Como una porción constitutiva del propio proyecto, cada viaje de Imaginarios funcionó como impulso para profundizar una línea creativa que parte de la canción para abordar ritmos, melodías e historias de paisajes diversos. México, Guatemala y Misiones fueron los destinos que fueron abriendo nuevos caminos para el proyecto fundado en 2010 por el compositor Julián Rossi (además cantante, pianista y guitarrista) y Andrés Gonnella (bajo, cuatro venezolano y guitarras) dupla que completaría su base con Fernando Gulisano (batería y percusión), y que ahora suma además a Tomás Boasso (saxo y sintetizador) y Kenia Hernández Machado (accesorios de percusión y coros). Con esa formación de quinteto, más la aparición de invitados especiales, esta noche a las 21 Imaginarios llegará al Gran Salón de Plataforma Lavardén para presentar su primer disco, homónimo, que puede descargarse en el bandcamp del grupo (al que puede accederse desde www.imaginariosmusica.com.ar).

Cuidadas, cálidas, las canciones de Imaginarios refieren a géneros diversos, en un juego que propone evadir las obviedades. Según explica Gonnella, la búsqueda está asociada a encontrar nuevos senderos: "Constitutivamente apostamos siempre a nuestras canciones, apostando a gestar algo nuevo, diferente, con otras particularidades. Empezamos trabajando en trío y después se fueron sumando los chicos, así las canciones se fueron ornamentando y, de alguna manera, el sonido fue metamorfoseándose".

En ese sentido, según apunta Rossi, el debut discográfico del grupo --que pronto podrá conseguirse también en formato físico-- es una muestra de ese proceso: "Siempre la base definida es la del trío. El disco deja esa huella, aunque el día de mañana quizás podamos sumar instrumentos a esa base de trío. Tenemos en mente un nuevo trabajo en el que queremos plasmar éso, por un lado más madera y por el otro algo que muestre la instrumentación completa. Para dejar también asentada la idea que desarrollamos para viajar".

El viaje, entonces, como elemento constitutivo, según indica Gulisano: "El hecho de que a veces resulte complicado ir con toda la orquestación de la banda, sobre todo en los viajes, da lugar a esta variante de armar otros formatos para nuestra música". El viaje, también, analizado por el compositor, que agrega: "Tiene que ver con un viaje interior, que te modifica existencialmente. Mucho más cuando viajás con tu música. El viaje para mí es un 50 por ciento de nuestra actividad, le da sentido final a nuestro rol".

Las experiencias, en ese marco, abren el juego al acercamiento a nuevas sonoridades, que se suman a una paleta sonora de por sí amplia. "La canción viene a ser una especie de fuente gigante a la que intentamos enriquecer y que nos enriquece a nosotros. Además, para nosotros la aparición de elementos de otras músicas es fabulosa. No hacemos ni jazz, ni tango ni folclore, pero sí nos damos el lujo de poder agarrar de allí elementos armónicos, rítmicos, tímbricos, y nos encanta mezclarlos con lo que nosotros percibimos en la ciudad, algo más urbano, más del rock", reflexiona Rossi.

A su lado, Gonnella amplía el concepto: "Es un juego hermoso caminar sobre esas fronteras y tomarse la libertad para cruzar de un lado al otro, de hacer puentes. Movernos entre lo citadino y el estado viajero es un mestizaje que también nos constituye".