CULTURA / ESPECTáCULOS › LA SALA MADRE CABRINI PROPONE UNA MARATóN DE TRES VALIOSOS FILMS DESDE LA MATINEé
El espacio de Pellegrini al 600 repone La dama del tren, historia que se apoya en los cuentos detectivescos del cine inglés, Su venganza era matar, con Gregory Peck, dirigido por Henry Hathaway, y Venga a tomar el café a casa, con Ugo Tognazzi
› Por Emilio A. Bellon
Como en los años idos, la sala Madre Cabrini en la función de este lunes de Carnaval, nos ofrece tres títulos, tres films, de diferentes épocas y nacionalidades. Tal como entonces, la primera función nos lleva a evocar la palabra "matineé"; en este caso, el primero de ellos, La dama del tren, está anunciado a las 16.45. Comenzará la tarde con un policial de mediados de los años '40. Y el mismo remite a una novela de Leslie Charteries, uno de los grandes nombres del género de esa década, ya que sus obras se leían en tranvías y trenes, en salas de espera. Recordemos que en esos días, comenzaba a publicar de manera gráfica algunas de las historias que dieron lugar a la creación de su personaje, El Santo, que llegó a interpretar a principios de los años sesenta, para seriales televisivos, el actor Roger Moore.
Historia que se apoya en los cuentos detectivescos del cine inglés, La dama del tren, que cuenta en su protagónico a la actriz de la Universal de aquellos tiempos, Deanne Durbin, nos presenta un relato en el que a partir de lo que ve una joven, en una casa cercana a la estación de trenes, se abre una serie de hechos de marcada incertidumbre. Frente a la denuncia, no hay pista alguna y por ello se rechaza esta acusación. Pero será precisamente un escritor de novelas policiales quien la ayude a resolver el enigma.
Junto a la tan exitosa actriz, que en ese momento figuraba en el segundo lugar en la escala de sus admiradores, después de la tan talentosa y sublime Bette Davis, encontramos a Ralph Bellamy y Dan Duryea. La banda sonora está a cargo del compositor húngaro Miklos Rosza, quien ese año recibió el premio Oscar por su labor en Cuéntame su vida (Spellbound) de Alfred Hitchcock, con Ingrid Bergman y Gregory Peck.
La programación de los lunes, por lo general, en los años en los que el cine nos acompañaba con pausas pero sin prisas, correspondía en los cines del barrio al cine argentino. Pero, igualmente, en otras, el cine de géneros, particularmente estadounidense, invitaba a vivir historias de aventuras. Desde hace varios meses, la sala Madre Cabrini ha dejado un lugar reservado para los westerns los días lunes, y desde entonces concita una gran audiencia de amantes del cine del Far West.
Shoot out
Tras La dama del tren, el segundo de los títulos, a las 18.30, nos lleva a un film de principios de los años '70, Su venganza era matar, nombre con el que se conoció en nuestro país, ya que el original es Shoot out. Dirigida por Henry Hathaway, quien ya había presentado policiales de culto tales como El beso de la muerte, con Víctor Mature y Richard Widmark, A 23 pasos de Baker St., interpretada por James Stewart y Vera Miles, entre otros y al mismo tiempo pudo dirigir a Marilyn en la mítica Niágara o Torrente pasional, del '53, el film que se va a poder ver a la hora señalada nos relata la historia de un hombre que al salir de la prisión (Gregory Peck) decide ajusticiar a su antiguo cómplice, quien lo había traicionado. Y ahora es un adinerado ganadero rodeado de guardaespaldas. Un plan se comienza a poner en marcha, pero otros hechos, impensados para él, le señalarán otros caminos. Junto al recordado actor encontramos a James Gregory, Patricia Quinn y en su debut cinematográfico a la niña Susan Tyrell, quien pasará a actuar en films de John Huston, y Marco Ferreri, entre otros.
