La exclusión de la música extranjera en las radios por disposición de Perón y la opresión de la dictadura desde marzo de 1976 fueron en buena medida dos factores determinantes para que un viejo grupo de amigos decidiera poner en reposo su actividad musical. Hasta que, con la vuelta de la democracia, un asado de reencuentro funcionó como disparador para que, en 1985, se fundara la Tradicional Jazz Band, el proyecto que hoy comenzará a celebrar treinta años junto a las corrientes históricas del género.

Y fue precisamente su vínculo con las raíces jazzeras tradicionales el que permitió que, tras ese período de silencio, la aparición del grupo en la escena jazzera de mediados de los 80 no resultara anacrónica. "Lo nuestro, indudablemente, se viene conservando desde principios del siglo pasado, desde 1910, 1920. Casi parecería que fuera un milagro, pero lo que ocurre es que en la música dicen que existen dos cosas, lo que nace y lo último", analiza Bambi García, a cargo del banjo en el grupo que completan Jorge Pedemonte (trompeta), Alberto Manera (clarinete, saxo y arreglos), Hernán Nobile (trombón), Gabriel Alustiza (piano), Miguel Sartori (tuba), Mauro Treffilo (percusión) y, como invitada, Alicia Narvarte (castañuelas).

Sin perder de vista el rescate de viejos instrumentos tradicionales (como la tabla de lavar, el contrabajo de fuentón o las castañuelas) y la diagramación de funciones que respondan al entretenimiento, la Tradicional Jazz Band se sostuvo en el tiempo para convertirse en uno de los proyectos históricos de la escena local, logrando además algunos hitos, como su presencia en el Museo del Jazz de Nueva Orleans, situación sobre la que García apunta: "Apenas empezamos decidimos que la banda tenía que tener una buena imagen y lo primero que hicimos fue comprar unos smokings. Además teníamos remeras, gorros y habíamos editado un disco".

En su afán de difusión, la TJB hizo llegar su material hasta Nueva Orleans, ciudad emblemática para el género a la que años después García llegó de visita para descubrir, no sin sorpresa, que su grupo tenía un espacio en el Museo de Jazz local: "¡A mí se me cayeron las medias! Pero es más, el Museo todavía difunde lo que le mandamos a través de una cadena de cien radios".

Aunque tradicional y museológica, la banda rosarina también apuesta a futuro, y el concierto que esta noche brindarán en La Comedia es fiel ejemplo de ello: desde las 21, compartirá el escenario de Mitre y Ricardone con la Orquesta de Cámara municipal. "Con la incorporación de grupos casi sinfónicos, estamos revitalizando los viejos temas", admite García que, entusiasmado, concluye: "Es una experiencia nueva, porque mientras la orquesta tiene un tinte casi melódico, nosotros tenemos un tinte rítmico, porque hacemos un jazz muy caliente. Lograr esa fusión no es nada fácil, pero lo hemos logrado con nuestro pianista, Gabriel Alustiza, que diagramó toda la orquestación para que pudiéramos acoplarnos a las cuerdas y para que las cuerdas puedan tener el ritmo vibrante del jazz tradicional. Tratamos de hacer una mini evolución, para adaptarnos a otro público, para incorporarlo con otro sonido".