Hasta el 7 de noviembre, la Casa del Artista Plástico (Bajada Sargento Cabral y Avenida Belgrano) alberga una exposición multimedia en colaboración cuyo eje es una contundente serie de fotografías en blanco y negro por Martín Raúl Domínguez, a las que su autor define como "una deconstrucción fotográfica, lúdica, y onírica de las estructuras edilicias de la ciudad de Rosario devenidas en naves espaciales". En cada foto, una poética formal simple, elegante, económica y transparente logra una eficacia estética formidable. Al repetir sus fotos de edificios reconocibles contra el cielo siguiendo ejes de simetría, Domínguez los duplica o cuadruplica, transmutándolos en algo tan retrofuturista como la estación espacial de 2001 Odisea del Espacio o las naves de Star Wars. O las Torres Gemelas.

Resuena el 9/11 del 2001 real en el título de la muestra, un toponímico ficticio: Complejo 8-14. Se inauguró el 16 de octubre con una performance multitudinaria en la calle. La muestra estable acumula fotos, textos, objetos, estampas y una videoinstalación de chatarra tecnológica por Domínguez, más una escultura de Isabel Cabrera. Por mencionar sólo algunos entre muchos colaboradores, el Oso Palacio compuso el "Tango 4500" con que termina el video dirigido por Juan Linch y protagonizado por el actor Raúl Marciani en el papel de Rogelio 14, "político frustrado que sobrevive a la crisis gravitatoria vendiendo naves". La voz que cantó el estribillo "Vamos, ciegos, todos a bordo" en la perfo "La Marcha de Los Cosificados" fue Javier Cabeza, alias Harry. Agustín Mac Donald compuso la música. La intervención urbana incluyó una proyección sobre la Aduana; colaboraron José Luis Solei, Diego Ullúa, Jessica Garello, Soledad Solanas y Alicia Mac Donald.

Estéticamente nada de esto agrega mucho a las fotos, pero vale la pena ir. Puede visitarse los lunes y sábados por la mañana de 10 a 12.30, y los lunes, martes, miércoles y viernes de 16 a 18.

Martín Raúl Domínguez (Rosario, 1980) recibe a las visitas con mate, una sonrisa y un apocalíptico relato de ficción que intenta organizar el caos del montaje, donde las fotos se destacan con amplio margen. También habla críticamente del boom inmobiliario local, del progreso como un retroceso, y de las torres urbanas como invasoras. Fotógrafo, hijo de fotógrafos, Martín estudió música y plástica en la UNR y fotografía en el ISET Nº 18. Perteneció como baterista a la última formación de Perro 'e Sulky, con el Oso Palacio en voz; también formó parte del colectivo teatral Los Nueve de Julio, con Julio Cejas.

Un dato nada menor de su curriculum es que vivió su niñez y adolescencia con dos de sus abuelos: el pintor Raúl Domínguez y su esposa Clemencia Texeira. "Yo tomaba mate en la isla con mi abuelo", recuerda. "Sacábamos el agua potable de un decantador que hacían los isleños. Mi abuelo iba directamente y se presentaba y te vendía un cuadro", evoca. Este mismo espíritu de autonomía y solidaridad se plasma en el esfuerzo de Martín como productor del video que acompaña la muestra y de la acción callejera colectiva con que potenció la inauguración. Lo admirable es este modo de hacer con otros: raro en plástica, más común en teatro y música. Gracias al proyecto, una trama de vínculos interdisciplinarios se articuló a través de la creación.