Mar 29.08.2006
rosario

CULTURA / ESPECTáCULOS › EL LEVANTE, ENTRE PICHINCHA Y EL MUNDO

En la casa del sol naciente

Un prostíbulo reciclado alberga, entre otras cosas, un taller de arte contemporáneo. Allí, se presentaron las obras realizadas por dos artistas extranjeros de su programa de residencia e intercambio.

› Por Por Beatriz Vignoli

"Llevo 24 días aquí", contaba el 24 de agosto el joven artista ibérico Antonio Campo, uno de los residentes del Programa de Residencias e Intercambios El Levante (Richieri 120). "Y he visto más de Rosario lo que muchos han visto en años". Esto queda demostrado en su obra "De lo cotidiano al arte (la otra mirada)" que pudo verse ese día en el Estudio Abierto de El Levante, junto con una muestra de dibujos y una instalación de objetos de la también joven artista y curadora canadiense Anne Low.

Antonio Campo, cuyas fotos intervenidas con retoques y textos revelan, en efecto, rincones de un Rosario absolutamente insólito, realizó además una filmación en video de una hora durante la inauguración de la muestra efímera del Taller Abierto. Inmediatamente después, la grabación se proyectó en uno de los espacios interiores del primer piso de El Levante, dejando a los espectadores con la duda de si lo que estaban viendo eran acaso imágenes en tiempo real de lo que sucedía en la planta baja. Un instante antes, se pudieron ver las fotos de la muestra proyectadas en la casa de enfrente. Esto generó un intercambio social: la gente de enfrente cruzó la calle, integrándose al público de la muestra y confirmando la visión del encantado forastero de una ciudad que bulle de vida cultural y artística. Las 24 fotos, marcadas cada una con una supuesta "hora exacta" diferente, no colgaban sino que estaban prolijamente diseminadas trazando un recorrido por todos los ámbitos de El Levante.

¿La suya no es la mirada de un turista, no es cierto? "Es la de un viajero", corrige. "Hago pasar el lenguaje de la publicidad y el diseño a través de lo cotidiano. El texto es fundamental". Su actualizadísimo sitio web (http://www.antoniocampo.com) cuenta que Antonio Campo es licenciado en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco, que cursó el Doctorado en la Universidad Politécnica de Valencia, que pasó 5 meses en Londres con la Beca Leonardo y que cursó estudios de posgrado en la Universidad Complutense de Madrid. Y muestra registros de sus obras efímeras para lugares concretos a cielo abierto, presentadas en diversos festivales artísticos, entre las que se destacan los árboles vendados de su site﷓installation "Naturaleza Herida". "La importancia del paisaje de un territorio no radica solamente en su estética, sino que va más allá, donde el paisaje se convierte en la expresión cultural de sus pobladores", escribe.

Anne Low se fue ayer. Graduada en la Escuela de Arte de Vancouver, realizó videos, cursa un master de curaduría en Londres, residió dos meses en El Levante y ahora se lleva bajo el brazo una nueva entrada en su curriculum de curadora. "El viernes 4 de agosto invité a 21 artistas de Canadá, Estados Unidos y Gran Bretaña a que me enviaran cada uno un dibujo por correo a El Levante para una muestra de dibujos el 24 de agosto", relata. En pocos días reunió dibujos, bocetos y estudios de 19 artistas. Los expuso en una mesa, fragmentos mínimos de obras más grandes que dan cuenta de súbitas iluminaciones, instantes de un pensamiento. Al subir por las escaleras, se accedía por fin a un reducto, una habitación remota e íntima donde Low imagina que podrían haberse reunido a coser y bordar unas mujeres, tres o cuatro décadas atrás. La obra en curso de estos alter ego ficcionales de la artista ("obra que es también un poco mía", aclara su autora) consiste por ahora en algunos objetos: almohadones, un tapiz, un poster artesanal y la portada de un libro inexistente, todo referido a una hipotética "Women's Assembly" o reunión de las mujeres, del Lady Eaton College. Este último existe realmente en la Universidad de Trent, en Peterborough (Canadá).

Dato nada menor, Anne Low trabajó como voluntaria en albergues de mujeres. Allí presenció el ritual de las reuniones de actividad colectiva. Por su naturaleza artesanal, según Low, los almohadones y tapices hechos por mujeres no son obras que hoy puedan "tomarse artísticamente en serio", y por eso ella busca en la literatura (o en el cruce entre ficción y realidad) un marco conceptual que siente necesario para su nueva producción. Un disparador de su trabajo es un cuento de J.D. Salinger, publicado en 1942, que tiene por tema a dos mujeres que abandonan la universidad. Otro es la relación del célebre escritor con las mujeres: su matrimonio con una estudiante que no logró recibirse, el actual con una enfermera que hace tapices, y su romance en 1972 con Joyce Maynard, la alumna de primer año de Yale que había publicado una nota de tapa en la revista New York Times y también desertó de sus estudios por Salinger. (Y que fue noticia a fines de los noventa cuando escribió un libro de memorias y remató todas sus cartas.)

Antonio Campo y Anne Low, como todos los artistas que participan del programa de residencias para artistas nacionales y extranjeros de El Levante, realizaron estas obras en el espacio de estudio y vivienda provisto por el Programa, que también les habilitó visitas a talleres de artistas de la ciudad y relaciones con instituciones locales de diverso tipo. Los residentes también se sumaron a las dos encuentros mensuales del Taller El Levante: uno con los coordinadores para debatir y reflexionar acerca de la producción de los talleristas y otro donde un invitado desarrolla un tema. Coordinado por Mauro Machado, Graciela Carnevale, Lorena Cardona y Luján Castellani, el Taller dura dos años y se renueva por mitades. De este modo, el grupo que inicia un nuevo proceso puede interactuar con el grupo ya existente y beneficiarse de su madurez adquirida en un año de trabajo.

Surgido en 2003, el Taller El Levante se propone pensar el sentido de las prácticas artísticas contemporáneas en toda su compleja diversidad. Busca generar, desde Rosario, estrategias, conceptos e intercambios entre manifestaciones artísticas llevadas a cabo en diferentes contextos de producción. Para la realización de este proyecto El Levante recibe un subsidio de la Fundación Antorchas y los auspicios de la Municipalidad de Rosario y el Centro Cultural Parque de España. Además del taller y de las residencias e intercambios, y articulado con los lineamientos y objetivos de aquellos, El Levante cuenta con un espacio de muestras y debates. Todo el proyecto tiene sus espacios comunes, tales como cocina, baño, estar y una terraza con vista a una antigua cúpula vidriada en forma de pirámide, y ofrece más información en su página web: http://www.ellevante.org.ar

En el mismo edificio del barrio de Pichincha y en contigüidad fluida con los ámbitos del proyecto artístico, funcionan un bar (los viernes y sábados) y un teatro. También hay un taller de danzas que los miércoles da clases de tango.

El lugar conserva su nombre original: reciclada por Horacio Beltrami, la casona que alberga esta suerte de centro cultural fue en sus orígenes un prostíbulo. Sólo Anne Low sabe qué fantasías disparará este dato en las cultas cabezas de sus damas imaginarias.

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