Entrevistado en España con motivo de la edición de Chano & Josele, el pianista Chano Domínguez explicó en junio de 2014 que el resultado de su encuentro con el guitarrista Niño Josele había dado como resultado una serie de "músicas del Siglo XXI". Algunos años antes, en diálogo con Diego Fischerman para Radar, el guitarrista había resaltado la importancia de conocer profundamente las raíces. En el disco a dúo que los tiene como protagonistas es posible descubrir la síntesis de ambos conceptos, a partir del hondo entendimiento sobre la esencia del jazz y el flamenco y la llegada a un lenguaje auténtico. Esta noche, a las 21.30, los músicos españoles presentarán ese material en el Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río), como parte de una gira que ya incluyó sus actuaciones en Mendoza y Córdoba, y que continuará en Mar del Plata, Montevideo y Buenos Aires.

La historia indica que la primera vez que Domínguez y el Niño compartieron escenario fue en el marco del Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz, donde Chano subió como invitado de Paco de Lucía, que tenía entre sus filas a Josele. Años después, volvieron a coincidir en Nueva York, donde el guitarrista iba a participar de un disco en homenaje a Miles Davis mientras el pianista se encontraba de gira. "Dio la casualidad que llegué al estudio por la mañana y no había nadie, pero estaba Chano probando un piano --recuerda sobre aquel encuentro Josele, en diálogo con Rosario/12--. Nos saludamos, saqué la guitarra y nos pusimos a tocar un temita. Y fue increíble. Sin haber tocado nunca juntos solos, salió algo muy bonito. Y nos quedó en la cabeza".

El círculo terminó de cerrarse con la aparición de Fernando Trueba, el productor y cineasta que, sin saber siquiera acerca de aquel encuentro neoyorquino, le propuso a Josele grabar un disco a dúo junto a Domínguez, que lógicamente aceptó la invitación. Embarcada en ese proyecto, el año pasado la dupla ofreció su primer concierto en... el Festival de Vitoria.

Publicado por el sello Calle 54 que comanda Trueba, en Chano & Josele la interacción de cuerdas de piano y guitarra permite tensar los límites del jazz y el flamenco, compartiendo así una experiencia que ambos habían desarrollado en sus recorridos como solistas. El encuentro, según apunta Niño Josele, funcionó para profundizar esa búsqueda individual y llevarla a nuevos horizontes: "Estoy sintiendo que este dúo está creciendo constantemente. Cada concierto es distinto y el potencial que hay ahí ni nosotros mismos sabemos hasta dónde podrá llegar. Porque empezó de una manera y está acabando de otra. Es cada vez más fuerte y, la verdad, tenemos muchas ganas de que haya otro proyecto. Tenemos ganas de seguir para adelante, porque de las cosas que estamos haciendo en directo están saliendo un montón de ideas".

Y si bien son múltiples las referencias musicales que destila cada interpretación de la dupla, es inevitable el anclaje con dos géneros esenciales: el flamenco y el jazz. "Cada uno por separado tenemos nuestras carreras, y hemos ido entrelazando esos géneros --reconoce Josele--. Yo vengo del flamenco, en mi familia son todos grandes aficionados a la música y de ahí viene mi inquietud de escuchar otros caminos musicales. Y llegan momentos en que tienes maestros como Fernando Trueba, que te da a conocer músicas, Jerry González, Bebo Valdés... Llegas a la comunidad y sin querer llego a grabar un disco de Bill Evans con Fernando Trueba, al que llego desde el flamenco. Y Chano viene del jazz, pero se crió en un barrio flamenco, donde aprendió a tocar la guitarra, ha tocado con muchos guitarristas flamencos, y lo entiende muy bien. Además nos une también Bill Evans, así que las cosas han ido encajando".

En ese marco, el trabajo se estructuró alrededor de un repertorio diverso en nombres y estéticas (en el que además de obras propias incluyen a Henry Mancini, Chico Buarque, Antonio Carlos Jobim, Pixinguinha, Lennon y McCartney, entre otros), pero que se ve unificado por el lenguaje personal desarrollado por la dupla. "Es un repertorio ecléctico. Fernando es una persona muy abierta musicalmente y cuando se sentó con nosotros nos dio para elegir de todo, desde rock, jazz, funky. La verdad es que nos tiramos por los temas que veíamos más claros", reconoce el guitarrista, que concluye: "Siempre hemos pretendido que la música fluyera. En nuestros discos ya sabemos que la técnica puede hacer cualquier cosa, pero en este disco queríamos olvidarnos de la técnica, que entre la guitarra y el piano se diera un diálogo muy bonito, una pregunta, una respuesta, y con cariño por estos instrumentos. Entonces por momentos la música que hacemos se puede convertir en clásico, en jazz o en la más flamenca, pero sin etiqueta. Lo que intentamos es transmitir los conocimientos que fuimos aprendiendo".