jorge D'Elía, Juan Gil Navarro y Diego Velázquez (que por su trabajo recibió, este martes, un Florencio Sánchez como Actor de Reparto).
Con una trayectoria televisiva asociada a tiras de éxito, Juan Gil Navarro interpreta al personaje clave de Cock, John, que a pesar de mantener una relación estable con un hombre de su edad, se enamora de una mujer. Luego de confesarle esta situación a su pareja, éste decide invitar a cenar a la joven, en una reunión a la que se sumará el padre de John. Desde allí, surgirán las situaciones y temáticas sobre las que tanto se polemiza.
Sin embargo, para Gil Navarro el título de polémico suena un tanto obsoleto en los tiempos que corren. "Me parece interesante que la obra provoque, que le proponga a la gente dejar de pensar que los hombres y las mujeres, sus bondades o flaquezas, se definen en sus decisiones de cama --consideró en diálogo con Rosario/12--. Llevar las cosas ahí tiene que ver con que la gente que piensa eso coje poco y mal. La tarde de la televisión está llena de programas de chismes, con una cantidad de revistas que hacen lo propio, pensando que eso define cómo son las personas".
Luego de una primer temporada que tuvo a Leonardo Sbaraglia como intérprete de John, Gil Navarro fue convocado para su reemplazo, lo que motivó su paso de espectador a protagonista. Desde esas dos miradas, el actor analizó: "Lo que la obra tiene, sobre todo entendiendo que es una obra inglesa escrita por un pibe de 23 años, es la consigna de lo que uno puede llegar a hacer cuando no tiene la valentía de enfrentarse a lo que quiere. Y hablo de lo que precede a la acción: pensar posibilidades, primero, y después animarse a ejecutar esa acción. Y lo que pasa no sólo con uno, sino lo que se genera en otras personas".
De cara a su composición, Gil Navarro se basó en lo realizado por Sbaraglia, para quien no ahorró elogios: "Leo había tenido aciertos en todas las cosas que había encarado. Trabajé lo que él había encontrado, y lo profundicé. La realidad de todos modos está en quien pueda ver las diferencias desde afuera. De hecho lo charlé con él, que tuvo el gesto de venir a ver la obra: no existen versiones mejores, cada uno tiene un matiz distinto para aportar. Creo que mi enfoque fue jugar como lo hizo él".
En ese marco, el actor reconoció la delicada tarea de Veronese, director hábil para permitir que sus matices se impregnaran también en el personaje de John. "Daniel es como una especie de osteópata, al que vas y te parece que no hizo nada, pero a los días te das cuenta que hubo un cambio --graficó Gil Navarro--. No es autoritario, te va chiflando de afuera las cosas que ve, es muy quirúrgico, y tiene mucho sentido del humor, lo cual es fundamental".
Con experiencias previas junto a Wexler y D'Elía, para el protagonista de Cock ésta fue la primera ocasión de trabajar con el recientemente premiado Diego Velázquez --"Es excelentísimo, de un grado de elegancia y talento poco frecuentes", consideró--, en lo que significó además su debut en el terreno de la comedia dramática. Un primer paso que, además, tuvo su cuota de intensidad: "Cuando me llamaron para ver la obra para reemplazar a Leo dije sí a los 15 minutos de verla. Desde entonces fueron 14 ensayos y salir al ruedo. Entonces las funciones también funcionaron como ensayo".
Esa experiencia resultó gratificante para Gil Navarro, que concluyó: "A todos los actores 'profesionales', que se supone que conseguimos determinado espacio y no se cuántas pavadas, nos hace bien tener un cachetazo de vez en cuando para volver a la fila. Tiene que ver con cagarse en las patas, con no salir a escena con tanta seguridad y cosa definida. A mí, que estoy mordiendo los 40 años, me vino bien para redefinir cosas de este oficio. Está bueno bajar esa cosa tonta, eso de alimentar esta huevada de la fama o de hablar de los lugares conseguidos. Todo éso es un verso".
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