Explícita o implícitamente, el agua es el elemento que atraviesa cada una de las obras de Aire. Inspirado en los textos que Fabricio Simeoni dejara plasmados en Desaire, el disco de La Maderita (ganador del Concurso de Coproducciones de la EmR) se conecta con la poesía bella, amorosa y húmeda de Fabricio, reconocido desde los agradecimientos como fuente originaria del proyecto musical que desde 2006 comparten Nicolás Cáccamo (percusión), Gerónimo Mangini (batería), Leandro Wollschlejel (sintetizadores y sampler), Alexis Kanter (bajo eléctrico), Nicolás Cúneo (guitarra) y Germán Roffler (guitarra y voz). Ese elenco será el que esta noche a las 21.30 recorrerá las bellas canciones incluidas en Aire, en un show que se llevará a cabo en el CEC Vinilo Café de Paseo de las Artes y el río.

Desde los aires rioplatenses de "Guau" al clima bossa de "Tarde" pasando por un "Descuido" abolerado o el despojo de "Flor de agua", Aire ofrece una diversidad estilística que se potencia con los cuatro bonus tracks reunidos bajo el título "Sidra Sessions". Una diversidad que encuentra su unidad en poéticas inspiradas por la pluma de Simeoni y por la canción como estructura.

Al momento de analizar las líricas, Roffler recordó a Rosario/12 el surgimiento mismo del proyecto: "El disco nació a partir de la serie de los libros de Fabri de los elementos. El primero había salido con un disco de Coki y los Killer Burritos. Con Fede Tinivella, con quien éramos amigos de Fabri, tirábamos ideas sobre estos libros editados con discos. Con Fabricio se nos ocurrió hacer un disco de canciones a partir del libro y de su escritura en general. Así también fuimos mechando algunas cosas, como la lectura que Palo Pandolfo hace de un poema de Fabri al final del primer tema, o como chiste incluimos algunos poemas de Fede Tinivella. En verdad es un disco que se desprende del libro de Fabri, de su obra".

En ese marco, el eje elemental que atraviesa a la serie de Simeoni se traduce también en Aire, un disco fuertemente vinculado con... el agua. "La poesía del Fabri tiene muchas imágenes y en relación a los elementos, aunque no me plantee hablar de cada uno de ellos, me gustaba la idea de que el disco no quedara sólo en Desaire, sino que también pudiera remitir a otros libros, que pueda haber también un diálogo desde otro lugar. Y es verdad, hay mucho líquido en el disco!".

Desde lo musical, la obra de La Maderita propone una mirada actual sobre diversas corrientes del folklore latinoamericano, tomando a la canción como soporte. "Para mí siempre fue cotidiano escuchar a tanto a García y a Mercedes Sosa como a Chick Corea, es con lo que uno se cría. Hoy por hoy pienso que la canción es como un lugar vacío de género para poder hacer lo que uno quiere, porque la canción en sí es el formato", apuntó en ese sentido Roffler, que concluyó: "Hoy ya no existen más los géneros puros, solamente es la representación de algo del pasado. No hay nada que sea ciento por ciento folklore, tango, o que responda a un género. Me parece que es lo que tengo que hacer, es como un resumen. Hacer arte tiene que ver con pararse en el momento en que uno está".