Comedia italiana
Ya en la sección noche, a las 20.15., la comedia italiana se hace presente con uno de sus actores más representativos, Ugo Tognazzi, quien junto a los siempre presentes Alberto Sordi, Nino Manfredi, Vittorio Gassman y Marcello definen lo que se ha dado en llamar, "I mostri della commedia italiana". Nacido en marzo del '22, en Cremona, Ugo Tognazzi debutó en un teatro barrial a los cuatro años y en programas de varieté en diferentes ciudades. Su primera actuación en cine data del año mil novecientos cincuenta, en el film I cadetti di Guascogna, de Mario Mattoli, quien en esos años dirigía al gran comediante Totó; actor con el que Tognazzi compartió cartel en la comedia Totó en la Luna, de Steno, guionada por Ettore Scola.
Tras haber actuado bajo la dirección de Marco Ferreri, en tantos censurados films,Dino Risi, René Clement, Pier Paolo Pasolini, Roger Vadim y Ettore Scola, entre tantos otros, en 1970 se estrena de uno de sus amigos, Alberto Lattuada, Venga a tomar el café a casa (Venga a prendere il caffé da noi), año en el que igualmente se dan a conocer Esplendor y miseria de Madame Royal, de Vittorio Caprioli y La Califfa, de Alberto Bevilacqua; film que no se pudo estrenar en nuestro país en aquella década y que ahora se anuncia en esta sala para una próxima función.
Basada en la novela La spartizione de Piero Chiara, Venga a tomar..., con guión del mismo Lattuada, Tullio Kezich, Adriano Baracco y el autor del texto original, nos retrata a un empleado ministerial que es enviado para cumplir sus funciones a una pequeña ciudad de provincia, en la que se alojará en una modesta pensión. Frente a su crítica situación, a la vida tediosa que lo comienza a envolver, nuestro protagonista, Emerenziano Paronzini, ve de pronto lo que para él es la gran oportunidad de su vida. Astuto y lisonjero, especulador y hedonista, (rasgos de la mayor parte de sus personajes), se comienza a acercar a la casa de las ricas herederas, las hermanas Tettamanti: Tarsilla, Camilla y Fortunata.
Emerenziano pone en acto sus argumentos para ser invitado a tomar a un café y poder de esta manera acercarse, ver los comportamientos de las tres y así poder elegir. Este es su plan. Las tres hermanas están interpretadas por las comediantes Milena Vukotic, Francesca Romana Coluzzi y Angela Goodwin, quienes viven en esa antigua casona, junto a su criada, Caterina, rol que asume la actriz teatral Valentine. De esta manera, Emerenziano entra como invitado forastero y sale ahora como un jactancioso jefe de familia.
Pero estamos ante un grotesco que abre múltiples líneas: sobre los engaños, las simulaciones, los juegos al gato y al ratón y los secretos dichos a media voz. Y entre escapadas eróticas y ritos culinarios el film va circulando por numerosas derivas. Por su actuación en este film (musicalizado por el canta autor Fred Bongusto, ambientada en la región de la Lombardía), Ugo Tognazzi fue premiado en numerosos festivales. Y cuando su estreno, pasó a ser uno de los más exitosos de esa década. A fines de julio del año pasado se reestrenó en Atenas y la respuesta del público fue admirable.
En una de las notas críticas en octubre del 70, publicada en el periódico "Corriere d'informazione", leemos: "Ugo Tognazzi se mueve como pez en el agua, con las espaldas anchas, con todo su triunfalismo en su movimiento, en su andar, en su personaje de Paronzini, vigoroso y al mismo tiempo con prudencia, presuntuoso y mediocre; atento a cada gesto de los otros. Muy hábil e ingenioso ha estado Lattuada a la hora de componer este friso diabólico de las tres hermanas, prestando sus rasgos físicos para la ocasión".
Y es que a partir del ingreso de Paronzini a la casa de las Hermanas Tettamanti comienza a expandirse un amargo y negro humor. Así, este film que se anuncia, pasada la hora del vermouth, nos lleva ahora a recordar otro de los grandes nombres, el de Ugo Tognazzi, quien falleció hace ya veinticinco años. Su legado en el campo del cine lo continúan sus hijos, Ricky, actor, y María Sole, directora de teatro y cine.
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