Aunque sobre gustos, se ha dicho, no hay nada escrito, si algo puede dejarse asentado es que el sabor de Aguas Tónicas jamás resulta indiferente. Desde su aparición, diez años atrás, con un disco homónimo potente y denso que los encuadró dentro del stoner rock, la banda fue mutando sin perder jamás su pulso para construir obras contundentes que invitan, siempre, a múltiples lecturas. Esa cualidad vuelve a hacerse presente en Saturno swing, cuarto disco de estudio del grupo que conforman Mariano Conti (voz y guitarra), Jorge Capriotti (guitarra), Mauro Cuffaro (guitarra y teclados), Andrés Tarrab (batería) y Esteban Manino (bajo), y que hoy a las 22 tendrá su presentación en Distrito 7, Ovidio Lagos 790.

Producido por el músico bonaerense Hernán "Compañero Asma" Espejo, Saturno swing reactualiza el sonido de una banda que venía de cosechar críticas de peso con su anterior lanzamiento Los desposeídos, conectando a su vez con la densidad stoner de su debut. En este flamante trabajo --registrado en vivo durante dos jornadas en el estudio El Attic de General Rodríguez--, la amplitud de referencias sigue ampliándose. Es que, en cada obra, los Aguas Tónicas disparan tramas sonoras que se desprenden en aparente caos, posibilitando que cada escucha construya nuevos sentidos.

En ese juego de anillos enlazados van desfilando múltiples referencias estéticas, fruto de un abanico de influencias que, claro, sigue teniendo la fuerte impronta stoner, densa, que caracterizó al grupo desde su primer disco, pero que hoy invita a pensar en Frank Zappa, en los escapes psicodélicos de Hendrix y, también, en lo mejor que dio el rock argentino en los vapuleados 90: la frescura sónica de Babasónicos, la contundente irreverencia de Los Brujos o la oscura combustión de Massacre.

"Creo que eso tiene presencia en el disco --admite Conti en diálogo con Rosario/12--. También hay algo de los 80. Está en esa bisagra de los 80-90, por ahí va el disco. Antes a lo mejor mirábamos más atrás, a los 60 y 70, y ahora pasamos de década y se nota una influencia. Quizás en la oscuridad del disco, porque es un disco medio oscuro en su concepto, a pesar de ser bailable. Esa dualidad de ser oscuro y bailable a la vez es muy de los 80".

Apuntado por Conti como un trabajo "más colectivo", Saturno swing vuelve a demostrar la inquietud de un grupo que sigue buscando nuevos modos de enfrentarse a su obra. "Creo que en este disco hay una nueva búsqueda --reconoce el cantante y guitarrista--. Tiene una cosa medio stoner, aunque no se note a simple escucha, suena bastante pesado. Pero a la vez aparecieron ritmos nuevos, es bailable. Creo que en cuanto a la composición también aparecieron cosas nuevas, hay un quiebre con lo que veníamos haciendo antes".

Guiados por la mano de Compañero Asma ("Fue una experiencia buenísima", resume Conti), los Aguas Tónicas crearon así un complejo entramado que sostiene un conjunto de historias en las que vuelve a pintarse a cierto micromundo proletario (que encuentra su máxima expresión en "Astillero") y ribereño. Letrista histórico del grupo, Conti analiza: "Siempre apareció una cuestión de trasfondo medio político, sin ser panfletaria. Hay una ideología, que tiene que ver con lo que pensamos todos. Y hay un imaginario un poco soviético futurista. Es un poco un juego, hay una idea de recrear un universo, de contar algo para que la gente haga su propia interpretación".

Esta noche, Saturno swing tendrá su estreno formal en un show que sumará las proyecciones de Ignacio Maderna y que tendrá a Diego Bosch (de Lima Sur) como Dj invitado para cerrar la noche con un set de hip hop y funk. Y que incluirá además viejas composiciones, permitiendo así verificar la coherencia que marca al distintivo sabor de Aguas Tónicas.