Lunes, 12 de mayo de 2014 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › SIGUE EN CARTEL EL CRíTICO, FILM DE HERNáN GUERSCHUNY
Tras su estreno en dos salas y frente a una apática recepción por parte del gran público, El Crítico sólo permanece, en un delicado equilibrio, en una única sala de nuestra ciudad, en un único horario; la llamada última función.
Y es que el film de Hernán Guerschuny, uno de los actuales directores de la revista Haciendo cine, junto a Pablo Udenio, mira desde el cine al cine; en este caso hacia ese lugar que se juega no ya en el set de filmación, sino al mismo espacio de butacas; a quienes, por vocación, nos fascina y nos delira, reflexionar sobre los films vistos, desde la transmisión por escrito o bien por otros medios.
Así, en este atípico film que ha sido elogiado en numerosos festivales, desde una perspectiva crítica, no exenta desde ese humor que libera una sutil ironía, salimos al encuentro de un tal Víctor Téllez, cuyo oficio acusa veinte años de calendario y cuya mirada parte, se detiene y continua, siempre, desde uno de los films manifiestos del nuevo cine francés de fines de los '50, la llamada "Nouvelle Vague"; tomando como filmfaro al ya clásico de clásicos A bout de soufflé, de Jean Luc Godard, estrenado en nuestro país en noviembre del '61.
Todo el universo personal de Víctor Téllez, personaje que compone el actor y director teatral Rafael Spregelburd, se sostiene sobre el ideario y la estética del Godard de entonces; particularmente, en este film que reunió a un actor de film de aventuras, policiales, Jean Paul Belmondo con una joven actriz que había fascinado al mismo director por su labor como la mártir Juana de Arco, un rostro diferente: Jean Seberg. Su vida es un deambular por las calles, haciéndonos llegar sus pensamientos en francés, eligiendo los encuadres; como si de un film del Godard de aquel primer momento se tratara.
El film que transita diferentes espacios, pero que parte del que corresponde al de la sala de las funciones privadas, para la crítica, y que nos permite reconocer el rostro de algunos críticos porteños que enuncian parlamentos que acentúan algunas actitudes snobs; otras sincera, nos descubre por igual en el personaje de Víctor Téllez, a una suerte de símil del que asume Nanni Moretti en su Caro Diario, en lo que hace a la manera en que se interroga y nos apela, en la que en sus caminatas sus enojos y contadas alegrías nos van sorprendiendo.
Por sus limitaciones económicas, Víctor Téllez debe salir en busca de otro lugar. Y es que aquí cuando el azar lo colocará en el camino de una prescindente joven mujer, rol que interpreta con variados giros, Dolores Fonzi; definida, por él mismo, en ese primer momento como una chica "construida a fuerza de clisés". Lo que sigue de aquí en más de idas y venidas es esa pulseada entre el Cine de Autor y el llamado cine standard; particularmente el que remite a la comedia romántica de los '80 y '90, lo que motivó a su director a presentar el último número de su revista con la foto de ellos dos y el titular destacado en rojo: "Cuando Godard conoció a Meg Ryan"; con directas referencias al film del '89, "Cuando Harry conoció a Sally".
El film que hoy invitamos a ver, y que ya ha merecido numerosas reseñas más que favorables en nuestro país, construye no sólo un significativo lugar para los cinéfilos, por sus citas, por sus guiños, por sus alusiones; sino, también, por acercar nuevas miradas, allí donde parece que ya está todo dicho. Y donde cabe reformularse el concepto de comedia romántica y los vaivenes que revelan los llamados finales felices...tan merecidamente esperados, por algunos de sus personajes! Y es que tal vez como declara el actor, lo más cautivante de algunas de estas comedias es ver que "el protagonista que se enamora es el último ser de esta tierra destinado al amor".
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