Una década atrás, Sebastián Macchi (piano y voz), Claudio Bolzani (guitarra y voz) y Fernando Silva (cello, contrabajo y voz) dejaron plasmado un bellísimo acercamiento musical hacia la obra del gran poeta entrerriano Juan L. Ortiz. Bautizado con un explícito Poemas de Juan L. Ortiz / Canciones, aquel trabajo vio la luz a través del sello Shagrada Medra que conduce el compositor paranaense Carlos Aguirre, que ahora vuelve a alojar al trío para un regreso notable: Otras canciones, brillante continuación de esa primera experiencia que hoy tendrá su presentación formal con el concierto que desde las 21.30 se desarrollará en el Gran Salón de Plataforma Lavardén (Mendoza 1085, quinto piso), y que contará con la participación especial de Bernardo Aguirre en guitarra y Francisco Larpín en percusión.

Riquísimo en matices, el primer disco de Luz de agua abría un camino de exploración que se vio discontinuado por los caminos abordados por los músicos. Hasta que, cinco años atrás, Macchi volvió de una estadía en Brasil, en esencia la que había cortado "el proceso del grupo". Con el pianista de regreso en Paraná, la luz de agua empezó a cobrar nuevo brillo. "Enseguida comenzamos a armar nuevas músicas, a generar algunos recitales. A partir de éso surgieron las ganas de pensar en otro disco, que felizmente se ha plasmado ahora después de mucho trabajo sin apuro, disfrutando de estos procesos que son necesarios. Queríamos concretar algo, pero las cosas necesitan de un tiempo. Puede parecer disparatado que hayan pasado diez años, pero para nosotros es lo que ha sido natural", analiza Macchi de cara a la presentación de este flamante trabajo.

Un segundo disco en donde un único texto de Ortiz es musicalizado por el trío ("Crepúsculo en el campo de Gualeguay"), diferenciándose así de una primer experiencia anclada firmemente en la obra del poeta. Sin embargo, la poética de Juanele sigue impregnando a este nuevo cuerpo cancionístico del grupo, continúa filtrándose en la vibra creadora de sus integrantes. En concreto, "Crepúsculo..." tenía como destino original la primer producción, aunque "por cuestiones del proceso quedó afuera", explica Macchi, que completa: "Ahora le dimos otra vuelta de rosca, porque nos parecía que de alguna manera funcionaba como un puente. De aquel viaje se viene acercando a este paisaje más contemporáneo. Más allá de la mirada hermosa de Juanele, de hace tantos años, ahora tratamos de pintar también lo que vemos en estas ciudades del litoral, estas ciudades ribereñas, con todo lo que vemos hoy, con todo lo complejo que se va sumando producto de la tecnología y de los residuos que nuestras sociedades generan".

Así lo interpretó también Aguirre, cabeza de Shagrada Medra que desde el librillo interno de Otras canciones apunta: "Ese murmullo al que llamamos silencio de isla respirando a través de las hojas grandotas de una enredadera bien verde. Trémulo escozor de diminutas alas en la corteza de un sauce, vida íntima debajo de la hojarasca húmeda. Luego los árboles que hunden sus copas en un cielo de grillos y otra vez el silencio. Ahora es ciudad de voz grave con islas de basura y sombra y bulle toda su correntada espesa viajando hacia ningún lugar. Y sobrevolando ambas caras de un mismo paisaje una trama sonora, que es a la vez testigo del diálogo posible entre esos dos universos, viene y nos habla. Una música que subyace de esa complejidad viene nos toca el alma y nos llevamos puesto ese paisaje como una nueva piel".

Según detalla Macchi "la idea era desarrollar aquel sonido, ponerle a ese paisaje otros sonidos", aunque de inmediato aclara: "Siempre dentro de un lenguaje que se gestó junto a la poética de Juanele, un lenguaje sonoro que se nutrió mucho de la mirada juaneliana".