El famoso "boom inmobiliario" que invadió Rosario en los últimos años fue uno de los disparadores que el dramaturgo local Ariel Zappa, retomó en Caída libre (Final de Obra). Un texto que la directora Claudia Piccinini puso en escena el año pasado y que retorna a la cartelera local, los sábados de mayo a las 21 en la Sala La Sonrisa De Beckett (Entre Ríos 1051). "La obra está basada en un hecho real, parte de un diálogo que se establece entre dos personas que acuerdan realizar un arreglo en un departamento ubicado en el octavo piso de un edificio. Como los albañiles necesitan trabajar desde afuera, se plantea la posibilidad de `colgar' a uno de ellos desde el techo", explicó Piccinini a Rosario/12.

La directora, responsable de puestas como Retornable e Intrascendente, es además docente teatral y coordina junto a la actriz y directora Cristina Carozza, los Talleres de "La puesta, espacio de pedagogía y producción teatral".

Los protagonistas de Caída libre, se interrogan a partir de una nueva inevitable y previsible muerte de uno de los albañiles, contratado en negro y sin las más elementales condiciones de seguridad: "¿Todos los seres humanos, tenemos un precio?".

"La tragedia estriba en que todo se puede comprar o vender, todo se puede solucionar con dinero o a un buen precio, incluida, la vida y la muerte. En ese marco, la violencia, desprovista de todo aspecto simbólico está en el discurso, en los pliegues del mismo, en la negación", dice la directora.

Zappa en su escritura dramática refleja las consecuencias de esta supuesta "movilidad social" generada por las inversiones en la construcción que provocó la migración de chaqueños, correntinos, paraguayos y bolivianos hacia esta ciudad en busca de mejores niveles de vida. Pero al igual que los inmigrantes que "venían a hacerse la América", otra sería la realidad con la que se encontrarían.

"Estas familias vinieron buscando mejorar el modo de vida que tenían en su lugar de origen pero el desarraigo, el color de piel y el anclaje social de las personas que trabajan en este ramo de la construcción suelen pagar un costo altísimo", afirmó la directora.

El elenco integrado por Soledad Palomeque, Romina Bozzini, Emiliano Marcos, Raúl Santángelo, Mariano Moreno, Mariana Valci, Silvina Scarpolini y Jorge de la Rosa; contó con la asistencia de dirección de Julia Rodríguez y el aporte de Patricia Ghisoli y Soledad Verdun en el entrenamiento corporal

-¿Cuáles son las expectativas del grupo para esta segunda temporada?

-Volvemos de una minitemporada exitosa, con los mismos actores, renovando la apuesta de la puesta en escena a partir de diferentes lenguajes en lo teatral: lo corporal, lo objetual, los distintos niveles del espacio y sobre todo en lo sonoro,a partir de juegos en lo vocal", dijo Piccini a este diario.

Según la directora de Caída libre, estos juegos los propuso el propio autor que trabaja algunas situaciones conflictivas a partir de versos, que producen un extrañamiento de la situación hasta bordear lo onírico.

"El entrenamiento corporal es fundamental para alcanzar el desafío que propone la puesta escenográfíca y lo vincular, ya que toda la trama gira en la relación que se produce entre este grupo de vecinos", dijo Claudia Piccinini.

-Aparece una vez más el tema de la discriminación...

-En esta pintura parcial y acotada (pero pintura al fin) de nuestra sociedad rosarina, están incluidos los sueños postergados, el statu quo, las miserias y los gestos humanos que nos salvan y nos someten a la vez agregó Piccinini

En Caída libre la microsociedad que se reúne frente al cadáver de un albañil, comienza a demostrar su verdadero rostro. Libre de poses que se liberan ante el hecho consumado de tener que "cargar con un muerto".

"En un carrusel eterno, cada época de la humanidad entroniza a su propio becerro de oro y el boom de la construcción no podría dejar de hacerlo, aunque para ello tengamos que esconder tanta basura debajo de la alfombra"- dice el autor de la obra, Ariel Zappa.