Fornido, con un coherente look de cuero negro, pelo largo rubio y accesorios estilo heavy metal, Nelson Luty podría (de lejos) ser el baterista de Metallica. Sin embargo, se enternece como si hablara de sus hijos cuando se le pregunta por los personajes que creó para Metegol (2013), donde supervisó un equipo de más de 300 animadores, bajo la dirección de Juan José Campanella. Director de arte del primer largometraje de animación 3D realizado en América Latina, por el que ganó con Mariano Epelbaum un Premio Sur, cuenta que tras esos 90 minutos hay cuatro años de intenso trabajo. Y por cómo se emociona parece que aquello de dar vida a un dibujo es algo más que metáfora.

Con sus precisas texturas de esmalte descascarado y óxido, sus movimientos con el peso del plomo, sus cabezazos que suenan a fierro y sus personalidades bien definidas tanto por su posición en el juego como por los diálogos, los 22 pequeños golems de fútbol de mesa que un buen día abren los ojitos en un pueblo de dibujo animado son tan reales que uno cree haberlos visto caminando por la calle; más humanos aún que los personajes animados "de carne y hueso" de la película. La cronista ha sucumbido al encantamiento y pregunta si se basó en alguien de Rosario el jugador del centro del equipo rayado, uno hirsuto y hosco que no tiene letra, sólo gruñe y grita... el cinco?

﷓El Lechuga! ﷓sonríe Luty con paternal cariño hacia su obra. Y aclara que ni las rayas verticales de las camisetas ni la pinta de los jugadores remiten a Rosario. Sí se buscaron parecidos con Mario Kempes y el Conejo Tarantini (jugadores de la selección del Mundial 78).

Una investigación trasnochada de la cronista sumará un nombre más, hallado en una nota a Campanella: el del centroforward Leopoldo Luque, también goleador argentino del Mundial 78. Da "cosa" quedarse a medianoche mirando las viejas grabaciones de aquellos partidos que transcurren en plena dictadura genocida, pero ahí están: al viento las mismas porras setentosas que Luty y su equipo han recreado para los muñequitos con pelucas de aserrín, virulana o piolines. (Grandes masas de pelo y de hielo son lo único que estos magos no pueden imitar).

Es evidente que Luque inspiró el look de El Loco, un wing jipón que siempre la flashea, muy cómico y creíble en la voz del músico Horacio Fontova: la única que no fue doblada al castellano neutro para la versión que fue distribuida en otros países de América Latina. "En Colombia el público quería escucharla en porteño", informa Luty.

Luty vino a Rosario para la proyección en 35 mm de Metegol que anteayer fue una fiesta en el Parque Independencia, organizada por dos entidades municipales: el Museo de la Ciudad y el Centro de Animación Rosario. Quedó así inaugurado el ciclo gratuito de cine a la reposera que todos los domingos a las 21, hasta el 9 de febrero, acompañará la muestra temática La Ciudad del Fútbol en el Museo de la Ciudad (Riobamba y Oroño). Sólo para esta primera función los organizadores, en una patriada memorable, subieron a una tarima al aire libre un proyector de cine en 35 mm; el noble dinosaurio de fierro habrá hecho piantar más de un lagrimón a los nostálgicos, mientras el rollo de celuloide proyectaba un largometraje tecnológicamente de vanguardia.

Metegol demostró una calidad técnica capaz de competir con los "tanques" de Pixar o Disney; artísticamente, los supera. Inspirado en un cuento de 2 páginas del Negro Fontanarrosa, Memorias de un wing derecho (http://www.rosario.gov.ar/mr/multimedia/repositorio/semana﷓de﷓la﷓lectura/memorias﷓de﷓un﷓wing﷓derecho), el film contagia amor al fútbol y al cine de animación: sentimientos que si antes no se tenían (o si se perdieron por el camino) pueden adquirirse (o recobrarse) mirando esta película. Antes de encenderse la luz del proyector, Luty arengó a un público de familias con chicos a no abandonar jamás la lucha por realizar los propios sueños. Fue aplaudido. Dos veces.

"La película no se trata tanto del fútbol, del resultado de un partido, sino del esfuerzo por conseguir algo", dijo Luty a la cronista después de la proyección: "Esa lucha que viven los personajes, es un poco lo que vivimos haciendo la película. El equipo de trabajo terminó siendo como mi familia, casi más que la propia".

Según el crítico especializado Leandro Arteaga, "hablar sobre la importancia que para la animación tiene la película Metegol implica de manera necesaria, superlativa, el nombre de su director de arte: Nelson Luty, uno de lo más extraordinarios animadores e ilustradores del panorama actual". En agosto del año pasado Luty también vino a Rosario a dar una charla en la Escuela para Animadores del CAR. En aquella ocasión habló con Arteaga para Rosario/12 de sus inicios como dibujante y de cómo, ante una enfermedad que lo dejó ciego un año y medio, se prometió que si volvía a ver se dedicaría a la animación. Y lo logró, primero en los estudios Shazam (Teo, cazador intergaláctico) y luego en Patagonik (Patoruzito). Leer aquel relato provee un trasfondo significativo a su emotiva charla del domingo con la gente.

﷓Decime la verdad. Te gustó la película? ﷓pregunta Luty.

La cronista asegura que sí. Y que se emocionó mucho cuando los muñecos del metegol que han cobrado vida (los dioses?) abandonan el campo de batalla (la cancha) y dejan solos a los humanos, que han decidido arreglárselas sin ellos: un momento muy de la épica clásica.

﷓De eso se trata ﷓se enorgullece Luty. La cronista se despide. Y mientras camina por un Rosedal iluminado por los generadores y los fluorescentes de los carritos de choripanes, recuerda a aquel ciego que hace dos mil quinientos años cantó la historia de dos equipos de mortales y dioses enfrentándose: una historia que sigue emocionando.