Surgido como parte del Circuito Interbarrial de Teatro que desde 2004 la Secretaría de Cultura impulsa en distintos distritos, el grupo La Sudestada volverá a presentar hoy su reversión de la última obra creada por Moliere. Apostando al cambio de género del personaje central, el grupo que dirige Vilma Echeverría le da forma a La enferma imaginaria, trabajo con el que esta noche, a las 21, brindarán una nueva función en el Centro Municipal Distrito Sur "Rosa Ziperovich" (Uriburu 637).

Después de una función de estreno que se colmó a pesar de una coyuntura complicada (cortes de luz, tormenta y saqueos), el grupo La Sudestada volverá a escena para seguir demostrando que, desde su condición de agrupación vocacional, se constituyen como un lazo entre los espectadores, sus pares vecinos, y el arte.

Y es una labor constante la que emprende la compañía, según apunta su directora: "Siempre la pata que falta es la difusión. Si bien este año nos dieron un montón de apoyo de difusión desde la Secretaría de Cultura, hace diez años que estamos trabajando y hay gente que vive en el barrio a la que le decimos que tenemos funciones de teatro gratis y no se enteran, pero a los cinco segundos se enteran si hubo un robo. Así y todo el estreno estuvo lleno, a pesar de la tormenta, los saqueos y los cortes de luz. Nos vamos apropiando de algunas cosas. Es difícil llevar gente, pero se logra desde el boca a boca, con volanteadas. Ahora el Facebook también nos ayuda, y al ser muchos cada uno se compromete a traer gente, o vienen vecinos de otros barrios que pertenecen al circuito interbarrial. Pero a veces cuesta, por eso la idea el año que viene es mover la obra. Otros años hicimos funciones en La Comedia, y hay otros circuitos que nos interesan".

Con una heterogeneidad que permite la convivencia de integrantes que pasan los 80 años con otros en edad universitaria, La Sudestada presentó en 2012 La Gauchada, una obra de carácter telúrico, para abordar en este 2013 la última creación de Moliere. "Hay gente que no había leído absolutamente nada de Moliere. Enseguida pensé que tenía que ser una clínica donde los manejes no fueran tan santos. Ahí aparecen personajes que conocemos, como la doctora Rímolo, esta cosa con las hipocresías, lo que uno escucha en la tele. La obra está actualizada a lo contemporáneo, en donde uno se siente paranoico en relación a lo que le pasa. Hay mucha información ligada a las enfermedades, a cómo curarse, el feng shui... Pero también sobre cómo salvarse a partir de los hijos, el futuro, la crianza, los lugares institucionales, el comercio, la plata, la herencia. Son todos temas que siempre vuelven, que son íconos en Moliere y en la vida de uno. Siempre hablamos de los mismos tópicos: amor, odio, traición, plata, violencia, sexo. Después hay que ver si podemos encontrar el paso de la comedia, esta cosa de final de fiesta donde todo fluye", explicó Echeverría, responsable de la adaptación del texto.

Y agregó: "Hay mucha escritura en el trabajo que hacemos, siempre sostenido desde el cuerpo y el espacio. El texto aparece después. Trabajar en el barrio es muy particular, porque hay muchas historias que surgen. Y aunque los integrantes del grupo no son actores profesionales, ellos creen en este lenguaje".