Miércoles, 15 de abril de 2015 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › MUSICA. SE REALIZó LA SEGUNDA EDICIóN DEL CICLO JAZZ EN EL FONTANARROSA
Durante tres días, importantes nombres del género a nivel nacional y local se dieron cita en la ciudad para brindar una verdadera maratón musical en el Centro Cultural de San Martín y San Juan y en el Espacio Cultural Universitario.
Por Hernán Osuna
Durante tres días, la semana pasada se llevó a cabo por segundo año consecutivo el ciclo "Jazz en el Fontanarrosa", que con grandes exponentes locales y nacionales del género tuvo lugar en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa, a partir de una iniciativa de su director, Rafael Ielpi, y en el Espacio Cultural Universitario (ECU). Fueron tres jornadas caracterizadas por buena música y una notoria afluencia de público que colmó ambos recintos. El ciclo contó con la curaduría de Horacio Vargas, director del sello especializado BlueArt Records.
En la primera noche, la apertura estuvo a cargo de la dupla conformada por Mariano Ruggieri (sintetizadores y teclados) y Luciano Ruggieri (batería). El show se inició con una introducción atmosférica que dio paso a un tema progresivo en el cual se evidenció un buen manejo de dinámicas, feeling y un acertado groove en un compás de 7/8. Luego, entre arreglos refinados, melodías chamánicas y un ambiente sosegado, los hermanos Ruggieri captaron la atención de la audiencia. Como invitado estuvo El Zorzi, voz de Oro Stone, quien aportó su linaje rockero a un intervalo marcadamente funky. La música de este interesante tándem es la derrota de los convencionalismos en un contexto de mística jazzera, con canciones intensas liberadas de los usuales tics del género. Es sofisticada, ambiciosa y expansionista. Su set fue una ráfaga de jazz versátil, con algunos guiños a Return To Forever o Mehliana - el proyecto de Brad Mehldau y Mark Guiliana -, pero todo ello mediante un abordaje libre.
Minutos más tarde Semilla Negra hizo su aparición sobre el escenario. El dúo integrado por Florencia Ruiz (banjo y voz) y Natalia Nardiello (teclados) cimentó su sonido en canciones de raíz afroamericana con lo mejor del blues, jazz, góspel y boogie woogie. Mediante la ductilidad de Nardiello más el buen humor y el gran caudal de voz de Ruiz, el dúo se ganó la admiración del público. La melancolía de "St James infirmary", el notable homenaje a la gran Billie Holliday, la juguetona "Big boss man" o el clásico "Do your duty" de Bessie Smith, fueron algunos de los condimentos de esta actuación entretenida.
El viernes Walter Nebreda Trío inauguró la segunda jornada del encuentro mediante su paleta sonora de jazz matizado con pinceladas de otros estilos. La agrupación comandada por el experimentado pianista le inyectó una bocanada de aire al género apropiándose de él, personalizándolo de una manera distintiva. Nebreda y sus compañeros denotaron un logrado manejo de las dinámicas a través de un toque sutil sin estridencias. Su performance fue un mix de equilibrio, expresividad y sobriedad, plasmado a través de canciones como "Las hojas muertas", "Morning" (Clark Fisher), "Cinco estrellas" o la afamada "Spain" de Chick Corea.
Posteriormente arribó a escena Franco Fontanarrosa, el hijo del recordado Negro. Pese a que los reiterados cortes de luz en la sala determinaron la suspensión de su espectáculo, el bajista mostró una técnica depurada, ya sea con púa o con dedos, y se lució con una versión aguerrida de "Epistrophy", clásico de Thelonious Monk. Todos se quedaron con ganas de más.
Para bajarle la persiana al día, Hernán Mandelman Sexteto realizó un show acústico en una sala contigua del CCRF. El baterista porteño llegó acompañado de un verdadero dream team: Francisco Lo Vuolo (piano), Rodrigo Domínguez (saxo alto), Natalio Sued (saxo tenor), Juan Cruz de Urquiza (trompeta) y Sebastián de Urquiza (contrabajo). Juntos, tocaron algunos tracks de Reflexiones en Verano, su nuevo material discográfico editado a través de BlueArt Records. Cabe resaltar que Mandelman lidera su equipo con firmeza, eficacia y destreza. Siente la música en carne propia, gesticula, se contorsiona. Vive y respira jazz. Sus compañeros aportan gracia, grandes dosis de virtuosismo y robustez.
El sábado Ernesto Jodos inauguró la última jornada del ciclo con un concierto solista en el ECU. En un ambiente acogedor, el renombrado pianista inició su presentación totalmente compenetrado con la música. "Tres algarrobos", una pieza que destila soledad y melancolía, atrapó a los presentes por su belleza melódica. El tiempo pareció congelarse. El público, silencioso, disfrutó de joyas como "Ll#7", "Láminas" o "Perspectiva", que fueron acompañadas por exquisitas cuotas de improvisación. El set, con el cual repasó los temas de su flamante álbum Actividades constructivas, culminó con los agradables acordes de "Work" (Thelonious Monk).
Pasadas las 21, el público se trasladó nuevamente al CCRF de San Juan y San Martín a fin de disfrutar de la clausura del festival. En primer lugar, arribó el trío Suárez Socolsky Suárez. Pablo Socolsky (piano), Fermín Suárez (contrabajo) y Mariano Suárez (trompeta y flugëlhorn) aclimataron la sala con un jazz relajante y libre. La música era por momentos cinematográfica, prueba de ello lo constituyó la interpretación de la pieza "Belén". Para el cierre, el saxofonista Mario Olivera y el pianista Leonel Lúquez se fusionaron en un dúo donde el todo es más que la suma de las partes. Talento y gran nivel interpretativo se pudieron escuchar en "Togheter" o "The flag is up", ambas de Jimmy Raney, y "Sometime ago", originalmente compuesta por Sergio Mihanovich.
De este modo, el ciclo "Jazz en el Fontanarrosa" llegó a su fin. Fueron tres noches a sala llena, con una convocatoria de más de dos mil personas que demostraron que el jazz está vivito y coleando en Rosario. Será hasta la próxima.
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