Domingo, 28 de junio de 2015 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › RíO ANCHO EDICIONES REEDITó LA NOVELA DEL ESCRITOR FELIPE ALDANA
"Nadie es responsable" fue escrita entre 1946 y 1948. Hoy, a 67 años de terminada, la publica el sello rosarino Río Ancho Ediciones en su colección Palabras recobradas. Osvaldo Aguirre amplía el prólogo con la investigación sobre Aldana que había hecho en 2001.
Por Beatriz Vignoli
En 1980 (copiados en cuadernos, aprendidos de memoria), los breves poemas del gran río de Felipe Aldana circulaban entre adolescentes y jóvenes de Rosario como si fueran canciones. En años siguientes, el grupo El poeta manco los pintó en los mudos muros de la ciudad, augurando la democracia: "La vida es un acalorado regateo / en la plaza del mercado. / Donde solamente los locos / tienen guitarra".
Es que tres años antes, en 1977, bajo el título de Obra Poética y al cuidado de edición de Eduardo D'Anna y Elvio Gandolfo, un sello fantasma (Ediciones I.E.N., sigla de "Instituto de Estudios Nacionales") había reeditado el único libro publicado de Aldana. Entre otros inéditos, se incluían Los poemas del gran río (haikus criollos, afines al período más leído de su par Beatriz Vallejos), cuya fusión entre sencillismo popular del lenguaje y complejidad de invención poética le ganaría fieles seguidores. También se incluía su "Poema materialista", publicado en 1974 por la revista El lagrimal trifurca, que editaban (entre otros) Gandolfo y D'Anna. Aldana, que se consideraba un vanguardista y lo era, leyó aquel poema el 19 de agosto de 1948 en Amigos del Arte, en lo que hoy sería una performance.
Así se infiere de los testimonios reunidos por Osvaldo Aguirre para su estudio preliminar a una mayor obra reunida de Felipe Aldana, Obra poética y otros textos, que publicó en 2001 la Editorial Municipal de Rosario. Allí Aguirre analizaba una novela inédita de Aldana, Nadie es responsable, escrita entre 1946 y 1948. Hoy, a 67 años de terminada, la publica el sello rosarino Río Ancho Ediciones (www.rioanchoediciones.com.ar) en su colección Palabras recobradas. La edición incluye fotos del autor, facsímiles de manuscritos, una cronología y un prólogo en el que Aguirre amplía y revisa su investigación de 2001 para la EMR. El libro se presenta el jueves 2 de julio, a las 19:30, en el bar la Fávrika (Tucumán 1816, Rosario).
Nadie es responsable, si bien es cierto lo que señalaba Aguirre en 2001 acerca de la endeblez de su estructura como novela, tiene una prosa genial y se deja leer como tres nouvelles autónomas. La segunda parte es una fantasía grandiosa, producto de la angustia ante el destino de la humanidad después de la Segunda Guerra Mundial. En la primera y la tercera se despliega un fresco de personajes de las clases más desfavorecidas: un estudio social de honda lucidez ideológica que (en la línea del realismo crítico de Rosa Wernike o de Lillian Hellman) profundiza en las secuelas de la industrialización, narrando cómo todo un campesinado se desarraiga y malvive en los conventillos urbanos. Sin embargo, el tono de Aldana carece de patetismo. Su prosa es musical y vivaz. Pinceladas líricas de audacia vanguardista se alternan con el habla del pueblo. En la tercera parte, esto es nada más que el telón de fondo para que su alter ego (Ricardo, ex estudiante de medicina) exponga sus ideas sobre arte y política, que combinan experimentación vanguardista con sacrificio romántico. Se destaca ante todo la preocupación por lograr una "poesía popular".
Semejante búsqueda, a contrapelo de populismos y de elitismos, ya alentaba en el joven Aldana que personificaba a Don Cristóbal Calabazas en el Retablillo de Don Cristóbal Calabazas, el primer teatro de títeres de Rosario. Este fue creado en 1943, con repertorio de Federico García Lorca y otros. Ese mismo año, los republicanos españoles en el exilio concretaron en Rosario un homenaje a Benito Pérez Galdós en el centenario de su nacimiento, mientras el gran novelista del realismo español estaba prohibido por el dictador Franco en su patria. No fue hasta después de la Segunda Guerra, cuando Aldana ya había comenzado su novela, que un poeta español señaló su destino.
"En dos oportunidades estuvo en Rosario León Felipe", contó a Rosario/12 Liliana Ruiz, hija del librero y editor Laudelino Ruiz. "Mi padre lo trajo invitado a dar conferencias en el Ateneo Luis Bello, del que mi padre era secretario, además de ser presidente en ese momento del Centro Español de Unión Republicana. Aldana junto con Beatriz Vallejos asistieron a las conferencias y estuvieron en la librería acompañando a León Felipe", rememora. "Los años de las conferencias fueron 1947 y 1948. Aldana tenía un poco más de 20 años".
Los poemas incluidos en la novela de Aldana revelan una fuerte influencia de la poesía del otro Felipe. Un rasgo en común es la repetición que interpela, al modo del estribillo en una canción. Una escena de la novela, en la que el joven Ricardo toma la palabra ante poetas reconocidos y recita un poema propio que deslumbra, podría estar basada en una reunión donde habrían estado presentes (entre otros) León Felipe, Felipe Aldana, Laudelino Ruiz y el imprentero Llordén. Allí, según testimonios recogidos por Aguirre, el visitante consagrado elogió efusivamente al joven desconocido, que había recitado de improviso algunos de sus Versos de juntadores, e instó a los otros dos mencionados a publicarlo. De allí habría nacido, según aquellos testigos, el libro Un Poco De Poesía: Cancionero de Flor y Letra (Rosario, Centro de Estudiantes, Instituto Libre de Humanidades, 1949), el único publicado en vida por Felipe Aldana. A su éxito de crítica y al reconocimiento de su autor le siguió, como en un mal melodrama de Hollywood, una crisis mental de Aldana, con un delirio persecutorio al que se pretendió curar mediante una lobotomía.
La intervención, dicen, lo anuló. A pesar de haberse formado leyendo, remando contra una enfermedad de la vista, ahora con 29 años quedaba afuera de toda posible carrera literaria. Murió en la miseria en 1970. La modernización, que Aldana denunciaba en su novela, forzó su inclusión en la normalidad, excluyéndolo así de la sociedad a la que había pretendido reformar con conferencias y charlas. En una época anterior, o en su pueblo natal (Máximo Paz, donde nació en 1922) tal vez hubiera sido un "charleta" más, con algún humilde oficio. Si la discriminación pudo contra su resiliencia, que no le gane el olvido.
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