CULTURA / ESPECTáCULOS › MUSICA. CHANGO SPASIUK Y JAQUES MORELENBAUM EN ROSARIO
Tras su actuación en el teatro Sha porteño, el notable acordeonista misionero y el genial cellista brasileño compartirán el escenario de El Círculo para seguir descubriendo puntos de encuentro entre sus riquísimos mundos sonoros.
› Por Edgardo Pérez Castillo
Pocas horas han transcurrido desde que Jaques Morelenbaum y el Chango Spasiuk finalmente pudieran encontrarse cara a cara. La tarde del lunes está abriéndose y todavía restan minutos para que el genial cellista, compositor y arreglador brasileño abandone su habitación de hotel para darle forma al primer ensayo conjunto con el enorme acordeonista misionero, y plasmar así algo de lo conversado la noche anterior. Aún con la certeza de que la común delicadeza y refinamiento que caracteriza a sus músicas podrían dar cabida a puntos de encuentro, al recibir el llamado de Rosario/12 para ambos las incógnitas todavía eran mayores que las certezas. Sin embargo, al momento de escribir estas líneas es posible verificar que algunas respuestas ya fueron conseguidas por los músicos, que el pasado martes brindaron un show notable en el Teatro Sha porteño, según se desprende de la crónica que Gloria Guerrero publicara el jueves en Página/12. Esta noche, en tanto, será el público rosarino el que podrá atestiguar el crecimiento de ese nuevo universo sonoro que Spasiuk y Morelenbaum se han empeñado en iluminar.
Al menos, ya en su diálogo con este diario ambos preveían al encuentro como una posibilidad abierta al descubrimiento. Un descubrimiento que, según analizara el acordeonista, excede al ámbito de las presentaciones en vivo: "Creo que todo lo que sucede más allá del escenario es lo más importante. La posibilidad de charlar, encontrarse, conocer el mundo de cada uno y fortalecer un lazo. Mi energía está puesta en disfrutar de todas esas cosas . El concierto es una excusa, es el principio de algo".
En lo que será su regreso a la ciudad tras varios años de ausencia, Morelenbaum subirá a escena junto a Lula Galvao en guitarra y Marcelo Costa en percusión, formación original del Cello Samba Trío. "Estoy muy contento de volver a Rosario, una ciudad que siempre me recibió con mucho cariño. Especialmente ahora, que voy a compartir el escenario con ese gran músico argentino. Eso tal vez va a expandir, abrir los horizontes para la incursión de mi música en Argentina. Para mí es muy interesante establecer este diálogo y entrar en este nuevo mundo musical para mí, que es el chamamé", confesó a su turno Morelenbaum.
Y, así, el citado cruce de universos. Un cruce que, según apuntara el compositor argentino, va más allá de los géneros: "En charlas con algunos periodistas, con algunas personas, sentía cómo el chamamé estaba dando vueltas, como que no es tan natural para el público argentino que un músico de chamamé se junte con un músico como Jaques Morelenbaum. Entonces están esperando que toquemos un chamamé y ver cómo puede sonar. Para mí es un encuentro de la música, de diferentes repertorios, y va un poco más allá del chamamé. Está enfocado más en un respeto mutuo, un concepto sobre la música, una delicadeza de acercarse al sonido, una manera de desarrollar nuestros propios mundos sonoros. Creo que ahí está la afinidad, en el concepto de cámara, de instrumentos, de encontrar una manera de desarrollar esos lenguajes. Jaques usa mucho la palabra sofisticado, pero no en relación de complejidad, sino en relación de refinamiento, de profundizar. Hablamos mucho de música, nos pusimos a pensar en el repertorio y apareció Piazzolla, algo del samba, que es el mundo más ajeno al mío. Ahora estoy estudiando esos choros, esas sambas con 600 millones de acordes (risas). Toda esa cocina, esa previa, para mí es interesante, porque es un desafío y hay una mezcla de un montón de sentimientos. Está bueno estar atento a todo ese proceso y salir enriquecido de ello".
Con trayectorias inmensas, en su lanzamiento al proyecto conjunto tanto Morelenbaum como Spasiuk debieron sumergirse en ese estudio de nuevas formas, una tarea que, según distinguió el brasileño, lejos está de resultar una carga: "No es una obligación sino una búsqueda eterna por la ampliación de nuestro universo, nuestro horizonte cultural. La música siempre guarda sorpresas para nosotros, siempre hay una curva ahí adelante que no se ve, y ahí llegamos y miramos un nuevo horizonte. Para mí es un desafío muy grande entrar en ese universo nuevo del chamamé, intentar comprenderlo sensitivamente, intentar dar mi versión, mi prisma, mi ángulo de esta música. Al mismo tiempo que sé que intentaré llegar lo más cerca posible de ese universo, siempre lo veré, al menos en este principio, de una forma particular, lo filtraré en lo que es mi bagaje, mi cultura propia. De la misma manera será muy interesante percibir de qué manera Chango filtrará el samba, de qué manera pasará por sus miradas".
Y si bien los primeros resultados de ese encuentro ya pudieron cotejarse en el Sha, el tiempo transcurrido, compartido, tendrá segura incidencia en la reunión que hoy a las 21.30 Morelenbaum y Spasiuk (que estará acompañado por Marcos Villalba en guitarra, voz y percusión, Víctor Renaudeau en violín y Marcelo Dellamea en guitarra y voz) concretarán en El Círculo. Así lo preveía el cellista el pasado lunes: "No sé exactamente cuál será el resultado de la mezcla entre estas dos culturas, pero creo que será muy interesante la mezcla de sabores que esas músicas traen. Es muy promisorio lo que se presenta como posibilidades para hacer. Estoy muy curioso y estimulado por éso".
Así lo anhelaba, a su vez, el virtuoso acordeonista: "Soy un gran admirador del trabajo de Jaques, y para mí es un regalo poder sentarnos y compartir un escenario, un poco de música juntos. Cuando escuchaba la orquestación de 'Fina estampa' y eso que se parece tanto a un chamamé cuando la orquesta arranca, tan folclórico; o ver de qué manera con su conocimiento ha creado colores alrededor de músicas que no están tan lejos del mundo sonoro del litoral... Hay muchos aspectos, muchos puntos en común. Y, por otro lado, es un desafío. Los dos estamos muy abiertos y veremos qué ocurre. Mucha gente trabaja hasta llegar al concierto. Para mí el concierto es el inicio de una relación y de un vínculo, de crear un lazo. Y ese lazo es el que va a dar la posibilidad de un intercambio, de una construcción. Para mí es un punto de partida, lo tomo desde esa perspectiva, de fortalecer el vínculo y ver qué surge más allá de los conciertos".
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