El que avisa no traiciona, eterniza el dicho popular que bien podría haber inspirado a la Rosario Smowing para bautizar a su cuarto disco: No te prometo nada. Aunque aún amparados en su franca confesión, los integrantes de la petit orquesta esquivan promesas y, en el camino, cumplen. Porque en este nuevo trabajo el octeto demuestra que no ha perdido el pulso para recorrer con idéntica explosividad y criterio un abanico estilístico que va del ska y el rock al bolero y el tango, condimentándolo todo con aires balcánicos, swing y gipsy jazz. En esa reiteración, en la persistencia de una diversidad que sigue siendo una marca distintiva, el grupo rosarino cumple con las expectativas que ha generado en un público que goza del juego sin esperar promesa alguna.

Conformada actualmente por Diego Casanova (voz y trompeta), Diego Picech (batería y percusión), Gabriel Coronel (contrabajo, bajo y coros), Sebastián Teglia (guitarras, banjo y coros), Alejandro Bluhn (piano y acordeón), Adrián Fontana (trombón, tuba y coros), Sergio Peresutti (trompeta y armónica) y Jesús Eroles (clarinete, saxo y violín), la Rosario Smowing estrenó este cuarto disco en Europa, donde fue editado por Flowfish Records. Después de dos meses de actuaciones, de regreso a la ciudad el grupo decidió avanzar en la publicación local de su obra a través de su propio sello autogestivo, El Vaskito Records, edición que esta noche a las 22 tendrá su lanzamiento formal en Teatro Vorterix (Salta 3519).

"Uno edita de manera independiente porque nadie te llama por teléfono de una discográfica. Pero con los años te das cuenta que es lo mejor que te pudo pasar. El trabajo que uno hace siempre está mucho más cuidado que si lo hace otro. Más allá de que parece una ayuda, a veces no lo es", apunta Casanova, que en diálogo con Rosario/12 profundiza en el concepto guía que determinó el nombre de este cuarto lanzamiento: "El título es como marcar una realidad. Creo que desde que Rosario Smowing se inició es así. No puede prometer nada nadie que le pone una cresta a un bolero. Me parece que No te prometo nada es lo más sincero que podemos hacer. Ojalá haya un público esperando éso. Y más allá de no prometer, creo que tampoco vamos a engañar a nadie. Creo que la gente más o menos sabe lo que se puede esperar con el disco".

Luego de algunas modificaciones en su estructura (entre ellas, la partida de uno de sus guitarristas históricos, Martín Tessa), la banda vuelve al ruedo con un set de canciones diversas en las que el cantante reconoce rasgos propios de un nuevo proceso. "Todo cambio de músico influye en el proceso creativo, de interpretación, de composición. Eso se nota, siempre influye. Y siempre para bien, porque son modos nuevos, modos frescos que nos mantienen de pie", analiza Casanovas, además responsable del universo poético del grupo, ése que sigue instalándose entre el Paraná y la nocturnidad, entre la nostalgia y la celebración.

"No soy un tipo al que se le ocurran grandes historias. Generalmente hablo de lo que me pasa y voy contando éso, de eso se tratan todas mis canciones. La idea es ésa, si no sucede nada nuevo, si no pasa nada nuevo en mi vida, tampoco hay canciones nuevas. No soy un tipo con mucha imaginación. Gasto mi imaginación en ver cómo digo lo que quiero decir", admite el cantante y letrista, que concluye: "Por ahí en este disco, lo que más aparece es lo del título, esto de no prometer nada. Este disco tiene que ver un poco con hacerse cargo de las ambigüedades que tiene uno como humano, de las posibilidades y modos diferentes de reaccionar y hacer que uno tiene de acuerdo a la situación. Prometer me parece que es una manera segura de fallar. Uno promete a futuro pero no sabe qué carajo le va a pasar por la cabeza. Si prometo hoy, mañana te traiciono a vos o me traiciono a mí haciendo algo que no quiero o no pienso. Lo mejor es no prometer nada".